lunes, 23 de agosto de 2010

SEPARATISMOS ANTIESPAÑOLES.










En Época

ERRORES COMUNES SOBRE LOS SEPARATISMOS



El problema más grave de los separatismos son las ideas falsas, cuando no la radical ignorancia sobre ellos, extendidas por el país empezando por unos políticos irresponsables. Ello es grave, porque un problema mal enfocado no tiene solución. Veamos algunas de esas ideas falsas, tan extendidas.



a) No es lo mismo nacionalismo que secesionismo.


Desde el momento en que unos políticos intentan transformar una región en “nación” (la penúltima, Andalucía), la tendencia inevitable es el separatismo. Porque, desde principios del siglo XIX, la soberanía pasó del monarca a la nación propiamente dicha. La nación aspira al estado, y una nación sin ella carece de soberanía y se considera oprimida.



b) Cataluña, Galicia y Euskadi son, en todo caso, naciones culturales.


Cada región española (o de cualquier otro país) tiene diversos rasgos propios, desde la gastronomía a la literatura, a veces la arquitectura, o el modo de hablar, más raramente en la religión. Las diferencias regionales, al revés que las nacionales, son en general poco relevantes e integradas en un acervo cultural común mucho más amplio.

En toda España los rasgos comunes (lengua, literatura, religión, historia, costumbres, etc.), tienen incomparablemente más peso que las diferencias.



c) El idioma es fundamental en la formación de los nacionalismos regionales.

Más apropiado sería decir que los políticos separatistas han usado el idioma como factor de división y de creación artificial de odios. En Vascongadas, Cataluña o Galicia existen lenguas autóctonas, pero también en Valencia o Baleares, donde no ha surgido ningún problema, aunque algunos se empeñan ahora en crearlos. Prácticamente todos los habitantes de esas regiones saben hablar el español común o castellano, lengua de importancia mundial, y solo una minoría de ellos se expresa permanentemente en la lengua autóctona, de utilidad inevitablemente menor. La literatura catalana, gallega, no digamos la vasca, en español común es también muy superior a la literatura en los idiomas autóctonos.



d) Los separatismos reflejan ideas e intereses de las respectivas burguesías.


Este es un tópico de origen marxista, tan extendido a derecha e izquierda como perfectamente falso. Los nacionalismos regionales surgieron de medios eclesiásticos e intelectuales añorantes de sociedades pre industrializadas y no liberales.

La industria de Barcelona y Vizcaya surgió por completo al margen de los nacionalistas y muy vinculada al mercado español, garantizado un tanto excesivamente por la política muy proteccionista de Madrid. A los empresarios, en general, no les apetecía una secesión evidentemente ruinosa.



e) Los nacionalismos regionales han jugado un papel progresista.


Por el contrario, siempre han querido la vuelta a edades y situaciones superadas por la historia, oponiéndose a la modernización del estado y de España en conjunto. Para las regiones afectadas y para el resto del país han sido factores de convulsión, de insolidaridad, de odios gratuitos, también de terrorismo. Han sido una plaga para los regímenes de libertades (la Restauración, en parte la II República, la democracia actual) ayudando a precipitar las soluciones dictatoriales, a las que no han ofrecido resistencia, salvo la tardía y terrorista de la ETA. Su balance es muy negativo para la libertad, la paz y la concordia de los españoles.



f) El origen de los nacionalismos se encuentra en los reinos de la Edad Media.


Aparte lo inapropiado del término “Edad Media”, ni Cataluña ni las Vascongadas fueron reinos.


Cataluña se integró como conjunto de condados o Principado en la corona de Aragón, donde sí existieron los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca. Cada provincia vascongada tenía un fuero distinto, en lengua castellana y bajo el rey de Castilla. Por lo demás, aquellas formas de organizar el estado quedan hoy tan desfasadas como las espadas o los arados de entonces.

(Pio Moa).


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