domingo, 26 de septiembre de 2010

LA MAFIA SINDICAL.

CONTUBERNIO GOBIERNO-SINDICATOS

Luis María ANSON

Se han puesto de acuerdo. Huelga general light, salvo en el Madrid de Esperanza Aguirre. Los sindicatos no apretarán las clavijas y el Gobierno ordenará a sus televisoras, que son casi todas, que no se ceben en el fracaso cada vez más probable.

El acuerdo sobre servicios mínimos, rechazado en otras huelgas generales, refleja la verdadera naturaleza de la situación. Zapatero ha cubierto de dádivas y dineros varios a los sindicatos. Y de bien nacidos es ser agradecidos.

La Unión Europea ha obligado al presidente dadivoso a hacer lo contrario de lo que piensa. Pero, bajo cuerda, los sindicatos saben que Zapatero está a su lado y que la huelga general debe reencauzarse contra los empresarios y no contra el Gobierno. En Madrid se preparan piquetes violentos para que Esperanza Aguirre se entere de lo que vale un peine. La lideresa popular ha puesto el dedo en la llaga del suculento negocio en que se ha convertido la administración de los sindicatos que exudan dinero por todos los poros, proveniente de las tres Administraciones.

Paripé, pues, entre Gobierno y sindicatos para que Méndez y Toxo no queden del todo mal ante los trabajadores. Y, tras la huelga, todo seguirá igual, con un Zapatero que no levanta cabeza, zarandeado por los líderes de la Unión Europea. El descrédito sindical adquiere, por otra parte, proporciones alarmantes, pues los sindicatos son necesarios para el buen funcionamiento de la democracia pluralista.

Lo que ocurre es que se han convertido en el suculento negocio de unos pocos y el trabajador medio empieza a darse cuenta de la rea-lidad, enmascarada hasta ahora por el temor reverencial a los sindicatos. En Inglaterra, Margareth Thatcher los fustigó hasta dejarlos en pernetas. Aquí, Es-peranza Aguirre pretende lo mismo. Lo que pasa es que la Aguirre no es la That-cher. (El Imparcial)


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