BÚSQUEDA EQUIVOCADA.

SOCIALISMO EN BUSCA DE LÍDER.
MIENTRAS Rodríguez Zapatero deja pasar el tiempo sin pronunciarse sobre su continuidad o no al frente del PSOE, las aguas bajan revueltas en las filas de un partido cuyos líderes hacen cuentas sobre la magnitud de las próximas derrotas electorales. Con Alfredo Pérez Rubalcaba —ayer en Afganistán—ejerciendo sin disimulo como cabeza visible de un Ejecutivo desbordado por las circunstancias, unos y otros toman posiciones ante la debacle que anuncian todas las encuestas. Ayer mismo, Tomás Gómez lanzó un mensaje inequívoco ante los sindicatos afines.


Según el vencedor en las primarias madrileñas, hay que abordar una reforma de las pensiones desde el prisma de la izquierda, añadiendo que los mercados —a los que atribuye toda la responsabilidad de la crisis económica— deben ser «gobernados» por el poder político. No son ciertamente las palabras que cabe esperar de un dirigente responsable, sino las de un candidato que pretende llamar la atención por el viejo procedimiento de marcar las distancias con un líder en caída libre. Gómez derrotó a Trinidad Jiménez gracias a que presentaba una imagen de rechazo al oficialismo, y ahora intenta evitar que la sombra del presidente del Gobierno acabe definitivamente con sus ya limitadas posibilidades de plantar cara a Esperanza Aguirre.

Algunos sectores del PSOE interpretan en la misma clave la evidente tendencia de José Bono a sobreactuar en los últimos tiempos desde el cargo institucional que ostenta. Ya sea en el discurso del Día de la Constitución o en el cierre de puertas para la votación del estado de alarma, lo cierto es que el antiguo rival de Zapatero por la dirección del partido no pierde ninguna ocasión de recordar que continúa siendo un peso pesado de este socialismo en horas bajas. La función institucional que debería desempeñar como presidente del Congreso de los Diputados cede su lugar con demasiada facilidad a la tentación de jugar algún papel, todavía indefinido, en los próximos acontecimientos. Aquí y allá se perciben síntomas de inquietud en un partido cuyo principal rasgo de unidad consiste a día de hoy en que todos contemplan a Zapatero como un líder ya amortizado. (ABC)

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BÚSQUEDA EQUIVOCADA.

Se dice y se repite que Rodriguez Zapatero es un líder amortizado, incluso en el seno del propio partido socialista. La consecuencia es que se busca un líder para sustituir a Zapatero.

Sería un grave error para España y para el partido socialista que solamente se buscara un sustituto de Zapatero. Es cierto que nos encontramos ante el peor Presidente desde 1978. Un horrible político que, no obstante, ha sido votado en dos elecciones por el pueblo español.

¡Que mal vamos! ¿Cómo ha sido posible? Yo creo que en España hay una cultura (dominante) de izquierdas. No es una cultura ilustrada sino una cultura (si es que merece tal nombre) emocional de izquierdas. Esto explicaría la idiotez política de votar, por segunda vez, a este irresponsable e incompetente.

Pero la búsqueda socialista no debe ser de un líder, sino que debe ser una búsqueda de ideas. Mientras haya dirigentes socialistas (como el madrileño Tomás) que diga las estupideces que dice, no hay ni presente ni futuro para el socialismo español. ¿Y qué dice? Da la culpa de la crisis a los mercados. Cree que los políticos deben gobernar los mercados. ¡Dios nos ampare! Si gentes como Tomás (y muchos más- perdón-) han de dirigir (¿aún más Tomás?- perdón) los mercados nos vamos al fondo del pozo. Rectifico. Haremos un agujero en el fondo del pozo. ¿Cómo se puede ser tan imbécil? Es indignante. Y lo es porque, si tuvieran poder suficiente, nos hundirían aún más. Y seguirían dando la culpa a los mercados. Habría cretinos que les seguirían votando.


Por favor, reflexionen. Es verdad que Rajoy no emociona ( y, a veces, aburre) pero no es un peligroso irreponsable. En esta horrible situación que vivimos ya es importante un aburrido así. Y que no le sobran agallas políticas. Por desgracia. Es lo que hay. a la espera de que la sociedad civil reaccione. Si no lo hace, esta casta política se limitará a gestionar nuestra ruina. La que ellos han fomentado. Nada más y nada menos.


'La izquierda ya no tiene ideas. Sólo enemigos'. (A. Finkielkraut).


Sebastián Urbina.