martes, 30 de septiembre de 2008

NACIONALISMO Y MENTIRA.


25/9/2008.


NACIONALISMO Y MENTIRA.


Es paradójico, pero cuanto más ha avanzado el mundo en acceso a la información, más expuesto y vulnerable está el ciudadano ante la mentira. El jueves pasado, el comisario europeo de Multilingüismo, el rumano Leonard Orban, ha declarado que Cataluña es un modelo de convivencia lingüística porque los organismos de la Comisión Europea no han recibido queja alguna por discriminación lingüística en Cataluña. O bien Orban miente o es un pésimo gestor de la responsabilidad que ostenta.

Según el Avui, "el comisario estuvo en noviembre del año pasado para comprobar el multilingüismo de La Caixa, del Fútbol Club Barcelona y una escuela del barrio de las Corts de la capital catalana, además de entrevistarse con el presidente de la Generalitat, José Montilla". Solo le faltó cenar con representantes de Òmnium Cultural y Carod Rovira para acabarse de documentar objetivamente sobre la realidad lingüística de Cataluña. Aunque según declaró a los periodistas, su impresión de que no hay discriminación lingüística en Cataluña la sacó de sus paisanos rumanos que viven en el Principado: "Los rumanos que viven en Barcelona están impresionados con la capacidad que tiene mucha gente para cambiar de lengua sin ninguna dificultad y sin siquiera darse cuenta".

Da vergüenza ajena que todo un comisario europeo se deje llevar por sensaciones coloquiales de unos paisanos suyos que viven en Barcelona y del aparato político que impone el modelo de inmersión y de exclusión del castellano. Todo un alarde de método científico.

Es evidente que el comisario europeo de Multilingüismo es un perfecto incompetente. Desde hace ya años se han ido haciendo llegar a los organismos internacionales y a la Comisión Europea varios informes de más de 300 páginas, que han sido contestados y que en algún caso han provocado que se instara al Gobierno español a actuar para evitar la discriminación de los derechos lingüísticos en Cataluña. Resulto ocioso aclarar que el Gobierno español nunca hizo caso a las recomendaciones de los organismos europeos.

Por ejemplo, el 28 de marzo de 2996, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial de Naciones Unidas dejó escrito en el apartado 12 de su informe anual: "Aunque el Comité celebra la amplia autonomía de que gozan las comunidades autónomas en materia de educación, observa con preocupación que en Cataluña y en el País Vasco a los niños de la minoría castellanohablante les puede resultar difícil recibir la educación en su lengua materna".

El 26 de enero de 1999, en Estrasburgo, la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) dejó escrito en el apartado 14 de su informe sobre educación: "Existen informes sobre las dificultades a las que a veces se enfrentan los niños de lengua castellana residentes en Cataluña y en el País Vasco cuando se trata de recibir una educación en castellano. Este tipo de casos debería seguirse de cerca".

El 19 de Abril de 2000, de nuevo la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial afirmaba: "Se invita al Estado Parte (España) a que en su próximo informe proporcione más información sobre las siguientes cuestiones: (...) d) las medidas tomadas para que las leyes que rigen el derecho a la educación y a la normalización lingüística en las comunidades autónomas no sean discriminatorias en la práctica."

También se han presentado cientos de quejas y recursos en organismos administrativos en Cataluña y en España, como el Sindic de Greuges y el Defensor del pueblo, por no menos de un millar por parte de asociaciones como la Asociación Miguel de Cervantes, CADECA y Asociación por la Tolerancia, además de denuncias particulares. De hecho hay sentencias de los tribunales españoles, sobre todo del TSJC, instando a la Generalitat a permitir a los padres ejercer su derecho a escoger la lengua vehicular de sus hijos en la escuela.

Pero lo más cínico de todo, son las declaraciones de políticos nacionalistas que, a pesar haber remitido ellos mismos informes para contrarrestar los que la Asociación por la Tolerancia ha remitido en varias ocasiones, aprovechan el informe de Orban para afirmar sin pudor que nadie nunca se ha quejado de discriminación lingüística alguna en Cataluña.

Avui trataba así el informe del comisario en titulares: "Europa niega la persecución del castellano en Cataluña". para seguir en la entradilla: "La Comisión Europea no ha recibido ninguna queja por discriminación y elogia el modelo lingüístico del Principado". En parecidos términos lo hacía El Punt y así lo repiten ya sin necesidad de consigna nacionalistas y socialistas.

