Alfonso Basallo | Actualizado el 26/3/2009 - (LaNacion.es)

Columnista y novelista, David Gistau se considera eslabón de la larga cadena creada a principios del siglo XIX por Mariano José de Larra, al convertir el artículo en género mayor del periodismo. Analiza su obra, su perfil romántico, y la vigencia asombrosa de muchas de sus críticas, en el bicentenario de su nacimiento. Personajes como "María Teresa Fernández de la Vega o el juez Garzón" serían satirizables por Larra.

- Larra frecuentaba la tertulia de El Parnasillo... ¿se lo imagina ahora en tertulias televisivas?

- Perfectamente: cambiaría los cafés literarios y políticos por los platos de televisión. Pero no en La Noria, sino en El Gato al Agua, por ejemplo, o en otras tertulias serias analizando la actualidad, con nivel y mordacidad.

- ¿Y en los periódicos digitales?

- Sin duda. Larra sería feliz con los blogs, gracias a sus dos virtualidades: la actualización y la relación interactiva con el lector

- ¿Por qué todos los columnistas se consideran hijos de Larra?

- Porque somos deudores de sus artículos (yo por lo menos me considero deudor suyo). Larra abre brecha y genera una larga cadena con eslabones como González Ruano o Umbral. Y no me refiero tanto a la escritura, que ha quedado algo anticuada, como en el enfoque y en el fondo de sus columnas. Es asombroso como siglo y medio después sus análisis siguen teniendo actualidad y frescura.

- ¿No se quejaba demasiado? Lees sus artículos y sales deprimido...

- Es verdad que es pesimista, pero no le faltaba razón en sus críticas.

- ¿No era puro nihilismo?

- Aspiraba a una sociedad mejor y no se puede decir que lo suyo fuera una pose intelectual: de alguna forma, él fue coherente hasta el final Lo contrario de lo que ocurre hoy en día en que hay mucha pose intelectual.

- ¿En qué ha mejorado la España de Vuelva vd. mañana? ¿Qué le sorprendería positivamente a Larra?

- Dos cosas: la modernización tecnológica y las comunicaciones. Larra se quejaba de que la España de 1830 estaba aislada, ensimismada, encerrada sobre sí misma; y se sorprendería positivamente de ver que el tren, internet, o el avión han sustituido a la diligencia.

- Y políticamente...

- La monarquía. Una monarquía moderna y abierta que nada tiene que ver con el absolutismo.

- ¿Y qué pensaría, que sigue igual?

- El carácter miserable, envidioso, que desprecia lo que ignora. Es verdad que somos un país homologado al exterior y más aseado, pero aún perviven actitudes fosilizadas y corruptas... por ejemplo en la Administración.

- ¿Contra quién o qué arremetería Larra en sus artículos satíricos?

- Con los nacionalismos. No me cabe duda... los nacionalismos de hoy serían para él como los absolutistas de principios del siglo XIX: el ejemplo más acabado de lo cejijunto y lo brutal.

- Y de políticos actuales... ¿no me diga que los gobernantes que recurren a fraude electoral no son carne de sátira de Larra?

- Por supuesto... María Teresa Fernández de la Vega con el voto fraudulento, o la ministra Chacón, con el affaire Kosovo, o el juez Garzón merecerían columnas mordaces de Larra. Es más, algunos de los artículos que publicó hace 150 años se podrían aplicar a muchos personajes públicos actuales, con ligeros retoques. Ésa es la España miserable que aún no ha cambiado.