viernes, 29 de septiembre de 2006

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Leo (ElCultural/Septiembre-Octubre/2006). Giacomo Rizzolatti y Corrado Sinigaglia.


NEURONAS ESPEJO Y LOS MECANISMOS DE LA EMPATIA EMOCIONAL.


'Descubiertas a principio de los años noventa, éstas (se refiere a las neuronas) demuestran que el reconocimiento de los demás, así como de sus acciones y hasta de sus intenciones, depende en primera instancia de nuestro patrimonio motor. Desde los actos más elementales y naturales -como puede ser el coger la comida con la mano o con la boca- hasta los más sofisticados, que requieren una habilidad particular ... las neuronas espejo permiten a nuestro cerebro correlacionar los movimientos observados con los nuestros propios y reconocer así su significado ...

Hay, en efecto, formas más o menos complicadas de imitación, aprendizaje y comunicación gestual, e incluso verbal, que encuentran una correspondencia puntual en la activación de circuitos espejo concretos. Y no sólo esto: nuestra posibilidad de captar las reacciones emotivas de los demás está por su parte también relacionada con un determinado conjunto de zonas caracterizadas por zonas espejo ......

Esto muestra cuan arraigado y profundo es eso que nos une a los demás, y cuan raro raro resulta concebir un yo sin un nosotros. Como dijera Peter Brook, más allá de toda diferencia lingüística o cultural, los actores y los espectadores están unidos por el hecho de compartir las mismas acciones y emociones'.




Los avances científicos actuales parecen indicar que la comprensión de los seres humanos como algo radical y completamente separado de los demás animales no humanos, es un error. Otra opción es que se afirme que los seres humanos son 'como' los demás animales. Es decir, algunas personas hablan como si los seres humanos estuviésemos determinados en vez de condicionados, por nuestra naturaleza, por nuestro ambiente social, por el contexto histórico.


Entre los defensores de los seres humanos como animales determinados están, en general, los progres. De todos modos, cuando les aprietas (los más listos) reculan y aceptan que no hay determinación completa. Ahora bien ¿Por qué los progres, y el rojerio en general, estarían interesados en defender que no hay (o casi no hay) libertad?


Porque si aceptamos que somos seres libres, tenemos que hacernos responsables de nuestros actos. Esta es, en general y con los matices de rigor, una visión liberal. Ellos suelen ser más partidarios de enfatizar el peso casi (y sin 'casi' para los más sectarios) insalvable de las multinacionales, la presión de las estructuras capitalistas, de la propaganda burguesa, el consumismo y otras desgracias que nos convierten en seres masificados y deshumanizados.


En el ámbito educativo están en contra del mérito y del esfuerzo porque estas cosas realzan al individuo y su determinación de superarse. No se dan cuenta (dicen los progres sabidillos) que están 'alienados' y creen que hacen estas cosas meritorias porque lo han decidido ellos mismos. ¡Pobres ilusos! dicen los progres. No son conscientes de que (advierta el lector la profunda sabiduría de los progres) están alienados, pero yo no. O sea, el progre sobrevuela por encima de la miseria humana, la determinación ambiental y la sucia presión capitalista. Y como una virgen vestal, descubre las verdades de la vida que los simples mortales no pueden ver.

¡Algunos, incluso se lo creen en serio!


Pero no desespereis muchachos- muchachas, camarados y camaradas, la emancipación está a la vuelta de la esquina. Basta destruir el mal (el capitalismo) y las fuerzas del bien fluirán espontáneamente, sin competencia, sin méritos para sobresalir sobre los demás. Todos, como ovejas felices (esto lo digo yo) balaremos incansables por los prados de la revolución sexual permanente.


Me he alejado algo. Vuelvo al gran filósofo escocés, David Hume. Con su gran inteligencia pudo ver que los seres humanos tenemos emociones básicas comunes. Da igual que sean nacionalistas vascos o nacionalistas catalanes o no. ¡Qué escándalo! Escuchemos al blasfemo escocés:


'Las dos emociones morales básicas son el amor a uno mismo, o egoismo, y la simpatía altruista, también llamada compasión'.

El egoismo tiene que ver con la racionalidad individual, entendida como la racionalidad propia del 'homo economicus'. Este tipo de racionalidad no es suficiente para explicar la conducta humana pero ahora no es el momento de hablar del 'homo sociologicus'.


En todo caso, Hume desarrolló un tipo de ética vinculada a la naturaleza humana, a diferencia del gran filósofo Kant, que separó radicalmente el mundo empírico del mundo del deber (lo que me parece un error) del mundo normativo y, por tanto, del mundo moral. Los avances científicos con los que he iniciado esta 'noticia comentada' muestran la gran actualidad de Hume y de las éticas, digamos, neo-naturalistas.


Sebastián Urbina.

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