La misma táctica de siempre, negar la realidad, negar los hechos objetivos y utilizar las palabras de Orban para arremeter contra los miles de ciudadanos en Cataluña que desde hace tres décadas vienen denunciando el apartheid lingüístico en Cataluña. Y lo peor es que pueden: tienen el control de los medios en Cataluña y ningún escrúpulo para mentir. Es agotador tener que ejercer de Sísifo para desenmascarar una y otra vez sus patrañas.(Antonio Robles. Las mentiras del comisario europeo de multilingüismo.)
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Dedicado a los catalanistas, en general, y a los comentaristas catalanistas de este blog, en particular. Aunque no servirá para convencer a ninguno de ellos. Dicen que les criminalizamos. No es necesario.
Sebastián Urbina.
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Christian Rubio (PD).- La manifestación contra la imposición lingüística en Cataluña del pasado domingo ha traído cola. El periodista Arcadi Espada se encargó de darle voz a un manifiesto arropado por 6000 personas en la plaza de Sant Jaume. Ahora tacha la ideología nacionalista de “maligna e infecciosa” mientras ironiza sobre la cobertura de información por parte de PRISA y la prensa catalana. Para Espada, mucha gente de izquierdas apoya ahora al nacionalismo “devorados por el poder y la necesidad de ejercerlo”.

- ¿Qué vio usted desde la tribuna?

Vi la plaza llena. Y eso es algo estupendo, porque nunca había habido una manifestación en Cataluña tan numerosa en defensa de lo que se defendió allí como la del domingo. Eso siempre satisface, aunque naturalmente la defensa de las opiniones de uno tiene poco que ver con el asentimiento cuantitativo que esas opiniones merezcan.

- ¿La manifestación colmó sus expectativas?

Sí. A veces se piensa que por qué no llenamos el Camp Nou. Si nosotros sacáramos un millón de personas a la calle el problema no existiría. El problema existe precisamente porque son 6000 y no un millón.

- ¿Es el inicio de una rebelión o es hasta donde se puede aspirar en la sociedad catalana?

La rebelión está formalizada desde hace mucho tiempo en la sociedad catalana. Naturalmente es una rebelión que tiene sus límites y que se desarrolla en medio de las consabidas dificultades que todo el mundo conoce. Pero yo quiero recordar que Ciudadanos tiene 3 diputados en el Parlamento de Cataluña, que hay detrás una lucha admirable llevada a cabo por muchos colectivos ciudadanos desde hace ya tiempo y que la manifestación sólo es paso más en la lucha por la elementalidad de los derechos y contra el nacionalismo. La ideología nacionalista es infecciosa y maligna, contra la que conviene luchar en todo momento.

- ¿Echó a alguien en falta?

No, creo que estaban todos los amigos y toda la gente con la que defendemos aquello que es básico. Hace ya mucho tiempo que uno ha desertado de ver en estos actos a personas que se reclaman del mundo de izquierdas, pero que han sido devorados por el nacionalismo y por el poder. En realidad, la deserción de alguna gente de izquierdas respecto al nacionalismo no es más que el hecho de que han sido deglutidos por algo tan elemental como el poder y la necesidad de ejercerlo.

- ¿Cómo calificaría la actitud del Grupo PRISA respecto a este asunto del bilingüismo en Cataluña? Como usted mismo relata en su blog, El País cuenta así su crónica: «La protesta no logró llenar la plaza de Sant Jaume, con un aforo máximo de 6.000 personas, según la Guardia Urbana. A la misma hora, un festival de acrobacias aéreas reunía 350.000 personas en la zona del Fórum»…

Eso es algo cómico y grotesco, pero creo que va a tener el gran mérito de que va a pasar a las antologías como aquello de “afortunadamente los muertos eran todos de tercera”. El País tiene hoy la mala suerte de que incluye en la misma edición una serie de consejos de su director sobre el sensacionalismo, y resulta muy agradable esa coincidencia.

- Hoy era difícil encontrar en la prensa catalana la manifestación...

No lo sé, yo no gasto prensa catalana. No es una prensa que me interese demasiado salvo algún hecho episódico. No suelo leer prensa regional. Ellos tienen siempre muchas cosas más interesantes de las que ocuparse, como por ejemplo sus deudas.

- ¿Es consciente la sociedad catalana de que se está construyendo esa "nación imaginaria" que usted denuncia?

Sí, claro que es consciente. La gente no es idiota a pesar de lo que los nacionalistas piensen. Otra cosa es que esa conciencia a veces choque con los intereses personales o con el derecho que todo el mundo tiene a sus 15 minutos de estupidez. Lo que pasa es que en Cataluña es que esa estupidez lleva durando demasiado, algo más de 15 minutos, pero no hay que darle mayor importancia. Por suerte vivimos en una democracia y el nacionalismo se puede derrotar de un modo democrático, y en eso estamos empeñados.

