martes, 22 de julio de 2008


22/7/2008.



Por su interés, reproduzco este artículo.



ROMÁN PIÑA VALLS: "Nuestros cerdos le dicen a Lluis Cerdó lo siguiente: somos pocos, tronco, no damos abasto. Con nuestras carnes no podemos hacer sobrasada suficiente para suministrar a la población isleña, y aún menos para exportar."

Tanto en una carta al director como en el foro de este blog, Lluis Cerdó ha aportado unas líneas de debate interesantes, de las que escojo las dos siguientes preguntas, que en realidad es una. ¿Por qué el castellano tiene que ser la “lengua principal de comunicación democrática”? ¿Qué defecto congénito padecen las demás lenguas españolas que les impide poder ejercer ese papel en condiciones de igualdad?

Quisiera contestarle yo, pero prefiero que los hagan nuestros cerdos. Nuestros cerdos le dicen a Lluis Cerdó lo siguiente: somos pocos, tronco, no damos abasto. Con nuestras carnes no podemos hacer sobrasada suficiente para suministrar a la población isleña, y aún menos para exportar. Necesitamos traernos la carne de fuera para hacer nuestras tradicionales sobrasadas, para ganarnos la vida. Oink. Tío, o nos ponemos a hacer sobrasada con carne traída de allende los mares, o se acabó la sobrasada. Oink.

El castellano no tiene que ser la lengua principal de comunicación democrática. Lo es, pero no tiene por qué serlo. El mallorquín de Cerdó (o el mío) no tiene ningún defecto congénito, pero si yo este fin de semana que he pasado en Cantabria me hubiese empeñado en hablar con mis anfitriones en Mallorquín, nuestra comunicación habría sido bastante más pobre y escasa de lo que ha sido, por no decir nula.

Es decir, todo depende del marco. En el parlament balear, sin duda el mallorquín no tiene ningún problema para ser la lengua principal de comunicación democrática. En el marco de España, si queremos comer sobrasada todos, o sea comunicarnos, hemos de aceptar que entre en juego un elemento quizá extraño en nuestro retrato inamovible de esencias, que algunos tienen tanto interés en congelar en nuestra realidad de hace 300 años.

¿Qué impide al catalán, al vasco o al euskara desempeñar la función que desempeña el castellano? Lo mismo que nos impide hacer sobrasada con nuestros propios recursos. Si podemos hacer sobrasada mallorquina con carne de un cerdo criado en Albacete, y considerarla nuestra, a lo mejor también entendemos que el castellano es algo nuestro, útil y muy conveniente para nuestro desarrollo e integración en la realidad política y social que vivimos.

Podemos renegar de la monarquía española, del Decreto de Nueva Planta, del franquismo, de la radio, la televisión, la inmigración, el turismo, el barco y el avión. Pero esa actitud parece la de un grupúsculo con un verdadero problema de adaptación. La mayoría queremos poder seguir comiendo sobrasada. ¿usted no?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Adaptació no vol dir baixar-se els calçons ni renegar dels nostres avantpassats ni de la nostra llengua.

Anónimo dijo...

Jo me consider plenament adaptat, sé català, castellà, anglès i francès. El problema el tenen molts que venen aquí i no són capaços d'aprendre la llengua pròpia d'aquí,així com molts mallorquins que reneguen de la seva llengua. Sí, llengua pròpia, igual que anglès és la llengua pròpia d'Anglaterra o el francès de França.

Anónimo dijo...

