lunes, 20 de marzo de 2006

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Leo (El Mundo- 20/3/2006) las declaraciones de la bióloga y divulgadora Lynn Margulis

'El rechazo a Darwin en Estados Unidos refleja la ignorancia de un régimen fascista'.


Las declaraciones de esta señora muestran, una vez más, que se puede ser un experto competente en una determinada área, biología, física, derecho mercantil, informática, etcétera, y ser, al mismo tiempo, un cretino político.


Título de la noticia: LA FATAL ENFERMEDAD DE LOS PROGRES.


Durante los años 20 (veinte), es decir, cuando Bush no era Presidente de los Estados Unidos, los fundamentalistas bíblicos ayudaron a influir en más de una veintena de Congresos estatales para que debatieran leyes antievolucionistas y cuatro Estados (Arkansas, Mississippi, Oklahoma y Tenessee) prohibieron la enseñanza de la evolución en las escuelas.

En 1968 la Corte Suprema de Estados Unidos (no el poder ejecutivo) declaró inconstitucional cualquier ley que prohibiera la enseñanza de la evolución en las escuelas públicas.



La primera cuestión, es que el creacionismo no nace con Bush, ni depende de Bush. Es más, en las escuelas públicas está prohibido prohibir la enseñanza de la evolución. Por otra parte, Bush no puede imponer el contenido de las enseñanzas en las escuelas privadas. Claro que esto no sería problema para Pepiño Blanco, por ejemplo. A este respecto, no está de más recordar que el artículo 26.3 de la Declaración de Derechos Humanos, dice:
'Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos'.



La segunda cuestión es lo de 'régimen fascista'. El fascismo es un movimiento político y social de carácter totalitario que se originó en Italia. A la señora Margulis se le debe exigir cierto rigor en el lenguaje y no hablar como cualquier progre gilipollas.


La teoría de la evolución por selección natural es aceptada por la generalidad de los científicos y ampliamente corroborada, estando más allá de toda duda razonable. No estaría mal leer el interesante libro de Jesús Mosterín, 'La Naturaleza Humana'. En este sentido, me parece un perjuicio para los jóvenes que se les enseñen doctrinas sustitutorias de la teoría evolucionista, supuestamente (pero no realmente) científicas. Hay que hacer todo lo democráticamente posible para que las jóvenes generaciones puedan recibir nuestro mejor conocimiento científico.




Sebastián Urbina.




PD. Por cierto, tanto Clinton como Kerry (progresistas antifascistas) eran partidarios de la pena de muerte. Así constaba en su propaganda electoral. Lo digo para no caer en la penosa y estúpida moda progre de simplificar en 'buenos '(ellos, la izquierda) y 'malos' (los otros, la derecha). ¡Qué cruz!

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