lunes, 29 de diciembre de 2008

LOS NEOFASCISTAS





Agresión nazi contra un acto de Ciutadans de Catalunya
El fascismo montserratino

¿A qué espera Zapatero para denunciar que, además de en Euskadi, hay otro rincón de España donde empieza a ser necesario defender libertades amenazadas?

Boadella sufrió la cárcel cuando los restos del ejército franquista levantaron un Consejo de Guerra contra la Torna, una obra de Els Joglars donde se denunciaba la ejecución de Heinz Chez. Treinta años después de la muerte del dictador, nadie pensaba que episodios como ese podían volver a producirse en la España democrática.

Pero ha pasado. Boadella, junto a otros “catalanes de firmeza”, en palabras de Miguel Hernández, ha vuelto a sufrir las agresiones de los fascistas por defender la libertad, por rebelarse contra el poder.
Un grupo de aspirantes a camisas pardas, integrantes de Maulets –grupúsculo de la ultraderecha del nacionalismo excluyente- boicoteó el acto que Ciutadans de Cataluña celebraba en Gerona. Actuaron con los modos y formas de la kale borroka, profirieron gritos xenófobos (gritando hasta desgañitarse “¡español!”, arrojado como el mayor insulto, de la misma manera que los nazis gritaban “¡judío!”), amenazaron (“¡ve con cuidado, que yo a ti te conozco de Palamós!”)…

Tal y como planteó Boadella –que junto a Francesc de Carreras y María Teresa Jiménez presidía el acto- retornaron las hordas de falangistas que boicoteaban las asambleas democráticas. Pero lo más inquietante fue la connivencia de la policía autonómica con los asaltantes, siguiendo sin duda directrices políticas como las que la consejería de interior de Ibarretxe impone a la ertzaintza para evitar que impida las agresiones de la kale borroka. Por eso, en un comunicado público, Ciutadans de Catalunya advierte de que “sería inquietante comprobar, a la vista de lo sucedido en Gerona, que la policía autonómica y el gobierno del que depende no creen necesario comprometerse en la defensa de la libertad”.

Conviene recordar la carta de solidaridad que, con motivo de las amenazas de muerte vertidas contra Ciutadans de Cataluña a través de un artículo del Avui firmado por Oriol Mallo, publicaron destacados miembros de la rebelión democrática vasca. En ella advertían de que “la falta de reacción del Gobierno de la Generalitat es especialmente preocupante, porque si bien el exterminio de los adversarios requiere una organización criminal que materialice los sueños de Malló, para la exclusión basta con que los fanáticos cuenten con la complicidad, expresa o tácita, de las instituciones”.

¿Quién dio la orden a la policía autonómica para que permitieran la agresión contra el acto de Gerona? ¿Por qué Maragall permite que, tras ser amenazados de muerte, el conseller en cap, Josep Bargalló, de ERC, atacara a los miembros de Ciutadans de Catalunya? Esta agresión fascista no es un caso aislado. Las hordas de falangistas con estelada llevan demasiado tiempo actuando impunemente, impidiendo que personas como Savater o Garzón puedan dar una conferencia con normalidad; los promotores del Manifest han sido amenazados de muerte, y no ha pasado nada…

¡Basta ya! También en Cataluña.

Cuando presentaron el Manifest por un nuevo partido político en Cataluña, Félix de Azúa advertía de que “en muy pocos lugares expresar la opinión pública puede dar lugar a represalias (…) mucha gente que estaba de acuerdo con el texto sin embargo no han podido firmar. No lo han hecho porque saben que tendría repercusión en su vida privada, en el trabajo… Esto nos indica la atmósfera en que estamos viviendo”.

En Cataluña el nacionalismo excluyente está incubando el huevo de la serpiente del fascismo. Difundiendo, en expresión genial de Boadella, ese “virus fabricado en los laboratorios montserratinos”.

En Cataluña existen hordas de falangistas cuyo único objetivo es amedrentar a quien disiente del pensamiento único del nacionalismo excluyente, limitando las libertades de los demócratas; mientras el gobierno autonómico promueve la delación, a través de las infames Oficinas de Garantías Lingüísticas, y arremete contra las víctimas… Esto es lo que hoy está pasando en Cataluña.

