lunes, 12 de mayo de 2008

FIRMEZA Y DIGNIDAD.


12/5/2008.



FIRMEZA Y DIGNIDAD.




La diputada de UPD, Rosa Díez, ha solicitado al gobierno que destituya al Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido por haber incurrido en un 'manifiesto incumplimiento de sus funciones constitucionales' en la lucha contra el terrorismo.

El fiscal general, según Rosa Díez, ha hecho gala de una actuación 'arbitraria e incompetente' y de 'muy dudosa legalidad'. Ha hecho un 'daño irreparable a la hora de combatir el terrorismo'. Una actuación, la del fiscal general, que ha tenido 'nefastas consecuencias para el derecho a la vida y la libertad de los ciudadanos españoles'.
En estos graves momentos, y si no lo fueran me alegraría enormemente, es imprescindible que los políticos responsables actúen con firmeza y dignidad. No se trata de caer 'simpáticos' a los nacionalistas. Se trata de defender las libertades de los ciudadanos vivan en la Comunidad que vivan. Reforzar un proyecto común, con respeto por las diferencias que no afecten a los derechos fundamentales. No podemos consentir, por más tiempo, que las transferencias educativas se utilicen para destruir y denigrar (desde hace treinta años) el proyecto común que se llama España. No con nuestro dinero.

Y tampoco se trata de admitir ciudadanos de primera y de segunda por motivos de conveniencia política. Frente a los catalanistas que se rasgan las vestiduras cuando aparece la figura del boicot a los productos catalanes, hay que recordar que ellos (los catalanistas) a través de organizaciones como Omnium Cultural y otras, han animado a los catalanes a no comprar productos españoles. Mucho antes de que se hablara de boicotear el cava catalán durante las Navidades.

No se trata de ser tan impresentables como ellos (aunque habría que hacer un gran esfuerzo) pero tampoco se trata de dejarse insultar por el dueño de la tienda de ultramarinos y seguir comprando en su tienda.

Rosa Díez y políticos de su talla, son ya la única esperanza para evitar el distanciamiento o el enfrentamiento entre Comunidades, irresponsablemente atizado por este gobierno. Y con la anuencia vergonzante, en algunas ocasiones, del acomplejado y lamentable Partido Popular. Es el caso del anticonstitucional Estatuto catalán y las copias, más o menos descafeinadas, apoyadas por los populares. Para no ser menos que el que exige más. Por no hablar de la descomposición paulatina de la unidad de mercado y sus negativos efectos, como el aumento de los costes de transacción.

La presencia activa de políticos de talla pueden evitar que los malentendidos, resentimientos, quejas y agravios (reales, inventados o exagerados) puedan crecer como peligrosa bola de nieve. No es bueno abusar de la paciencia de la gente. Y mucha gente está ya hasta el gorro de la clase política. Recordemos, entre otros muchos ejemplos, que con relación al 'inaplazable e imprescindible' Estatuto de Cataluña, sólo un tercio de los catalanes con derecho a voto lo hicieron a favor del nuevo texto estatutario. ¡Un clam, oiga!

El tiempo apremia.


Sebastián Urbina.

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