domingo, 27 de febrero de 2011

DENUNCIAS FALSAS.






Para ÁNGELA CERRILLOS, Presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, especializada en la defensa de mujeres maltratadas, las denuncias falsas son un fenómeno inexistente. (Época/1335)


Europa press

El juez Francisco Serrano dice que a su juicio, "se está creando una nueva era de la discriminación y de la desigualdad, y nos hemos inventado un ministerio de la mujer resentida y oportunista llamado ministerio de igualdad" aseveró.

Las denuncias falsas por maltrato hacia la mujer están provocando un "genocidio" entre los hombres, ya que según apuntó, las consecuencias de esas denuncias, como por ejemplo la retirada de la custodia de los hijos, provoca que muchos de ellos opten por quitarse la vida.


"Si tuviéramos ese dato sería un auténtico escándalo a nivel nacional". Explica que en el año 2006 hubo 3.200 suicidios en España, de los que 2.400 correspondieron a hombres. "¿Cuántos de ellos se correspondieron con suicidios provocados porque el varón ha sido tratado desde las instituciones de manera injusta por este tema?", agregó.
Apuesta por cambiar criterios y leyes y desarrollar auténticas políticas de igualdad, que aboguen por la protección de todos en el ámbito doméstico y protejan realmente “a la persona vulnerable”.

Dice que las denuncias falsas "existen porque hay interés en ello", porque primero, los recursos que se destinan para la defensa del maltrato se miden según el número de denuncias, y segundo por "el interés de la señora que logra obtener una pensión no contributiva" si denuncia.

La violencia en el ámbito de pareja es bidireccional "en todos los países, salvo en España, lo que se protege y regula es la violencia en el ámbito doméstico, y no la violencia sobre la mujer" dice Serrano.

"Que no me pongan a las mujeres maltratadas de pantalla"
, señaló Serrano: "Las denuncias falsas perjudican a la propia mujer maltratada y agredida, porque ésta es la que tiene miedo y sufre la auténtica discriminación y desigualdad" agregó.

Serrano concluye diciendo que "muchos jueces tienen miedo a decir lo que piensan, por el hecho de que les puedan imponer una medida represora", ya que "ser políticamente incorrecto e ir a contracorriente hoy en día en España es peligroso". "Hemos vuelto a la Inquisición" concluyó.

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