Ess lo que dice el tal Lluís:
"Preguntas a los intelectuales del ‘Manifiesto por la lengua común’
Una vez leído el "Manifiesto por la lengua común", me permito formular una serie de preguntas a los intelectuales que lo han promovido.
1) Si el castellano es la “lengua común” de los españoles, ¿desde cuándo lo es? Porque si bien es cierto que se impuso oficialmente en toda España a partir del siglo XVIII mediante de los decretos de Nueva Planta, el Estado no dispuso de los recursos necesarios para que enraizara en la vida social de las comunidades con otra lengua propia hasta bien entrado el franquismo, con la alfabetización masiva de la población obligatoriamente en castellano, la llegada de la radio y la televisión en el mismo idioma o la inmigración masiva de castellanohablantes a algunas de las comunidades con otra lengua propia. Hasta entonces, la mayoría de catalanohablantes, gallegohablantes y vascohablantes eran tan monolingües como los castellanohablantes. Si no me creen, pregúntenselo a sus descendientes, que lo recuerdan perfectamente. Su lengua común era la propia de su comunidad. Los intelectuales del manifiesto creen que ya no lo es, y entonces hay que preguntarles: ¿cuándo dejó de serlo y por qué? Por otro lado, cuando aseguran que el castellano es “una lengua de tanto arraigo histórico en todo el país”, ¿se remontan a los decretos de Nueva Planta o solo al franquismo?
2) ¿Por qué el castellano tiene que ser la “lengua principal de comunicación democrática”? ¿Qué defecto congénito padecen las demás lenguas españolas que les impide poder ejercer ese papel en condiciones de igualdad?
3) Si todas las lenguas españolas son “merecedoras de protección institucional”, ¿qué medidas deben tomarse para hacer efectiva esa protección? Porque las propuestas del manifiesto solo van dirigidas a reforzar el castellano a costa de arrinconar las demás lenguas españolas, que desaparecerían en cuestión de décadas como pretendía la legislación franquista. Por cierto, ¿hay alguna diferencia, en la práctica, entre las propuestas del manifiesto y la legislación vigente el tiempos de Franco? Es más, ¿habría podido siquiera plantearse un manifiesto como este sin haber aplicado previamente la política lingüística de tierra quemada durante el franquismo?
4) Si “son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, no los territorios ni mucho menos las lenguas mismas”, ¿por qué solo los castellanohablantes deben tener garantizado el derecho a usar su lengua sin cortapisas en todo el territorio del Estado? ¿Para hacer realidad los decretos de Nueva Planta? ¿Por la inercia del franquismo? Si los territorios no cuentan, ¿a qué viene circunscribir el uso oficial del catalán, el gallego y el vasco a unos territorios concretos, calificándolas además de “lenguas autonómicas”? ¿Qué impide que estas lenguas sean también “oficiales del Estado”, en igualdad con el castellano?
5) Si “es un deseo encomiable que todos los ciudadanos lleguen a conocer bien” la lengua propia de la comunidad donde viven, ¿qué medidas deben tomarse para hacerlo realidad? ¿La segregación de los estudiantes en aulas distintas según su lengua familiar, como propone el manifiesto?
6) ¿Por qué dicen que la protección de las modalidades lingüísticas de España es una disposición “tan generosa como justa”? Donde hay justicia no hay generosidad, porque la generosidad va más allá de la justicia. Además, aseguran que el objetivo de “acabar con las prohibiciones y restricciones que padecían” de las lenguas distintas del castellano se ha cumplido “sobradamente”. ¿Qué es lo que sobra?
7) ¿No les da reparo abrir tan alegremente el melón de la reforma constitucional en materia de lenguas? Porque esa reforma habrá que negociarla, y el resultado puede ser imprevisto. ¿Se imaginan que, de una vez por todas, se estableciera la igualdad jurídica de las lenguas españolas y se acabaran los privilegios de quienes tienen como propia “la lengua oficial del Estado”? ¿Cómo se lo explicarían a sus más de cien mil firmantes? ¡Menudo fiasco!
Son preguntas concretas que exigen respuestas concretas. Seguro que los intelectuales del manifiesto sabrán contestarlas “sobradamente”.
Un saludo"
De nada

Anónimo dijo...

En Francia existen distintos dialectos (o lenguas vernáculas), pero sí, el francés es la lengua propia y común de Francia. Gracias por recordárnoslo.

Y, respecto al anónimo que afirma que el español se impuso oficialmente en el s. XVIII,¿por qué sería? ¿quizás porque era la más común en TODO el territorio? ¿escribían ya sus obras en castellano, los distintos literatos de distintas regiones, anteriores a dicha época? ¿hablaban ya castellano los distintos conquistadores de América u otros mundos?¿o es que las obras que han trascendido, las grandes conquistas, etc, sólo las realizaron castellanos? Tal vez, para ser reclutado en el ejército con anterioridad al s. XVIII, debían pasar un examen de nivel C de castellano... debe ser eso :-P