domingo, 23 de septiembre de 2007

FANTÁSTICO



23/9/2007.



FANTÁSTICO.



Siete mil personas de 80 paises (100 científicos españoles) ultiman en Suiza, en el Centro Europeo de Investigación Nuclear, el acelerador de partículas más grande del mundo. Su puesta en funcionamiento en 2008 ampliará las fronteras del conocimiento humano y protagonizará la mayor revolución tecnológica conocida.

No solamente se conocerá la estructura de los virus o se podrá recrear el 'big bang', de forma que conoceremos mejor el Universo. Pero me quiero centrar en uno de los aspectos. Se está buscando una energía limpia, segura e inagotable a través de la fisión nuclear. En este superacelerador de partículas, los protones van a una velocidad cercana a la de la luz y liberarán tanta energía como un tren con 800 toneladas de carga que choca con otro, de similares características, a cien kilómetros por hora. Los protones, una de las partículas subatómicas más importantes, se combinan con electrones y neutrones, formando átomos.


Si estos investigadores tienen éxito ¿Qué podría suceder? Una de las consecuencias de obtener (y poder comercializar) una energía limpia, segura e inagotable (me olvidaba: y barata) hará que el mapa de la energía cambie de manera radical. Los países productores de petróleo dejarán de tener el maná económico y la capacidad de influir en los mercados internacionales por medio del precio del barril. Relativamente, porque nadie puede hacer, absolutamente, lo que quiere. Pero hemos sufridos varias crisis del petróleo y la no dependencia producirá efectos económicos y políticos de primera importancia.

Los paises árabes productores de petróleo, Venezuela y otros, deben darse prisa. Deben aprovechar la enorme cantidad de dinero, no para jugar al ajedrez internacional, sino para formar a sus ciudadanos lo mejor posible. Conocimiento y libertad. Solamente así estarán en condiciones para afrontar un mundo sin estos colosales ingresos. Si no lo hacen, volverán al sopor de la historia. Florecerán como hongos los profetas. Se harán las víctimas. Mucho más que ahora. Y el fanatismo será su pan y su sal.

Por eso es tan importante que los paises productores de petróleo piensen en sus ciudadanos, no en misiones históricas. Pero se precisa, entre otras cosas, libertad, seguridad jurídica, disminución de la corrupción, separación Iglesia-Estado, e igualdad jurídica entre hombres y mujeres. Podemos ayudarles, pero la decisión y el impulso han de ser suyos.


En otro caso, su futuro parece, aún, más decepcionante. Si fuera así ( y deseo que no), tendrán que soñar con oasis celestiales rodeados con cien huríes, las vírgenes del paraíso de Mahoma. Desearán escapar de una realidad, demasiado pobre y desesperante.


Sebastián Urbina.

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