miércoles, 2 de agosto de 2006

NOTICIAS COMENTADAS (115)

Leo (ABC/2/8/2006) un artículo, 'Hablemos de Reforma Constitucional', escrito por Alfonso Perales Pizarro, Secretario Federal de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE, del que entresaco lo siguiente:


'Alemania ha reformado más de cincuenta veces su Constitución. Algo que para los populares españoles es un tabú, allí se hace sin complejos'.


Modificar muchas veces la Constitución no significa, necesariamente, que sea mejor que no hacerlo. La Constitución de Estados Unidos ha sido modificada con mucho tiento y no por esto es menos democrática. La Constitución de Estados Unidos ha sido enmendada en varias ocasiones y, por otra parte, interpretada por el Tribunal Supremo, de manera que un mismo texto jurídico puede durar mucho tiempo, amparando gobiernos de tendencias distintas. Esto quiere decir que la letra de las Constituciones, hablando en general, debe modificarse con mucha prudencia y consenso porque la Carta Magna representa un trasfondo de estabilidad política, sin que impida enmiendas e interpretaciones que permiten la paulatina adaptación y actualización a las nuevas realidades. Aunque a veces no baste.


'Cualquier experto en Derecho Constitucional le podrá decir al señor Rajoy que, aún después de la reforma, Alemania sigue teniendo un nivel de descentralización muy superior al español, lo que no debería ser del agrado del líder de la oposición y del nuevo proceso de regreso al centralismo político que propugna la derecha española ... Es cierto que hay competencias que se recuperan para la Federación, pero también hay otras que se ceden de manera completa a las regiones. Lo que Rajoy no se atreve a decir es que en Alemania, si las competencias se trasladan a los länder, se produce un debate en torno a la eficacia política de esta decisión; pero no se habla de ruptura constitucional, ni por supuesto de hundimiento, balcanización u otro tipo de profecías que esgrime la derecha española'.



Lo del 'regreso al centralismo político' es una estupidez, por lo que no voy a dedicarle tiempo. Y si alguien necesita este tiempo, es que la tarea explicativa sería inútil. Por otra parte, no estamos (o no deberíamos estar) en una carrera de descentralizaciones del 'yo más que tú'. Dando por sentado que es muy difícil cuantificar el nivel de descentralización, es un hecho admitido (al menos por la gente seria y enterada) que España tiene uno de los niveles de descentralización más altos del mundo. O sea, estamos (en este aspecto) en el pelotón de cabeza.

La reforma Constitucional Alemana pretende reforzar el Estado, no debilitarlo. Los políticos alemanes (y no sólo ellos) han sufrido los continuos bloqueos políticos del Senado (Bundesrat) en el que están representados los Länder, algo así como nuestras Comunidades Autónomas. En cualquier sistema político parecido al nuestro (Jurídicamente Autonómico y fácticamente Federal) se trata de alcanzar una relativa armonía, un cierto equilibrio entre las tendencias que tratan de reforzar el Estado Central y las tendencias que tratan de engordar las competencias periféricas y, en consecuencia, adelgazar al Estado.

En España, los nacionalismos insaciables y victimistas han tratado (y tratan, con la comprensión del sonriente Rodriguez) de vaciar de competencias al Estado Central. Unas veces con la complacencia acomplejada del Partido Popular. Otras, con la complacencia y el apoyo, sin complejos, del PSOE. De todos modos, ha habido una gran diferencia entre la visión de Estado de González y la de Rodriguez. Preferiría no concretar mucho pero mi opinión de este último es muy negativa. Y esto nos lleva al equilibrio buscado pero no encontrado. En España no hay equilibrio. A cada transferencia del Estado
central a las Comunidades Autónomas (especialmente las gobernadas por nacionalistas) sigue otra, otra y otra. Quejas y victimismo. No hay límites al apetito insaciable de los nacionalistas.


No podemos olvidar, porque es básico, que los alemanes cantan en público su himno nacional, y se emocionan. Agitan, sin complejos, su bandera nacional. En España, el rojerío se mofa de España, de su himno y de su bandera. ¡Es progre! No hay rojerío más estúpido, en toda Europa, que el español (con perdón). El ya fallecido J.F. Revel creía que este 'honor' pertenecía a la izquierdona francesa, pero estaba equivocado. Es cierto que la izquierdona francesa vive (en general) en la caverna política pero, al menos, no se mofan de Francia. Si un Jefe de Gobierno francés dijera, 'Mi patria es la libertad', en vez de decir 'Mi patria es Francia', sería corrido a gorrazos. Aquí no. Aquí es progresista.


En resumen, el error de planteamiento del articulista es no ver (o no querer ver) que se pueden hacer reformas constitucionales (con más o menos asiduidad) si hay LEALTAD CONSTITUCIONAL. Los alemanes sí la tienen. Aquí no. Al menos, los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos, desprecian a España. No son de fiar. El Sr. Perales habla como si la situación de España fuera como la de Alemania. Por cierto, al peligro de los nacionalistas separatistas debemos añadir la actitud despectiva de la izquierdona hacia 'España'. Ya saben, 'antigua, casposa y reaccionaria'. Queda la izquierda respetable, hoy marginada por la Nomenklatura Pseudosocialista y (quiero pensar) que la mayoría del Partido Popular.


Espero que el lector, si ha tenido la paciencia se seguir hasta aquí, no se deje engañar por similitudes inexistentes. Lo que puede no ser peligroso en Alemania (u otros países), lo es en España. Gracias al personal que tenemos. ¡Qué país! ¡Qué paisaje! ¡Qué paisanaje!



Sebastián Urbina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La Constitución no puede ser un nido de buitres y actualmente es una buitrera.