lunes, 6 de marzo de 2006

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Leo (ABC/3-3-2006) las declaraciones del catedrático de economía, Mikel Buesa:

'Digámoslo de otra manera, la propuesta de reforma estatutaria en Cataluña constituye un ataque en toda regla a las instituciones de la solidaridad y va a provocar, con toda seguridad, un aumento de las desigualdades regionales, rompiendo la equidad social. Que esta sea una propuesta aceptada por el PSOE no se comprende, pues ataca el núcleo esencial de la ideología socialdemócrata en favor de la vieja noción totalitaria de que es posiblr subordinar la economía a la política'.

Título de la noticia: SEGUIR CONFIANDO EN LO QUE YA NO EXISTE.


De acuerdo con lo que dice Buesa. Sin embargo, creo que se equivoca en una cosa. Dice que no se comprende la actitud del PSOE. No se comprendería si fuese, realmente, un partido socialdemócrata y español. Pero no lo es. En primer lugar, se avergüenza (no todos, porque hay socialistas decentes que están, curiosamente, marginados) de ser español. En segundo lugar, se entrega a los separatistas cuyo desprecio a España, y todo lo que representa, es patente. Sería bonito que no fuera así. Pero así estamos. Lo he dicho muchas veces. De forma parecida a como, en la Segunda República, los socialistas (impresentables) dejaron en la cuneta a Besteiro (que representaba a los socialistas decentes), algo parecido sucede ahora.

Precisamente el PSOE apoya este proyecto insolidario (política y económicamente) porque ya no es ni socialdemócrata, ni español. O bien, español vergonzante. Este es el progresismo de hoy. Iba de decir el progresismo español pero no se lo merecen. Merecen ir con los que van. Lo grave es que hay, todavía, millones de españoles que siguen creyendo que son 'progresistas'. Me parece incomprensible. Esto es lo que no se comprende. Autoengaño se llama la figura.

Sebastián Urbina.

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