domingo, 14 de septiembre de 2008

TC Y LOS SEPARATISMOS NACIONALISTAS


14/9/2008.




TC. Y LOS SEPARATISMOS NACIONALISTAS.

La sentencia del TC no sólo rechaza la ley de consulta de Ibarretxe sino que, además, cierra la vía a las pretensiones nacionalistas de convocar referéndum sobre la autodeterminación. De paso, parece poner palos en las ruedas del nuevo Estatuto catalán que, en su artículo 122 da competencia a la Generalitat para convocar consultas como la que ahora se ha rechazado.

Es de agradecer, aunque era de esperar (a pesar de que vivimos en un país de locos) que el TC aclarase que la soberanía reside en el pueblo español. No en el pueblo vasco, catalán o extremeño. O en una barriada levantisca.

Esperemos que los catalanistas, con la 'comprensión' del socialismo español (?), no digan que la sentencia se refiere solamente a la forma de plantear el referéndum. Esperemos que la izquierda no llegue tan abajo en su caída. Esperemos, por tanto, que todo el mundo entienda que no se trata solamente de la forma sino, además, del contenido.

Por último, recordar, una vez más, que no hay ningún país que reconozca el derecho de autodeterminación. Mucho menos cuando estamos en un sistema democrático y la gente puede hablar libremente, asociarse libremente y votar a sus representantes. Por cierto, en las Vascongadas muchos políticos del PP y del PSOE no pueden hacer propaganda política. Los podrían matar y no tienen suficiente protección. Y sus votantes deben esconderse o votar por correo.

No pretendo convencer a los nacionalistas. Es una tarea imposible. Lo que pretendo es animar a los no nacionalistas. Que entiendan que las cesiones (llevamos treinta años) no son una muestra de tolerancia sino de debilidad. Así lo entienden ellos. A cada cesión, una nueva reivindicación. La cobardía, por muy engalanada de tolerancia que se quiera, no sirve para nada. Para nada bueno.

Aparentemente, lo que estoy diciendo no tiene nada que ver con el atentado en Pedralbes (Barcelona) contra la residencia de los Duques de Palma. En tal sentido, todos los partidos con representación parlamentaria rechazaron este ataque. Se trata de un loco, dicen. Pero el problema no está ahí.

También el PNV ha condenado atentados de ETA y, sin embargo, hoy es el décimo aniversario del Pacto de Lizarra. Es decir, un pacto secreto entre la banda terrorista y PNV y EA para construir Euskal Erría. Pacto que incluía, entre otras cosas, que estos partidos no podían llegar a ningún acuerdo ni con el PP, ni con el PSOE. Dicho sea con las distancias que hubiere que salvar. Si es que hay que salvarlas.

El problema, por tanto, no está en la condena, que está bien. Es lo menos. Pero lo más importante es el día a día. La sociedad catalana, en general, calla. El que no calla ya sabe lo que le espera. Albert Boadella es un ejemplo. No necesariamente todos sufrirán lo mismo. No todos son igual de importantes ni sus actos tienen la misma repercusión social y mediática. Pero sí sufrirán la discriminación y el ostracismo. Probablemente, sus hijos también. Y hay que callar, o mirar hacia otro lado. Por el 'bien de Cataluña'. El precio es ser acusado de 'anticatalanista'.

Es el precio que hay que pagar por no ser un 'buen catalán', de acuerdo con los parámetros que dicta, explícita o implícitamente, el nacionalismo catalanista y sus terminales mediáticas. Cuando digo 'nacionalismo catalanista' incluyo al PSC, por supuesto. Pero esta miseria moral tiene un precio. No puede ser gratis. Creo que la sociedad catalana ya lo está pagando. Sin embargo, la enfermedad sigue haciendo estragos. Hace poco, el Muy Honorable, sr. Pujol hablaba de una 'gran conspiración contra Cataluña'. Ni sus propios psiquiatras podrán curarle. Están en el mismo barco que él, viven en la misma tribu.


Sebastián Urbina.
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'Todos los nacionalismos se fabrican su propio enemigo exterior. El hecho diferencial estaría así cocinado por sentimientos de odio y rencor que la 'injusticia' de los acontecimientos pasados debería seguir produciendo en el presente. Lo que hace real la historia es su capacidad de influencia en la vida actual, al margen de su propia verosimilitud. Para los nacionalistas lo importante es conseguir la implicación afectiva de los individuos en un pasado reinterpretado. Por eso las derrotas- la Diada de los nacionalistas catalanes- resultan más atractivas que las victorias como instrumento de cohesión nacional'. (A. Armada. 'Pasado vivo. La historia como resentimiento')

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los nacionalistas,que,excepto en su terruño,se sienten forasteros en su propio país, recuerdan al personaje de 'Camino de Damasco', el forastero que gritaba: ¡Libertad! Danos libertad, para que podamos suprimirla.

saludos

Joan dijo...

Euskal Herria, amb H

Anónimo dijo...

Se empeña en mezclar nacionalismo con violencia y terrorismo.

Hablando de referendum vasco salta, como si nada, al caso catalán que es bien distinto.

Y habla de Boadella como si se tratase de la mitad de la población catalana que ha tenido que marcharse, cuando es tan solo una persona con un ego desmesurado.

Habla de Cataluña como si se persiguiese a la gente por expresar sus ideas, cuando a los mejor no tienen las que usted espera.

Y decir que el nacionalismo es una enfermedad es insultar a varios cientos de miles de personas que votan democráticamente a esos partidos

¿Qué es más probable, que toda la sociedad catalana esté enferma o que lo esté usted con esta obsesión? Y sin vivir en Cataluña; tiene mérito.