miércoles, 25 de octubre de 2006

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Leo (LibertadDigital y El Mundo/25/10/2006)


Profesores, maestros e intelectuales han presentado un manifiesto europeo que reivindica la enseñanza tradicional frente a la ideología de la educación fácil, divertida y espontánea, instaurada en detrimento del aprendizaje y de la 'mera transmisión de conocimientos'. El objetivo último del manifiesto es que continúe y siga avanzando la cultura europea y la civilización occidental y que hasta el más humilde, si tiene interés y aptitud, pueda acceder a ella ... El filólogo catalán Xavier Pericay advirtió, en la presentación del manifiesto, sobre la desaparición de la lengua y la cultura españolas en la escuela pública catalana y aseguró que la enseñanza de la lengua española era prácticamente inexistente en Cataluña, especialmente en la enseñanza primaria ...



Ya me he manifestado repetidamente sobre temas educativos. El que lo desee, puede leer, además de varias 'Noticias Comentadas' dedicadas a este tema, mi artículo (en este Blog) 'Que sea fácil y diver'.



El catedrático Desiderio Vaquerizo, junto a otros profesores de la Universidad de Córdoba, acaba de realizar un exhaustivo estudio sobre el fracaso escolar:


'Tanto los profesores, que estamos padeciendo un sistema educativo y un tipo de alumnado que nos frustra; como los estudiantes, víctimas de este proyecto, y la propia sociedad, que está recibiendo licenciados con una formación escasa, somos víctimas de un problema real y multicausal .... ... El problema es tan complejo que tiene numerosos factores. En primer lugar, la implantación de la LOGSE, cuyo fracaso ha sido estrepitoso. En segundo lugar, la sociedad del bienestar en la que nos movemos, donde ha desaparecido la cultura del esfuerzo y del sentido de la disciplina. Y en tercer lugar, los padres, que han delegado la educación de us hijos en los profesores ...

... sostiene explícitamente que el alumnado actual no está preparado para iniciar el nuevo sistema de aprendizaje que acarrea la Convergencia. Si la situación actual ya es dramática, el problema será aún peor cuando introduzcamos una fórmula de trabajo que confía muchísimo en la dedicación del alumno; aquí el fraude y el acomodo estarán al orden del día. El Espacio Europeo sólo recogerá una realidad terrible e insostenible'.



Escribir sobre educación en España, es llorar. Pero lo que me parece más grave no es la situación educativa actual (que es gravísima) sino la actitud de los padres y políticos, en general. También la actitud de una parte importante de estudiantes cuyo objetivo es pasar curso, con el menor esfuerzo posible. Los buenos estudiantes, que son minoría, están sufriendo, de forma injusta, una situación que les perjudica seriamente. Algo parecido sucede con los profesores.

Creo que solamente estos buenos estudiantes tienen derecho a ir a la Universidad. Si estos estudiantes formaran la nueva Universidad, los malos profesores no tendrían cabida. Un mal profesor sólo puede medrar en un ambiente mediocre. Ahora bien, no es socialmente deseable que amplios sectores de la juventud (y de personas de más edad) no puedan acceder a estudios universitarios. Para ellos se puede agenciar un sistema parecido a la inglesa Open University. Por medio de la televisión, la radio conferencia y otros sistemas de comunicación, aparte de los ordenadores, se puede ofrecer el estudio de carreras a un coste mucho menor.


Las personas que no puedan o no quieran estudiar tanto, o no tengan aptitudes suficientes, pueden acceder a estos estudios. No tienen que ser de mala calidad (ni a la sociedad le interesa que lo sean) pero son bastante más baratos, hay más facilidades para adaptarse a las necesidades de sus alumnos y se puede alargar el período de estudios porque, como he dicho, son bastante más baratos.

Lo que no es justo es perjudicar a los buenos estudiantes. Tampoco es justo que los ciudadanos paguen con sus impuestos a estudiantes que no estén dispuestos a trabajar en serio. Recordemos que una buena Universidad es cara. No hay que engañarse, con un coche 'de calle' no se puede competir en Formula Uno. Otra cosa sucede si el objetivo es 'aparcar a los jóvenes unos cuantos años'. Entonces basta con lo que hay. Pero lo que no es admisible es creer que se puede exigir la famosa e indefinida 'calidad', y seguir como hasta ahora. Hay que ser tonto o actuar de mala fe. Basta ya de estériles demagogias. Si queremos calidad, definamos en qué consiste y acordemos los pasos para alcanzarla. Y luego, manos a la obra.


Sebastián Urbina.

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