- Parece ser que el PP a última hora quiso acaparar protagonismo…

Yo celebro que después de que la señora Sánchez-Camacho se negara a firmar el manifiesto por la lengua común estuviera ayer en la plaza. Eso quiere decir que ha cambiado de pensamiento y a mí eso me merece mucho respeto, porque solamente me provocan desconfianza aquellos que, como las piedras o los minerales, nunca cambian de pensamiento.

- Entonces en el caso de Alicia Sánchez-Camacho más vale tarde que nunca, ¿no?

A mí me pareció sorprendente que el PP en Cataluña no firmara el manifiesto. Veo que han rectificado y me parece una excelente noticia para la razón y la comodidad democráticas.

- ¿Se ha reconciliado usted con Ciudadanos o su partido sigue siendo UPyD?

Yo fui promotor de Ciudadanos y de UPyD. Creía que no era posible desde un punto de vista racional que esos dos partidos llegaran separados a unas elecciones. Evidentemente mis profecías son siempre incumplidas, desgraciadamente eso pasó dejándome perplejo y estupefacto. Y yo no milito ni en UPyD ni en Ciudadanos, sólo quiero que en Cataluña y en España el movimiento ciudadano se consolide y pueda presentar una alternativa sólida y responsable al nacionalismo. No tengo ningún inconveniente en estar en un acto de Ciudadanos o de UPyD si así lo quieren los promotores. Son compañeros, amigos y gente con la cual yo me entiendo ideológicamente a la perfección.

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Abierta persecución del castellano
Por Luis María Anson, de la Real Academia Española



Luis María Anson, de la Real Academia Española

Si un niño pide agua en castellano, en la mayoría de los colegios catalanes se le deja sin respuesta y sediento. Las órdenes provienen de Carod Rovira, obsesionado con erradicar el idioma de Marsé de la vida cotidiana de Cataluña. No resulta fácil creer lo que está pasando pero así es.

Hace veinte años publiqué en "Abc" una portada para denunciar que en las escuelas y colegios catalanes los niños no podían estudiar en castellano. Me llamó telefónicamente mi admirado amigo Jordi Pujol para decirme que la información era falsa. Le creí y para respaldar la afirmación del presidente de la Generalidad envié un equipo de redactores a Cataluña. De sabios es rectificar y el periodismo serio tiene una de sus bases cardinales en el reconocimiento del error. Los redactores de “Abc” recorrieron cuatrocientos colegios. En todos, sin excepción, la inmersión en catalán y la persecución del castellano era un hecho. Publiqué una segunda portada, porque la verdad es lo que nos hace libres, y ya no hubo llamada telefónica. La maniobra había quedado descarnadamente al descubierto. Un conocido periodista radiofónico organizó una campaña asegurando que la normalidad presidía los estudios en los colegios y escuelas catalanes. Fue la respuesta indirecta de la Generalidad.

Veinte años después se actúa ya con descaro y sin disimulos. Como Zapatero necesita los escaños y los votos catalanes no sólo hace la vista gorda sobre lo que está ocurriendo en Cataluña sino que lo justifica siguiendo las sabias enseñanzas de Philip Pettit. Un periódico nacional, “El Mundo”, ha aportado en los últimos meses docenas de datos contrastados que reflejan la persecución obsesiva que el castellano padece en Cataluña bajo el impulso de ese político coronado de espinas que se llama Carod Rovira y que es como Franco al revés. Lo mismo que hizo el dictador en Cataluña con el catalán lo está haciendo ahora el Gobierno socialista de aquella región con el castellano. Los que defendimos la lengua catalana -un vaso de agua clara- durante la dictadura debemos hacerlo ahora con la castellana. Un manifiesto de indudable seriedad y, sobre todo, la actitud valerosa y ejemplar de algunos intelectuales catalanes, encabezados por Albert Boadella, han contribuido a que la denuncia sobre la tropelía que se está cometiendo en Cataluña con la lengua de Neruda y Quevedo, sea conocida en el resto de España. El último decreto de la Generalidad en su obsesiva campaña de persecucuón del castellano, lo elimina de los parvularios.

