sábado, 29 de abril de 2006

NOTICAS COMENTADAS (94)

NOTICIAS COMENTADAS (94)

Leo (LibertadDigital/28/4/2006)

Título de la Noticia: OTRA MUJER VALIOSA.


El libro de Ayaan Iris Ali trata en gran parte de la situación de la mujer bajo el Islam. La ablación del clítoris, la lapidación por infidelidad o por sospecha de infidelidad, los malos tratos... Si dijera en Somalia las cosas que digo en el Parlamento de Holanda me matarían ... Parte de Europa ha elegido cerrar los ojos frente a la amenaza islamista, y Hirsi Ali se topó con esa ceguera voluntaria en el partido en el que se inició en política, el socialdemócrata. Por ello lo abandonó, yéndose al partido liberal, desde el que ha defendido sin descanso y sin concesiones los derechos de las mujeres en países musulmanes’.



No es nuevo. Las atrocidades que los musulmanes cometen contra las mujeres, hace tiempo que se saben en Europa. La reacción de muchos europeos, de muchos, es lamentable. Tiene parecidos, sólo parecidos, con la reacción de gran parte de los europeos ante los atropellos cometidos por Hitler antes del inicio de la guerra.

¡Queremos la paz! Esto gritaban las multitudes, manifestándose por la práctica totalidad de las capitales europeas. Hitler ya había invadido los Sudetes. Ahora, en España (lo que todavía queda, gracias a pseudo socialistas y nacionalistas) se quiere paz, sin libertad, en el País Vasco. No es sorprendente. Muchos no la usan.

(La región de los Sudetes, poblada mayoritariamente por alemanes, se había incluido en Checoslovaquia después de los tratados de paz de 1919. Francia y Gran Bretaña siguieron la política de apaciguamiento por medio de Daladier y Chamberlain. No sirvió para nada. Tomen nota de ETA, la anexión de Navarra y la sonrisa angélica y de paz del Presidente Rodríguez. Seguro que no se aprende. Dirán: ¡No es lo mismo! ¡No es lo mismo!).

La cobardía moral se repite. La anexión de los Sudetes por parte de Hitler y el silencio de los corderos sólo roto por las ansias de paz de los europeos de su tiempo ¡Queremos la paz! Los asesinatos olvidados y las víctimas olvidadas del País Vasco (¡Que no molesten, que quiero tomar unas gambas!) y las ansias de paz (sin libertad) de los vascos nacionalistas y la pseudoizquierda. Los atropellos vergonzosos de los musulmanes contra las mujeres y las angélicas e infinitas ansias de paz de los europeos, se repiten. ¡Qué bonito!

Iris Ali se inscribió en ( un partido progresista) el partido socialdemócrata, pero quedó harta de la ceguera voluntaria de los progres. Da igual que sean holandeses, franceses o españoles. Son igual de cretinos. Les puede la Alianza de Civilizaciones. No es que les guste que masacren a las mujeres, es que no harán nada. Nada efectivo. Eso sí, se manifestarán contra Bush por cualquier cosa. Entre sus cretineces crónicas está el odio a Occidente y, en especial, a USA.

Las viñetas satíricas contra Mahoma de un dibujante danés mostró, una vez más, lo que se puede esperar de la mayoría de los europeos, en general, y de la mayoría de los políticos europeos, en particular. Ya se arrodillaron ante Hitler (aunque no está bien decirlo así) y ahora se arrodillan ante los islamistas. Hay mil excusas, pero la realidad es la ausencia de valores que defender y la falta de valor para defenderlos. Los islamistas podrán conquistar Europa. No porque sean más fuertes sino porque una parte de Europa ya está enferma, está rendida. De miedo, de colesterol, de falta de ideales, de obsesión por la propia panza. ¡Mamá, quiero pasarlo bien!

Iris Ali, mujer valiente e inteligente se dio cuenta de que nada podía esperar de un partido progre y se cambió al partido liberal desde el que ha podido defender, sin concesiones, los derechos de las mujeres en países musulmanes. Para la mayoría de los progres, un partido liberal es un partido ‘de derechas’. Y ya sabemos lo que esto significa. O sea, la eterna y estúpida creencia de los progres en su propia superioridad moral.

No nos desesperemos. Uno puede tranquilizar su conciencia, diciendo que en estos países tienen estas costumbres y nosotros las nuestras. ¿Es que acaso creemos que nuestras costumbres son mejores? No hay mejor ni peor. Todos somos iguales. Todo es respetable. ¡Quiénes somos nosotros para intervenir! O sea, la LOGSE y la LOE.

Sebastián Urbina.

No hay comentarios: