jueves, 21 de agosto de 2008

AROMAS DE LA IZQUIERDA.


21/8/2008.


AROMAS DE LA IZQUIERDA.


MD ya avanzó en su día la propuesta de los socialistas catalanes para instaurar un Estado federal en España. Ahora, al finalizar su congreso, se puede decir que su giro hacía el nacionalismo se ha completado. Se puede decir que la facción socialista catalana se ha convertido en un partido nacionalista más, dejando a los votantes de izquierda no nacionalistas huérfanos de representatividad en Cataluña.

Las claves del giro nacionalista socialista son estas:

-El Congreso del PSC, que ha definido a Cataluña como “una nación con un territorio, una lengua, una cultura y una historia propias”.

- La reclamación de una reforma federal de la Constitución Española que dé voz propia a Cataluña ante instituciones y organismos europeos. El PSC reclama la incorporación de los últimos avances(sic) del Estado de las Autonomías en un sentido federal”, desde “la colaboración entre instancias de poder y bajo los “principios de lealtad federal”.

-Relaciones bilaterales Generalidad-Gobierno español. El PSC también quiere “reforzar” la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, “manteniendo la solidaridad en el marco de la Comisión Mixta de Asuntos Económicos Estado-Generalitat”. Los socialistas catalanes también quieren “reforzar” el Consejo de Regiones como segunda cámara de representación de los parlamentos regionales.

-La lengua como identidad colectiva. Que se traduce en el mantenimiento del modelo de inmersión lingüística en catalán que se extenderá a los inmigrantes. “Sólo así seremos capaces de construir” una “identidad colectiva”, dicen.

-Financiación autonómica en la que Cataluña negocie con el Estado bilateralmente. “No aceptaremos un modelo de financiación que no se ajuste al Estatuto y que consideremos que no sea positivo o justo para Cataluña”.

El PSC-PSOE busca afianzar el voto radical nacionalista que procedente de ERC le salvó de la derrota electoral las pasadas elecciones, asumiendo las tesis del catalanismo “mas tronado” en palabras del insigne Josep Plá, así como abrir la posibilidad de un entende con CiU en caso de que para seguir en el poder el PSC tenga que cambiar de socios. El problema de todo este cálculo electoralista es que acentúa la crisis de la cohesión nacional y alimenta la confrontación artificial Cataluña-España que buscan los separatistas.

Conociendo además las escasas luces del electorado español y su nula capacidad de crítica, es predecible que el PSC arrastre a sus muchos votantes de izquierda pero no nacionalistas, que serán incapaces de superar la consigna facilona de votar en contra de la derecha, para votar a favor de todos, es decir de España, ya sea a UPyD u otras formaciones.

Cabe preguntarse por la postura del PPC, instalado en una ambigüedad que no convence a nadie. Si va a imitar al PSC y apuntarse a la deriva nacionalista para caer más simpáticos desde un nacionalismo moderadillo cercano a Unió, o va abrirse a la calle en una doble vertiente, por un lado para servir de referente a los no nacionalistas en Cataluña y por otro alejándose de posturas clasistas ultraliberales para captar el voto del centro izquierda.

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