¿A qué hay que esperar para llamar fascistas a los fascistas? ¿A qué espera Zapatero para denunciar que, además de en Euskadi, hay otro rincón de España donde empieza a ser necesario defender libertades amenazadas? ¿Por qué en vez de aislar y perseguir a los fascistas, Zapatero contemporiza con sus padrinos e ideólogos? Si todos los demócratas, independientemente de su orientación política, de que estén o no de acuerdo con el Estatut, de que consideran a Cataluña nación o región, no denuncian el fascismo y se solidarizan, sin matices con las víctimas, es que la enfermedad es ya muy grave. ¡Basta Ya!


Albert Boadella:
“En Cataluña la situación es cercana al pre fascismo”

Lo que ha pasado antes es una demostración de la realidad de este país; cosas que recuerdan la entrada de falangistas y fachas en las asambleas democráticas'. ¿Qué ha pasado para que ahora me sienta incómodo en Cataluña? Este país está enfermo. Como en Alemania, tan culta, tan sensible… ¿cómo fue posible que en tan pocos años pasara lo que pasó? Igual que un virus, se inoculó la enfermedad y se extendió por toda Alemania. Aquí está pasando lo mismo. Aquí el virus se gestó en los laboratorios montserratinos y se expandió por toda Cataluña. Pujol procede de allí.

Vivimos en una sociedad esquizofrénica con síntomas de paranoia, patología grave demasiado fácil de inducir. Nos sentimos perseguidos, los males siempre vienen de España. El poder político, los medios de comunicación y el mundo de la cultura alientan la patología sin descanso y con determinación suicida. Es la consecuencia de la educación nacionalista que en dos décadas ha conseguido hacernos creer que somos diferentes porque tenemos hechos diferenciales evidentes: la lengua catalana, los castellers, la sardana, la atracción por los rovellons…

Los catalanes somos idénticos al resto de los españoles, tenemos los mismos desastres urbanísticos, la misma contaminación, las mismas colas en la sanidad, el mismo desastre educativo. Lo que siempre han querido es el enfrentamiento. No menospreciéis a estos cuatro jóvenes. Ahora no tienen fuerza, pero tampoco la tenían en el año 33 los jóvenes nazis. Los políticos atizan los sentimientos y debemos prevenirnos. Son peligrosos.

(…) Lo que ocurrió estaba dentro de lo previsible, dadas las circunstancias en las que vive el territorio catalán. (…) Lo sintomático es el silencio de los políticos catalanes, todo lo que envuelve a esto, la omertà, el miedo siciliano. Hemos llegado a este punto por un trabajo hecho desde la Transición a nuestros días, así que sería inexacto pensar que todo viene de los dos últimos años. (…) No olvidemos la responsabilidad de la izquierda, que ha renunciado al papel que tenía que jugar en Cataluña. Se ha plegado a los postulados más radicales nacionalistas, lo que es una contradicción con la izquierda.

(…) En Cataluña la situación es cercana al pre fascismo. La actitud de mucha gente recuerda a la Alemania de 1933: hay miedo, no se comprometen. Por estos detalles fascistoides estoy donde estoy. Cuando una sociedad cae enferma tenemos la obligación de devolverle el sentido de la realidad, pero el 90 por ciento de los artistas e intelectuales catalanes están por aprovecharse de la epidemia.

(…) Sólo hay que leer un artículo de El Punt que explicaba lo sucedido en Gerona para obtener un diagnóstico exacto de la enfermedad que sufre en estos momentos Cataluña. Lo que cuenta ese artículo y lo que realmente ocurrió es lo mismo que los artículos de la España de los cincuenta que describían algún altercado entre demócratas y la represión de la policía. Nosotros somos los responsables del altercado en ese artículo de El Punt.

(Extractos de la intervención de Albert Boadella en el acto de Girona y de una entrevista publicada en Periodistadigital)

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