lunes, 22 de septiembre de 2008

OBEDECER AL GOBIERNO

Educación
«Deformaciones y errores» de los libros de Ciudadanía Cambiar el tamaño del texto
Un estudio sobre los 19 manuales de la asignatura critica los «ejercicios ridículos e inútiles» que se proponen

La familia «sólo se acepta en versión moderna» y la religión «frena el progreso», concluyen los expertos.
Más de 850.000 alumnos estudian este año Ciudadanía - Cristina Bejarano
Rocío Ruiz
madrid- Más de 850.000 alumnos estudian este año la asignatura de Educación para la Ciudadanía que ya se imparte en toda España en 2º, 3º y 4º de ESO y 1º de Bachillerato. Pero ¿qué contienen realmente los manuales de esta polémica materia que ya ha generado más de 44.000 objeciones de padres, 160 fallos judiciales y cientos de recursos que aún están pendientes de resolución en los tribunales?
Un estudio elaborado por la Universidad San Pablo CEU que analiza 19 manuales editados hasta ahora para el estudio de la asignatura concluye que, desde el punto de vista científico y sin meterse ya en si cumplen o no la normativa vigente, los libros sobre EpC que estudian los alumnos españoles «son de una gran pobreza» y contienen «simplificaciones, errores e ignorancias de grueso calado». Es más, «llegan a simplificaciones irritantes que no pueden llevar sino a deformaciones en los alumnos o a tedio y desinterés».

Así, en opinión de los autores del estudio, «estas simplezas sólo se explican porque están a veces al servicio de la manipulación de las mentes de los alumnos, o preparándolas para ello al dejarlas incultas y vacías o desviadas».
Ejercicios inútiles

Este «examen» de los manuales ha sido realizado por Juan José Escandell, secretario general del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala; José Ángel Ceballos, de la Universidad Pontificia de Comillas; y Antonio Páramo, profesor del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala que aseguran que los libros «proponen a veces ejercicios ridículos e inútiles».
La retahíla de críticas no concluye aquí. Además, opinan que «el nivel de formación de los autores de la veintena de libros es muy bajo y sólo profesores tan ignorantes como ellos elegirán estos libros».

Entre los manuales examinados figuran los editados por las editoriales: Akal, B. Algaida, Anaya, Bruño, E. Casals, F. Edebé, Edelvives, Ediciones del Serbal, Editex, Everest, Laberinto, Los Libros de la Catarata, McGraw-Hill, Octaedro, Oxford Educación, Pearson Educación-Alhambra, Santillana, SM y Vicens Vives.

Los autores, que pretendían juzgar qué enseñan estos manueles y hacerlo desde la perspectiva de la antropología y la moral, lamentan que casi todos participan de la mentalidad de que los tiempos democráticos son «los auténticamente históricos y suelen hacer un corte de continuidad entre la democracia y el resto de la historia de la humanidad de tal manera que lo moderno es lo mejor y lo definitivo».

Savater y Mayor Zaragoza
Savater, Camps, Annan, Gandhi, y Mayor Zaragoza se convierten en el «staff de pensadores políticos de referencia obligada a despecho de los clásicos» y, en conjunto, los autores decisivos «son partidarios del Nuevo Orden Mundial y de Izquierdas» mientras que se quejan de la falta de referencia de los autores clásicos.

Los autores piensan que en los manuales se quiere hacer tomar conciencia a los alumnos de que tienen una obligación moral con el mundo porque todo mal procede de la voluntad de los hombres y la mayoría de los manuales «parece plantearse como si su objetivo fuera presentar un proyecto definitivo de la vida del hombre sobre la tierra».

Falta sentido crítico

En su opinión, muy pocos manuales entran en el fondo de las cuestiones y ofrecen fundamentos suficientes de sus propuestas de tal manera que se apela a cuestiones como la dignidad del hombre o la solidaridad, pero no se dan razones de esta idea.

Por último, critican que se confíe a ciegas en instituciones como la ONU o en la Cumbre del Milenio y consideran que debería haber más sentido crítico hacia los convenios y organismos internacionales mientras que la familia y la religión , si son aludidas, «lo son en sentido más bien negativo».

Así, la familia «sólo se acepta en una versión moderna, abierta y plural y la religión es generalmente un elemento de freno del progreso», aunque en algunos manuales de Ciudadanía ni se menciona que existe.

El estudio analiza lo que dicen cada uno de los 19 libros editados sobre cuestiones como la verdad y el relativismo, la persona, la ética, la sexualidad, la mujer, la política, el derecho y la justicia, los derechos humanos y el hecho religioso y la Iglesia Católica. Así, por ejemplo, resaltan, entre otras muchas cosas, que el manual de Akal incluye ataques explícitos al PP y al ex presidente del Gobierno José María Aznar (p.9), los autores se declaran de izquierdas (p. 10), pero se enfrentan con el PSOE por la reducción de la enseñanza de la filosofía (p.12).

Del manual de Algaida concluyen que «es simplón y deforme en su idea del hombre, contiene muchos tópicos anticlericales, feministas y políticos y, aunque podría ser aceptado por personas de izquierda, no es aceptable por el sentido de la verdad, la ética natural y la fe católica».
Del manual de Anaya destacan que «parece un folleto publicitario de organizaciones no gubernamentales, contiene errores sobre el sentido del poder político y tiene un enfoque demasiado unilateral y con defectos en sus tesis de fondo».
Tampoco se libra el manual editado por SM (la editorial marianista) en el que «la vida familiar parece ser una dimensión secundaria del ser humano y procura evitar los puntos delicados y de conflicto. Se atiene a lo general».

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Lo que hay que hacer es obedecer al gobierno (progresista) y dejarse de bobadas consumistas. ¡Que todo es una estrategia de la derechona!

Sebastián Urbina.

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