viernes, 26 de marzo de 2010

ALIANZAS MORTALES.


LAS ALIANZAS OBJETIVAS.

Escribí hace unos años, creo que cuando el presidente eliminó a Paco Vázquez de la candidatura a la presidencia de la Xunta porque no quería un triunfo neto sino un bipartito con los del BNG, lo mismo que Jaime Mayor Oreja dijo hace ya unos días sobre la alianza objetiva entre el PSOE y los abertzales: los dos aspiran a debilitar a España. Unos, los nacionalistas, para destruirla, los otros, dizque socialistas, para manejarla a piacere (véase la contribución de Belloch & Cia. a la confusión reinante con la ley de lenguas de Aragón, a mayor gloria del Estatut, ya no sólo catalán).

Don Mariano, el de Génova, que se desmarcó al principio de afirmación tan contundente, hubo de terminar reconociendo que hay que esperar, para desmentir o aceptar, la permisividad que en las próximas elecciones haya respecto de la presencia de listas parabatasunas. Y de que el Gobierno está negociando, no le quepa duda, querido lector: es así. No les queda otro camino si se proponen permanecer, para desgracia de todos, hasta más allá de 2012.

Ninguno de los dos grandes partidos, a menos que se reforme la ley electoral, asunto que también se postergó sine die esta semana, puede gobernar solo. Ni siquiera el izquierdoso zapaterismo puede bastarse con el apoyo de Izquierda Unida, víctima de la misma ley que otorga privilegios de circunscripción y recuento a los señores de ERC. Tienen y tendrán que pactar siempre con unos u otros nacionalistas. Por eso el PP se curó en salud con una renuncia explícita a cualquier recorte de los poderes autonómicos. Y mientras esto siga así, es imposible articular una política nacional conjunta en educación, sanidad, empleo, banca, etc., etc. Y eso, esa imposibilidad, es lo que impide construir una España sólida, capaz de hacer frente a esta y cualquier otra crisis. Idelogía vs. economía. Los bolsillos pelados a cuenta de Guifré el Pilós.

Lo de Mayor Oreja no es una acusación al Gobierno, sino una reflexión de carácter general sobre la situación española. Desde luego, tiene toda la autoridad para hacerla, visto que fue y es un enemigo eficaz de ETA. Pero en cuanto su propio partido tenga la necesidad, que la tendrá, de llegar a acuerdos con el PNV en el Congreso, por aquello de “garantizar la gobernabilidad de España” —que ellos pueden hacer ingobernable, como se ha demostrado—, se acabó el sueño del final de la ETA, esos muchachos, ya se sabe, que sacuden el árbol para que otros recojan las nueces. La solución, desde luego, está en esa reforma de la ley electoral que jamás será oportuna. (Factual).

Horacio Vázquez-Rial es escritor.

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