lunes, 24 de julio de 2006

NOTICIAS COMENTADAS (112)

Leo (El Mundo de Baleares/22 Julio/2006) un artículo del historiador Henry Kamen, 'Bailando con lobos', del que me interesa destacar lo siguiente:



'A buen seguro es lamentable para una nación el día en que el Gobierno tiene el poder para manipular su Historia. Eso ocurrió con Stalin, y pasó con Franco. Ahora, parece que podría pasar con un Gobierno socialista, que tiene puestas sus esperanzas en financiar una imagen altamente ficticia de la Segunda República y de los años de la Guerra civil. A mi entender, ningún historiador de prestigio ha respaldado al Ejecutivo. Uno de los principales hispanistas, Stanley Payne, ha mostrado en su más reciente libro, El Colapso de la República, que tanto los líderes republicanos como los de la derecha fueron igualmente responsables del desastre acontecido'.




La manipulación de la historia es moneda corriente. Hay grandes y reputados especialistas. Los que mienten con más salero (de cemento armado) son los nacionalistas. Pero la izquierdona no le va a la zaga. O sea, como Franco. ¿Cómo es posible que la izquierdona sea capaz de tales manipulaciones? Ya pasó la euforia de la revolución. De cada vez hay menos imbéciles que creen en ella. La estrategia es, hace ya tiempo, la dominación cultural. Para eso se utilizan los 'tontos útiles', es decir, cuadrillas de intelectuales que anuncian la buena nueva y gritan las miserias del capitalismo sin entrañas. Cuando vomitan su odio al capitalismo incluyen al mundo libre occidental (eso de 'libre' les pone de los nervios porque EN REALIDAD, estamos oprimidos), la democracia parlamentaria, la institución de la propiedad, la autonomía individual (que es, EN REALIDAD, repugnante egoismo burgués) y algunas cosillas más sin importancia.

El Presidente Rodriguez y sus amigos nacionalistas están en esta línea. El año 2006 será el Año de la Memoria Histórica. O sea, bazofia sectaria.

Recordemos los orígenes. Una directriz del comité Central del PCUS, del año 1943, decía:

'Nuestros camaradas y los miembros de las organizaciones amigas deben continuamente avergonzar, desacreditar y degradar a nuestros críticos. Cuando los obstruccionistas se vuelvan demasiado irritantes, hay que etiquetarlos como fascistas o nazis. Esta asociación de ideas, después de las suficientes repeticiones, acabará siendo una realidad en la conciencia de la gente'.

¿A qué gente, podríamos preguntar? A las ovejas. Leamos, con atención, unas palabras del escritor Aldous Huxley:

'Un Estado totalitario realmente eficiente, es aquél en el que las élites controlan a una población de esclavos que no necesita ser coaccionada, porque en realidad, ama esta servidumbre'.



Aterradoras palabras. Estoy convencido de que un amplio sector de españoles (¡ Dioses, que atrevimiento!) ejerce de oveja. ¿Cómo entender, por ejemplo, la indignación callejera por el Prestige, y el silencio de los corderos por la muerte de once personas en el incendio de Guadalajara? ¿Será que no importan los hechos? ¿Será que sólo importa el partido que está detrás? Si esto fuera así, y eso parece, ¿No da asco?

Resistamos. La tarea del héroe, hoy, es resistir. Negarse a pronunciar las temidas palabras, 'Todo es igual'. No, no todo es igual. Pero hay que bajar de la nube. No elegimos entre lo bueno y lo malo sino entre lo malo y lo peor. Pero no debemos cejar. ¿Como podremos criticar si nos comportamos como ellos?

Tentado estoy a repetir las palabras de O. Wilde, 'Todos estamos en el arroyo, pero algunos miramos las estrellas'.


Sebastián Urbina.
Julio 2006.

No hay comentarios: