jueves, 12 de mayo de 2011

SE ACATA







SILENCIO, SE ACATA.

Diríamos que algo no cuadra en un país donde los políticos comunicaran, cada día, a la hora del té, que obedecen las leyes y no cometen delitos. Imagínese que el secretario del PSOE, en sus comparecencias del lunes, anunciara solemne su respeto al ordenamiento jurídico. Y, sin embargo, no andamos tan lejos de ese extraño espectáculo. Una y otra vez se reproduce cuando un alto tribunal dicta una sentencia de alcance. Hasta el mindundi del partido pronuncia, antes de nada, la frasecita ritual del "acato y respeto". Ganas dan de preguntarle, ¿y qué sucedería si no la acatara? Vana apelación al raciocinio. La declaración de acato es innecesaria y redundante, pero no sólo se hace, también se exige. Y se convierte, como estos días, en la fórmula que disfraza el empeño de censurar la controversia.

Ahora, incluso, el presidente del Constitucional se refugia en lugar sagrado para huir de la polémica sobre el pase electoral extendido a Bildu. ¡Y reclaman un Estado laico! De eso nada. Los hay que anhelan una teocracia con los magistrados del TC afines en el rol de sumos sacerdotes. Infalibles siempre: ni el Papa de Roma. Y, ante todo, jamás sujetos a la crítica. Habrá que preguntarle a Pascual Sala su sacrosanta opinión sobre los sapos y culebras que soltaron nacionalistas y socialistas catalanes contra la sentencia del Estatuto. ¿O estamos en el doble rasero y la ley del embudo?

No sobraría tampoco que los socialistas, esos acatadores ejemplares, evaluaran la pieza que la ministra Chacón firmó entonces con su papi, aquella que acusaba a ciertos magistrados de ignorantes, ofensivos, obsesos y preconstitucionales. Se titulaba, modesta, "Apuntes sobre Cataluña y España". Pues bien, cuando un miembro del Gobierno y un ex presidente lanzan tales dardos y brindan su apoyo a la "indignación y el rechazo" suscitados por una sentencia, ¿es desacato, insumisión, blasfemia, ultraje al Estado de Derecho, insidia, deslegitimación o simple desacuerdo?

La coacción es selectiva. No afectará a Chacón ni a González, ni al PSC ni a CiU ni al PNV, por citar a unos cuantos exentos. Sólo a los pringados. Cualquier crítica a una acción judicial o policial, que provenga del lado oscuro, sito a la derecha, es transformada en prueba de su aversión a la democracia, congénita. ¿Veis cómo no son ni serán nunca demócratas? Esas niñerías les encantan. Excitan a los peques, ceban la superioridad moral y consiguen amedrentar a la fiera. Al grito de ¡acata!, vuelve a la jaula. (Cristina Losada/ld)

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