domingo, 20 de diciembre de 2009

EL HIJO DEL VIENTO.





EL HIJO DEL VIENTO.


La cumbre de degustación de foie y esculpido de caviar de Copenhage, ideada para "salvar el mundo" entre paseo y paseo en limusina, se dirige camino de un rotundo fracaso, pero nos ha dejado uno de los momentos del año: la intervención del presidente del gobierno progre que padecemos.

Los jefes de Estado del mundo pudieron disfrutar ayer de una de las majaderías propias de escombrera intelectual con las que Zapatero, de cuando en cuando, nos obsequia a los españoles. "La tierra no pertenece a nadie. Salvo al viento", sentenció Zapatero en Copenhague. Por un lado, da una enorme vergüenza pero, por otro, es bueno que esto se oiga fuera porque, de otro modo, es complicado hacerse una idea de los niveles en los que se mueve el presidente del Gobierno.

Hueco, pomposo, petulante y plúmbeo, como la ideología calentóloga, que pretende llenar nuestros paisajes de molinillos para producir "energía verde"... mientras los ríos no pueden estar más contaminados, en los campos no puede haber más basura y los incendios devoran nuestros bosques en verano. (La Voz Liberal)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mr. Bean !!!

María dijo...

Parece mentira que alguna vez éste pudiera ser el país de Cervantes, o de Quevedo, o de Alfonso X "el Sabio", o incluso de Ortega y Gasset.
Y que hayamos acabado en absoluta indigencia intelectual.

Arcoiris dijo...

Quizás tradujo mal del inglés, este analfabeto en idiomas. Quizás tomó el "air" de la carta del Jefe Seattle y la convirtió en su soplapollez. Quizás quiso decir "pedo", que es otro significado de "wind", pensando en las flatulencias de las vacas británicas, tan ricas en ese nocivo metano. De cualquier manera, es mentira su aserto final y pocos lo saben como él: nada de vientos ni pollas en vinagre, "la tierra es para quien la trabaja", según han propugnado siempre, y como en las tierras administradas por los socialistas ininterrumpidamente desde hace treinta años el personal vive de las subvenciones y de paparse las pelotas, la tierra sigue siendo de los latifundistas, de los señoritos y de los duques. Y de las secesionistas minorías demográficas que apoyan su gobierno, por llamarle de alguna manera.

Isabel dijo...

Y el dinero que se gasta en asesores o nombrando cargos a dedo ¿también es del viento?