martes, 24 de marzo de 2009

SOCIALISMO AUTÉNTICO.










Preocupación entre las empresas españolas que aspiran a aprovechar las oportunidades de negocio del Plan Obama
Cuando el horizonte de las empresas españolas instaladas en EE.UU. parecía que empezaba a despejarse, la decisión del Gobierno de Zapatero de retirar las tropas de Kosovo ha caído como un jarro de agua helada entre las compañías que esperaban aprovechar las oportunidades de negocio que ofrece el Plan Obama en estos momentos de crisis.

El anuncio ha dejado en el aire contratos por 71.000 millones de dólares (más de 52.000 millones de euros), que es la cantidad del plan de estímulo de la economía norteamericana a la que podrían optar las empresas españolas, sobre todo del sector de energías renovables, según calculó en Washington el ministro de Industria, Miguel Sebastián. Para transmitir la magnitud de la cifra y de la «extraordinaria oportunidad» que suponía el Plan Obama, el ministro la comparó con los 6.000 millones de euros que Europa inyectó a España cada año tras su ingreso en la Unión, lo que transformó nuestro país.

Sin embargo, tras el anuncio de la retirada de las tropas españolas de Kosovo, decisión que ha decepcionado profundamente a la Casa Blanca, las esperanzas de las empresas españolas se han transformado en una honda preocupación, según señalaron fuentes empresariales consultadas por ABC. El propio Sebastián había explicado que la supervivencia de muchas empresas españolas depende de su salida al exterior.

El anuncio de Kosovo se ha producido, además, en el momento más inoportuno: horas después de que los Príncipes de Asturias regresaran de EE.UU., donde dieron respaldo institucional a las empresas españolas que tratan de abrirse paso en el complicado mercado de la primera potencia del mundo. Los Príncipes, acompañados por el ministro Sebastián, inauguraron una ambiciosa campaña de imagen que pretende mostrar la realidad de las empresas españolas, que son líderes mundiales en varios sectores. La campaña «Made in Spain/by Spain», organizada por el ICEX, costará 40 millones de euros distribuidos en dos años. Según explicó Sebastián, una de las razones por las que la campaña se emprendía en estos momentos era porque políticamente nos encontrábamos en una nueva etapa de las relaciones bilaterales España-EE.UU. Sin embargo, todo podría quedar en un espejismo.

Ayer mismo, «The Washington Post» hacía referencia a la cautela con la que se movían las empresas extranjeras que aspiraban a hacer negocio con el Plan Obama para no provocar reacciones nacionalistas en los parlamentarios estadounidenses. Ahora, la situación se podría complicar más para las empresas españolas, que además de ser extranjeras, vienen de un país que ha «decepcionado profundamente» a la Casa Blanca.
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Recordemos que la Ministra Chacón fue la que se puso un jersey con el lema 'Todos somos Rubianes'. El que se cagó en la 'puta España'.

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