jueves, 24 de junio de 2010

FEMINISTAS CON BURKA.



Día 24/06/2010 - 04.46h
El virus de la contradicción contamina a todas las ideologías. Pero probablemente ninguno de la virulencia de éste que destroza la credibilidad del feminismo de izquierdas en España y en buena parte de Europa. El virus que reconoce en el burka «una cárcel de tela que estigmatiza a las mujeres», palabras de Leire Pajín, y se niega, sin embargo, a prohibir dicha cárcel.
Y no tiene el feminismo la excusa de ser una ideología antiprohibicionista en sus planteamientos y tradiciones. Todo lo contrario. Puestos a prohibir, una buena parte del feminismo izquierdista de hace veinte, treinta años, habría prohibido hasta la barra de labios como símbolo de la sociedad machista. Cuando llegó al poder, dejó la barra de labios en paz, pero legisló, prohibió y reprimió todo lo que pudo. Las dos legislaturas de rodríguez Zapatero son un buen ejemplo. Nada de «acciones de sensibilización de los colectivos sociales» como pretende hacer con las familias que encierran en el burka o en el niqab a sus mujeres. Policías y jueces directamente, como queda bien claro en la ley de violencia de género. Ya se sensibilizarán los hombres en la cárcel.

Bien sabe Leire Pajín que la posición del Partido Socialista en este asunto es impresentable e inconfesable. Por eso abronca a la oposición, «no les consiento que…», por impotencia de los argumentos, porque su partido ha sacrificado la igualdad y la libertad de las mujeres a la identidad. A la identidad islamista, en este caso. Una más de las identidades débiles y dominadas del mundo, según la izquierda europea, y socia, por lo tanto, para las alianzas contra la derecha.

También parte de la movilización prohibicionista se sustenta en la defensa identitaria, de la identidad española, occidental, frente a la islamista. Pero esa identidad tiene una diferencia fundamental con la otra. Defiende la igualdad y libertad de las mujeres. No las mantiene en la cárcel. (Edurne Uriarte/ABC)

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