miércoles, 6 de junio de 2007

COMENTARIO






TRES FORMAS DE SER (Y ESTAR) DE LA IZQUIERDA.



No pretendo que haya solamente tres formas de exteriorizar este sentimiento-pensamiento. Comentaré tres, con independencia de que pueda haber más. Que siempre es possible. De todos modos, la multiplicación de formas de ser de la izquierda es similar a las formas de ser de la derecha. Si damos importancia a ciertos matices, la proliferación de formas puede ser incontrolable. De ahí que sea conveniente, opino, ser frugal en los tipos admisibles. Aunque sea por hacer caso a la famosa navaja de Guillermo de Ockam. Es decir, no debemos multiplicar las entidades, más allá de lo necesario.


Primer ejemplo.

Hace días iba paseando por una calle de Palma y saludé a un profesor de segunda enseñanza jubilado, como vengo haciendo desde hace muchos años, ya que conozco a la persona en cuestión de mi época de estudiante. Él se paró. Al verle, yo hice lo mismo. Y me espetó: 'He leído un artículo tuyo. Fatal. Prefiero que no me vuelvas a saludar'. Le dije que esperaba que también hiciera lo mismo conmigo y seguí mi camino.

Este tipo de izquierda es la que no acepta la existencia de adversarios políticos. Sólo tiene enemigos. Son los que, después de la victoria de Sarkozy en Francia, estuvieron cuatro noches incendiando coches y enfrentándose salvajemente con la policía. Son los que dividen el mundo en buenos (ellos) y malos (los otros). Son los que rememoran la guerra civil con ánimo de revancha. Son los que no quieren convivir pacíficamente con los que opinan diferente. Esperemos que este tipo de izquierda sea minoritario.


El filósofo francés A. Glucksman, dijo que un problema no resuelto de la izquierda francesa, digamos, normal, es que no ha roto de forma rotunda, pública y sin paliativos con esta izquierda antisistema y violenta. La izquierda normal no va a estos actos de violencia antidemocrática, pero suele tener algún 'pero', cuando condena este comportamiento salvaje. Creo que, en España, pasa algo parecido con un amplio sector de la izquierda no violenta.

Alguien más conocido, que pertenece a este apartado, es la periodista Maruja Torres. En su día calificó a los votantes del Partido Popular como ''hijos de puta''. Ahora, en un artículo ''Maldades'', el El País, dice: ''las bocazas opositoras ... me asustan tanto como las de la banda''. añade que el PP se dedica a ''verter su bilis'' y quiere ''no el fin del terrorismo, sino el fin del socialismo''.
Con este personal no se puede hablar del fin del socialismo. Ya está hecho. A menos que ''socialismo'' se identifique con odio y sectarismo. Afortunadamente, no todos son así.


Segundo ejemplo.


Hace unos días, me topé en la calle con un socialista, viejo conocido. Nos saludamos y estuvimos hablando un rato. La primera diferencia es que pudimos hablar respetuosamente, a pesar de nuestros desacuerdos. El problema es que no había acuerdo en ciertos hechos básicos. Cuando esto sucede, el diálogo se convierte en diálogo de sordos. Él pensaba que el Gobierno había ofrecido colaboración al PP, para llevar adelante, conjuntamente, el proceso (falso, en mi opinión) de paz. Y que el PP no había querido colaborar. Es cierto, en las condiciones ofrecidas por el Presidente Rodriguez, no quiso colaborar.

Yo dije que mi planteamiento era otro. Que el Gobierno había ofrecido seguidismo al principal partido de la oposición. O sea, apoya lo que yo hago, sin más, o te quedas fuera. El consenso es otra cosa. Supone ponerse de acuerdo y no imposición. Además, la voluntad de consenso del Gobierno se ha manifestado en el Pacto de Tinell y en el 'cordón sanitario'. Aparte de calificar al PP de 'derecha extrema o extrema derecha'. Pepiño, entre otros. No es una buena muestra de 'talante', del que tanto ha presumido el Presidente.


La conversación se inició al decirme, 'Parece que vosotros vais a ganar las elecciones'. Supuse que se refería al PP. Le dije que no acertaba. Le dije que prefería, con diferencia, que el PSOE estuviera dirigido por socialistas a los que respeto (y a los que votaría) , como Nicolás Redondo, Rosa Díez, Maite Pagaza, Gotzone Mora, etcétera, antes de que el PP ganara las elecciones. En las condiciones actuales, me parece prioritario que el Partido Socialista modifique su rumbo actual, a que el PP gane las próximas elecciones. En todo caso, me dijo que estaba de acuerdo en algunas cosas y no en otras. Y nos despedimos educadamente.


Tercer ejemplo.


He tenido la oportunidad (en realidad, lo considero un privilegio) de cenar, en Palma, con Fernando Savater, Nicolás Redondo, Maite Pagaza y Gotzone Mora, y me siento identificado con ellos. Con esto llegamos a la tercera manera de ser (y de estar) de la izquierda. Veamos algunas cuestiones que me unen a ellos y que me separan del segundo tipo de izquierda. Del primer tipo, no vale la pena hablar. No respetan más que a las ovejas de su rebaño, si obedecen puntualmente. Los demás somos seres despreciables.

Los del tercer tipo, son gentes de izquierda que, entre otras cosas:

Defienden la unidad de España, no su uniformidad.
Rechazan el nacionalismo obligatorio, axfisiante, al menos, en el País Vasco, Cataluña y más recientemente, en Galicia.

Proponen la reforma de la ley electoral, para evitar que las minorías nacionalistas estén sobre representadas y controlen, a su favor, la vida nacional.

Solidaridad interterritorial.

Que ningún ciudadano sea menos que otro, o tenga menos prestaciones, porque viva en una u otra Comunidad Autónoma.

Por supuesto, esto no agota todo lo que hay que decir, pero anuncia, creo que con suficiente claridad, una línea de pensamiento y acción.

El futuro cercano de nuestra democracia y de nuestra estabilidad, dependerán, del peso relativo de estas formas de ser de la izquierda. Suponiendo que el PP se mantenga como ahora y no se impongan 'barones' regionales como Piqué y similares. O sea, gentes acomplejadas que quieren hacerse 'perdonar', bien por los nacionalistas, bien por la izquierda, catalana en este caso. Tratar de parecerte a tus adversarios políticos es la mejor forma de fracasar. Los resultados electorales en Cataluña, son un ejemplo de la nefasta 'estrategia' acomplejada de Piqué. Y no es el único.

Recordemos que las diferencias entre estos tipos de izquierda, son importantes. Tanto, que Fernando Savater pidió, recientemente, que no se votase al Partido Socialista Obrero Español en las próximas elecciones. El motivo fundamental, su política anti terrorista y su política territorial.


Sebastián Urbina.

''Nada es más fértil que el arte de ser libre, pero nada es más duro que el aprendizaje de la libertad''.

Alexis de Tocqueville.

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