viernes, 21 de enero de 2011

SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS.












CHAT EN 'ELMUNDO.ES'

Leguina augura a España un futuro de "sangre, sudor y lágrimas"

Para Joaquín Leguina, lo de las lenguas en el Senado es una "bajada de pantalones" y la ley antitabaco le parece una "ley talibán". (ld)

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SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS.





Si esto lo dijera un político del Partido Popular, refiriéndose al futuro de España, ya sabemos lo que le dirían. Antipatriota e indecente. Esto es lo que le dijeron a Aznar, por afirmar que España estaba rescatada 'de hecho'.





Es lo de siempre. La izquierda tiene el cuasi-monopolio de las credenciales. ¿Quiere usted ser una persona respetable? Que lo digan los voceros de la izquierda. Ya puede usted dormir tranquilo.





Pero hay gentes levantiscas y respondonas. ¿Qué hacer con ellas? Si son de izquierdas, marginarlos dentro y fuera del partido. 'El Partido'.






Si son de derechas (utilizaremos aquí la simpleza política habitual) recibirán en todo el morro. Por ejemplo, La Gaceta de InterEconomía. Ya se ha extendido la voz de que son de 'extrema derecha', 'ultramontanos', 'ultraconservadores', 'franquistas', y finalmente 'fachas'.






¿Qué hace la gente que no quiere problemas? Seguir la corriente. Además, se lo ponen fácil a la gente de derechas acomplejada. ¡Yo no soy como esos! Soy de derechas, pero moderado.






En fin, hay que arrinconar a los que no obedecen y dicen cosas contrarias a la verdad emancipatoria de izquierdas. Y si es necesario promulgamos una ley que castigará a los levantiscos. Aunque no se dice así, pero así es. No es nada nuevo. La izquierda es así. Repase los acontecimientos de la II República.





Hace unos días, una periodista de La Gaceta le acercó el micrófono al político Bono y le hizo una pregunta. El socialista tapó el micrófono con su mano y dijo: 'A vosotros, no'.





Si esto lo hubiera hecho un alto dirigente del Partido Popular con la SER, por ejemplo, estaríamos oyendo los aullidos de izquierda. Y los comentarios: 'fascista', prepotente' y como la periodista fuese mujer, 'machista'. Pero el político era 'de izquierdas'. ¡¡¡AAAhhhh!!





Con un país así, ¿qué podemos esperar?



Sebastián Urbina.

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