Franco consiguió que los catalanohablantes no supieran escribir en catalán. Carod Rovira no podrá con el idioma castellano, segundo del mundo, en el que se expresan más de 400 millones de personas. Los hispanohablantes seguirán expresándose en castellano en Cataluña pero no sabrán escribir en su idioma porque en los colegios y las universidades sólo pueden redactar en catalán, lo mismo que ocurría con Franco pero al revés.

Las dos naciones más pobladas de América, Estados Unidos, de habla inglesa, y Brasil, de habla portuguesa, son ya países bilingües porque casi todo el entorno americano se expresa en español. Y mientras no sólo en América sino en todo el mundo se incrementa el estudio de la lengua de Borges y Delibes, en una región española en la que todos sus habitantes hablan castellano y, de ellos, sólo la mitad catalán, se persigue hasta el ridículo en colegios y escuelas al idioma oficial de España. En escuelas y colegios y en todos los ámbitos culturales, administrativos, universitarios, turísticos, comerciales y cotidianos. ¿Adónde, adónde hemos llegado? l

Luis María ANSON

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JAVIER ORRICO

¿Qué llevó a los españoles a odiar a España? ¿Qué hondísima frustración originó, como defensa, la percepción de que España era algo distinto de los españoles mismos? Una interpretación ya clásica sostiene que los movimientos separatistas no son sino hijos de un rencor exculpatorio: al apartarse de España, al inventarla como ajena, también la culpa de su hundimiento era ajena a aquellos que, a partir del desastre de 1898, se declararon igualmente colonias interiores, territorios tan sometidos como la Cuba recién perdida, naciones abortadas por el imperialismo castellano que ahora se levantaban para reclamar su lugar en la Historia.

Todo el siglo XIX, la larga guerra civil que nos dejó como herencia el cretino de Fernando VII –del que ZP es reencarnación–, los intentos por construir un Estado liberal que nos devolviera la autoestima por la pérdida del Imperio y nos sumara a la modernidad, saltan hechos añicos ante la evidencia, aquel 98, de la incapacidad y el estado cadavérico de una nación sin pulso. La desbandada necesitaba justificarse de alguna manera: las lenguas regionales o vernáculas se convertirían así en la seña de identidad de los nuevos proyectos nacionales, el instrumento para acabar con la lengua común, el español, cuya mera presencia recuerda los lazos con ese pasado culpable.

Pero todo esto, siendo cierto, me parece insuficiente. Olvida lo más simple y, casi siempre, lo más cercano a la verdad: el factor humano, el resentimiento pequeño-burgués y la pura xenofobia de unos territorios que soñaban con haber sido imperios mediterráneos o pueblos elegidos, cuando no habían pasado de fabricar calcetines o boinas.

Lo que ha resultado novedoso en el proceso de disgregación español ha sido el silencio de la derecha (sin olvidar las nefastas políticas de Fraga, Matas y la UPN en Navarra) y el apoyo de la izquierda a estas curiosas dictaduras de chapela y porrón. Apoyo que, con Zapatero, se ha convertido en mucho más: aliento, asunción, complacencia, impulso decidido, proyecto propio, estatut. […] Y así, sólo unas pocas personalidades, mayoritariamente del ámbito de Rosa Díez, se han atrevido a redactar un manifiesto de denuncia contra la política lingüística de los nuevos regímenes. Manifiesto, insuficiente y tímido, que al menos ha conseguido remover el aborregamiento de una nación otra vez sin pulso, y situarnos frente a la evidencia de lo que no hemos querido ver.

Nada nuevo, por otra parte. Desde la filología más comprometida, hace ya muchos años que se combaten las mentiras sobre las que se ha fundamentado todo este proceso. Si quieren algunas referencias esenciales, lean “Lengua española y lenguas de España” o “Política lingüística y sentido común”, de Gregorio Salvador; o toda la serie (bastaría con “El paraíso políglota”) que nos dejó su discípulo predilecto, Juan Ramón Lodares, desdichadamente desaparecido en el momento en que su combate y sus libros eran más necesarios. Ambos han sido satanizados por la lingüística nacionalista precisamente porque venían a destruir el correlato lengua-nación que sacraliza el predominio de casta que encierran las políticas lingüísticas. No se engañen, lo que se esconde detrás –cada vez menos, recuerden a Rubianes y a la ministra Chacón apoyándolo– es el odio a España como filtro de acceso a la condición de lacayo de la clase dominante.

