sábado, 16 de septiembre de 2006

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Leo (El Mundo/Baleares/16/9/2006) un artículo 'La verdad de la Historia' de Magdi Allam, analista del Corriere della Sera.




'La ideología del odio es una realidad ancestral que existe en el seno del islam desde sus orígenes, a causa de su negativa a reconocer y respetar la pluralidad de las comunidades religiosas, que es algo fisiológico, dada la subjetividad de la relación entre el fiel y Dios y dada la ausencia de un único referente espiritual que encvarne la absolutez de los dogmas de la fe .....


Esta es la trágica realidad de la ideología del odio, que consigue el consenso entre todos los musulmanes obnubilados por el antiamericanismo, el antioccidentalismo y por la hostilidad al derecho de Israel a la existencia.

Los pretextos que pueden desencadenar su furia cambian y van desde la ocupación israelí a la guerra estadounidense, desde la viñetas de Mahoma a las declaraciones del pontífice Benedicto XVI. Pero el problema es una cuestión totalmente interna del islam, transformado por los extremistas de una fe en Dios en una dispuesta a imponer un poder teocrático y totalitario a todos los que no están hechos a su imagen y semejanza.

Y me aterra constatar que, incluso los llamados musulmanes moderados, han renunciado al signo de la razón y se han alineado con la guerra santa, de la que sin duda serán las principales víctimas.'







¿También esta señora, como dice Raúl del Pozo de Oriana Fallaci, ha degenerado en política? ¿Se ha vuelto predicadora? ¿Hay que decir bobadas, tipo Alianza de Civilizaciones, para no degenerar en la política y en la prédica? Cada uno debe reflexionar y decidir quién dice más bobadas, si Raúl del Pozo y los que piensan como él, o los que piensan como Oriana y Magdi. Y esta no es una cuestión marginal sino central en nuestras vidas.

Seremos (así como nuestras sociedades) lo que nosotros queramos ser. Por supuesto, no lo hacemos partiendo de cero sino en un complejo contexto que nos viene dado. Pero nada se consigue llorando, quejándose o apelando a 'buenismos' ridículos. Tampoco diciendo que todo está determinado y no hay nada que hacer, salvo ir de copas. Estos son los más cobardes y contradictorios. Dicen que son como caracoles (están determinados) pero quieren tener libertad y, además, gratis. ¡Qué rostro!


¡Que cada uno apechugue con su responsabilidad de ser humano adulto!




Sebastián Urbina.

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