sábado, 5 de abril de 2008

UNIVERSIDAD, DECADENCIA.



5/4/2008.






UNIVERSIDAD, DECADENCIA.

Reproduzco algunos párrafos del artículo 'Universidad, decadencia' de Pablo Jauralde Pou (catedrático de la U.A.M.). Recomiendo su lectura. Se ha publicado en El Mundo (5/4/2008). Estoy de acuerdo en todo lo que dice.



'La corrupción total del sistema se ha consolidado, primordialmente, al desarrollarse dentro del propio organismo sistemas interesados fuera de control, sancionados por quienes los disfrutan, y calificados como democráticos. En nombre de esa palabra se insulta a casi todos y a casi todo. El primer insulto es para la
inteligencia de los lugareños universitarios, que han de aceptar la tropelía si quieren mantener su vocación, su trabajo, su tranquilidad para poder ser eficaces en su campo ...'

'Las críticas internas que operen desde supuestos distintos, o que utilicen formas no habituales- como la de este artículo- serán siempre tachadas de inapropiadas e indecentes.'

'Una crítica desde dentro se considerará una deserción y el aparato represor podrá, en consecuencia, sancionar rápidamente esa deserción intentando señalar o expulsar al osado'.


Mi experiencia personal confirma todo lo que dice Jauralde.

Sebastián Urbina.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Entonces, ¿por qué no se marcha de la UIB si tan mal está según su experiencia? mordiendo la mano que le da de comer, y a la vez cobrando. ¿O es que no lo quieren en ningún otro sitio, dado su optimismo vital?

Sebastián Urbina dijo...

Usted es un buen ejemplo de la mediocridad actual.

Primero. Es un cobarde porque se esconde detrás del anonimato para ser grosero.

Segundo. La crítica a una institución, como la universitaria, no es equivalente a 'morder la mano al que te da de comer'. Los profesores estamos para ayudar a la formación de las jóvenes generaciones. Este es el compromiso. Por supuesto, los funcionarios cobran por el trabajo que hacen. ¿Cómo puede decir estas bobadas?

Tercero.Si no fuese tan ignorante sabría que un funcionario tiene plaza en la que desarrolla su labor, y no se trata de que me quieran o no.

Cuarto. No tiene ni idea de mis méritos académicos.

Quinto. La valoración de un profesor universitario se hace, básicamente, en función de sus publicaciones y sus clases.

Sexto. Agradecería que no volviera a escribir en este blog.

Anónimo dijo...

Estoy segura de que personas como Jauralde pueden cambiar cosas, al menos no tiene ni pelos en la lengua, ni miedo. Gracias por decir lo que muchos piensan