miércoles, 11 de mayo de 2011

CHORIZOS SOCIALISTAS







"No debemos dejar paso a esos sectores casposos, llenos de rencor y sedientos de riquezas"

La "utopía progresista" de Peces-Barba no tolera a Esperanza Aguirre y Gallardón

Verdad o Mentira, 11 de mayo de 2011 a las 10:49 (PD)

El catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid, Gregorio Peces-Barba drapea su artículo en El País -Reproche a los madrileños resignados- de descalificativos a gran parte del Partido Popular, pero centrado sobre todo en atacar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y, en menor medida, al regidor de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón. Asimismo, aprovecha para pedir a los votantes del PSOE que se movilicen y que no se resignen ante un nuevo triunfo de la derecha.

Afirma el ex político socialista que:

No hicimos los socialistas ni la Transición, ni la Constitución con el Rey, con Adolfo Suárez y su UCD, con los nacionalistas más integradores para facilitar el acceso al Gobierno a los antiguos franquistas a los sectores más conservadores y reaccionarios de la sociedad.

Añade que:

El PP tiene sectores democráticos modernos pero su silencio, y sobre todo el de Rajoy, aumentan el impacto y los gritos de doña Esperanza y sus corifeos afines, Mayor Oreja o Camps, integristas, populistas, que han traicionado el espíritu de la vuelta a la democracia, las esperanzas de una transformación desde la libertad y la igualdad y que han adormecido a muchos ciudadanos, también muchos madrileños, para que olviden el sueño de la razón y la utopía progresista que ha sido su meta más querida y más deseada. No debemos dejar paso a esos sectores casposos, llenos de rencor y sedientos de riquezas.

Precisa que:

El vuelco necesario debe hacerse con sentido práctico y desde posibilidades reales y no con sueños imposibles ni con esfuerzos inútiles. Es evidente que solo se puede alcanzar este objetivo con el liderazgo y con el impulso del Partido Socialista, aquí en el Madrid de Tomás Gómez, excelente candidato y un político honrado dispuesto a sacudir las políticas retrógradas y a encabezar a todos los sectores progresistas para que la señora marquesa consorte no siga gobernando en Madrid.

Cree que:

Idéntica operación se debe realizar en pueblos y ciudades de la Comunidad para conservar Ayuntamientos de izquierdas o para conquistar aquellos que están en manos conservadoras desde el liderazgo del candidato más emblemático que es Jaime Lissavetzky.

Y sentencia que:

No podemos resignarnos, sino que debemos luchar sin descanso en defensa de nuestra dignidad, para evitar la catástrofe moral que supondría una derrota anunciada y soportada por unos madrileños que habrían dejado de luchar. Con Tomás Gómez en cabeza y desde el reproche a los madrileños resignados, luchemos francamente para ser dignos de respeto y ganar al pesimismo, a la desgana y al derrotismo. ¡Vale la pena!

Las palabras de Peces-Barba no sólo son falsas, sino además irrespetuosas. Precisamente, la democracia consiste en el contraste de ideas, en la pluralidad de partidos, en que los ciudadanos tienen la potestad de elegir quiénes serán sus representantes en las instituciones o, más llevado a un terreno particular, dentro de una organización serán sus afiliados los que decidan quien sea su líder.

Curiosamente, el catedrático, que tanta presión ejerce sobre una parte de la derecha, no le gustó, en cambio, que en el PSOE se intentase imponer como candidata a Trinidad Jiménez y denunció las presiones que se estaban haciendo sobre Tomás Gómez para que no presentase su candidatura a las primarias por ver quién sería el cabeza de cartel socialista a la Comunidad de Madrid -Peces-Barba asegura que la "presión" sobre Tomás Gómez no es "democrática"-.

Lo que está claro, aunque con matices, es que Gregorio Peces-Barba tomó buen ejemplo de su padre y busca la fórmula, en este caso dialéctica, de intentar erradicar de las instituciones a quienes no son de su cuerda ideológica. Si el catedrático 'obsequia' con el término casposo al PP madrileño, su padre, en tiempos de la Segunda República, encubrió el asesinato de un militante comunista -Los socialistas Negrín y Peces-Barba encubrieron el asesinato de Andreu Nin-.


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