Sólo cabe, en el espacio de un artículo, aludir a algunas de las falsedades con las que se aplasta a los ciudadanos de lengua materna española en regiones que nunca fueron otra cosa que España:

1) España es un país bilingüe. En sentido estricto, falso. En España hay una lengua común, el castellano (denominación errónea hoy), que además se hizo para eso, para ser “lingua franca”. Las demás son lenguas de España, pero no son la lengua española por antonomasia, la única oficial porque es la única que puede serlo. Y para ignorantes de las nuevas izquierdas zapateras aclararemos que fue la II República la que la declaró oficial por primera vez. Las que sí son plurilingües son las regiones españolas con dos lenguas oficiales, precisamente las que pretenden dejar de serlo, las que niegan a las personas el derecho a educarse o a usar en la vida pública la lengua oficial de su elección. Un país plurilingüe es, pues, aquel en el que varias lenguas se hallan implantadas en todo el territorio (Cataluña, País Vasco, Galicia, Baleares...), o en el que existen distintos ámbitos monolingües. Es decir, en el que –como Suiza– no existe lengua común. Pero ni Francia (bretón, vasco, occitano, catalán), ni el Reino Unido (gaélico, inglés), ni Italia (italiano, francés, alemán, más su fuerte presencia aún de verdaderos dialectos), ni Finlandia (finés, sueco), aun con varias lenguas, son países plurilingües. O, entonces, lo somos todos, salvo las tribus más primitivas, y el término carece de valor.
En suma, con el plurilingüismo lo que quieren es colocarnos ante una simetría entre las lenguas españolas que jamás existió, y hoy menos que nunca, para extender el catalán, vasco y gallego a unos ámbitos a los que son completamnete extrañas. Y, sobre todo, a las instituciones, donde quisieran compartir un estatuto de cooficialidad con el español, tal y como hace poco les consintió escenificar la Audiencia Nacional a los independentistas que quemaron fotos del Rey y no quisieron declarar más que en catalán con intérprete. Algo absurdo, contando como se cuenta con una lengua común, a los ojos de cualquier persona que no esté carcomida, como los nacionalistas, por ese rencor de que hablábamos al principio.
2) El español se impuso políticamente. Falso. El castellano nació ya como lengua de frontera, con vocación criolla, con un sistema vocálico sencillo y fácilmente asimilable, tomado del vascuence, y una capacidad de evolución y absorción de cambios lingüísticos incomparable con cualquier otra lengua romance. Por eso se hizo español lo que nació castellano, y se extendió imparablemente porque todos se incorporaron naturalmente a él y le aportaron su savia. Bajo la denominación de español caben todas sus variantes, toda su riqueza popular y universal. Es la lengua de comunicación y cultura propia de todos los españoles desde hace más de quinientos años, y de unos casi cuatrocientos millones de hispanohablantes hoy. Sólo un dato: en el siglo XVI se editan en Cataluña más libros en ‘castellano’ –que ya entonces el emperador Carlos, flamenco de nación, llamaba mi lengua “española”– que en catalán. Por eso, llamarlo castellano es ya aceptar un reduccionismo, negarle su condición centenaria de lengua común, mayoritaria como materna en todas esas regiones que la proscriben. Los más beneficiados, impulsores históricos de la universalización de la enseñanza del español, fueron precisamente los que sin su conocimiento no hubieran podido nunca salir de Matadepera, Porriño o Mondragón.
En fin, como se dice en el manifiesto, no hay peligro alguno para el español, qué mas quisieran. Los que sufren son los catalanes, vascos, gallegos, mallorquines o valencianos –ojo con los inicios de deriva nacionalista de la derecha valenciana– que desean educar a sus hijos o atender en sus negocios a la gente en la lengua que les dé la gana. Han sido reducidos a la condición de minoría perseguible. La Constitución ha sido traicionada una vez más y los españoles comienzan nuevos exilios forzosos. Esto, al parecer, es lo que Zapatero llama la extensión de derechos. Firmen el manifiesto. Al menos daremos por saco.
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CATALUÑA "SE ME HA HECHO CLAUTROFÓBICA"

Boadella: "Yo me siento en Madrid como el rey del mambo"

El flamante director artístico de los Teatros del Canal de Madrid, Albert Boadella, considera que su nuevo cargo "es algo muy nuevo" para él y tiene "muchas posibilidades de salir con una patada en el trasero". En un chat con los lectores de ElMundo.es ha explicado que aceptó el cargo porque "Madrid es una ciudad abierta, como lo había sido Barcelona hace 40 años", convertida en "una urbe provinciana" por los nacionalistas. Boadella estará este sábado con Rosa Díez en el primer aniversario de UPyD, un partido que, en su opinión, "da la única posibilidad de enfrentarse a esta conjura nacional para la cretinización general de los españoles".







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