martes, 29 de julio de 2008

LOS 'SEPARADORES' SE VAN A FRANCIA.






29/7/2008.











LOS 'SEPARADORES' SE VAN A FRANCIA.


Pepiño Blanco acusa de separadores a los que dicen que hay discriminación lingüística y acoso al castellano. O sea, que no hay libertad. Miente porque sabe que hay millones de personas que son como él. Porque sabe que hay una mayoría de los medios de difusión que son como él. Mentiras y discriminación. Tenemos un gran presente y un mejor futuro.





El acoso al castellano
«Me llevo a mi hijo a Francia para que pueda estudiar Historia de España» Cambiar el tamaño del texto
La imposición del euskera fuerza a muchas familias a buscar colegio fuera del País Vasco Los afectados no quieren que sus hijos sean adoctrinados en un sistema que no reconoce la existencia de España.
R. L. Vargas
Madrid- La intención de los nacionalistas de liquidar el castellano como lengua vehicular en la enseñanza en el País Vasco va a profundizar más si cabe la diáspora educativa ya existente en esta región. Son muchos los padres de esta comunidad que prefieren que sus hijos cursen sus estudios en provincias limítrofes para escapar de un sistema educativo en el que España no existe y sí un «Euskadi continental» y un «Euskadi peninsular». Algunos, incluso, eligen otros países.
Apenas veinte kilómetros separan la localidad francesa de Hendaya de San Sebastián. Y aquí han encontrado muchos padres los colegios en los que sus hijos, al contrario que en el País Vasco, pueden aprender Literatura, Lengua, Geografía e Historia de España. Además, a los diez años tienen la oportunidad de cursar castellano, junto al inglés y al francés.
«A mí me preocupa que mis hijos tengan una buena formación, y en Euskadi lo que se ha hecho es politizar la educación, más allá de la imposición del euskera», explica Elisa, nombre ficticio de una madre preocupada por buscar colegios en Francia para escolarizar a su pequeña de dos años. Muchos conocidos ya lo han hecho, y aunque el resultado es bueno, no es sencillo. «Los centros galos están fijando cuotas para españoles, porque si no, al final, en el patio los niños hablan más castellano que francés, y es natural que eso moleste a los franceses», explica. En Hendaya, por ejemplo, las plazas bilingües euskera-francés que ofrece un colegio están ya ocupadas y su demanda sigue creciendo.
Tampoco hay rutas de autobuses que lleven a los niños (el periodo de vacaciones difiere del español); las distancias con algunos centros son muy grandes...; pero, con todo, a estos padres el sacrificio les merece la pena. Y ello, alega Elisa, no significa que tengan nada en contra de que los niños puedan aprender otra lengua como es el euskera. «¿Qué culpa tiene este idioma de que cuatro trastornados se hayan adueñado de él y lo hayan manipulado con fines políticos?», se pregunta con frustración.


Sea progresista. Mienta.
Sebastián Urbina.

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