jueves, 15 de septiembre de 2005

NOTICIAS COMENTADAS (4)

NOTICIAS COMENTADAS (4)

Leo (14 y 15-9-2005, en El Mundo y El Semanal Digital) que el Presidente de la Comunidad de Aragón, Iglesias, quiere ‘blindar’ el Ebro por las amenazas de trasvase.

Dice el socialista Iglesias que quiere hablar con la Ministra socialista Narbona para comunicarle sus solidarias preocupaciones. Pero la Ministra está reunida. Y si no está reunida, ha salido. Como quien no quiere la cosa, dice la susodicha, que la Constitución consagra el principio de unidad de cuenca, por el que las cuencas hidrográficas que pertenecen a más de una Comunidad Autónoma son gestionadas por el Gobierno.

¿Quién gestiona el Gobierno? Además de Rodríguez, parece que Don Pascual y Carod, tienen mucho que decir. Así que la gestión podría ser problemática para el socialista Iglesias.

El tal Iglesias ve las orejas al lobo, y dice: ‘La apelación a los derechos históricos no puede servir para incumplir o alterar la Constitución’. Es bonito. Resulta que el proyectado Estatut catalán quiere competencias totales del caudal del Delta del Ebro, en Tortosa. ¿Afectaría esto al curso del río? Eso se teme Iglesias.

Esto es lo que hay. El solidario socialista Iglesias quiere ‘blindar’ el agua que pasa por su casa. El solidario socialista Don Pascual y su amigo el solidario-progresista-independentista Carod, quiere muchas más cosas blindadas. Estos solidarios socialistas, con la boca llena de angulas, quieren devaluar el artículo segundo de la Constitución. ‘La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad ( no ‘uniformidad’) de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades ( no ‘naciones’) y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas’.

Este artículo es un insulto para los nacionalismos desleales, que van cogidos de la mano de la parte más sectaria y reaccionaria de la izquierda española. No la izquierda decente, como Nicolás Redondo, Rosa Díez y muchísimos más. Así pues, devaluemos la solidaridad interterritorial. Yo creía haber leído en algún sitio que esto de la solidaridad era de izquierdas. Habré leído mal. Si usted creía que el agua de las cuencas hidrográficas era de todos y para todos los españoles es que es un facha. Al menos es un antiguo y casposo.

La apelación a los derechos históricos (a los que ahora se suma, también, el socialista Iglesias) es una patraña indecente. Decía Karl Popper, en ‘La sociedad abierta y sus enemigos’ que ‘Si bien la historia carece de fines, podemos imponérselos, y si bien la historia no tiene significado, nosotros podemos dárselo... Somos nosotros quienes debemos decidir cuál habrá de ser nuestra meta en la vida, y determinar nuestros fines’.

La apelación a supuestos derechos históricos es una apelación predemocrática a los intereses (actuales) de la tribu, amparados en alguna ideología historicista. Un buen ejemplo fue la Escuela Histórica del Derecho, de Savigny. Veamos lo que decía alguien que debería sonarles a los socialistas solidarios, como Iglesias y Don Pascual: ‘Una escuela que legitima la infamia de hoy con la infamia de ayer, una escuela que declara rebelde todo grito del siervo contra el látigo cuando éste es un látigo antiguo’. O sea, Don Carlos.

La verdad está en el origen. Miremos atrás. Lo mío es mío y el resto a repartir. Esto es lo que dicen o piensan los cangrejos tribales y demagógicos que dirigen el país. Quiero decir España. Pero toda sociedad tiene lo que merece, si puede elegir a sus dirigentes.

Sebastián Urbina.

No hay comentarios: