jueves, 25 de agosto de 2011

PAÍS DE PROGRES





NO ES PAÍS PARA POLIS.

Agosto es uno de aquellos meses que te permite ver casi en la misma página de un periódico a una Elena Anaya luciendo el esplendor de su pequeño cuerpo en las siempre apetecibles aguas menorquinas con una imagen de alguno de los que se hacen llamar indignados lanzando con verdadero arte un escupitajo a un agente del cuerpo superior de policía –mostrándonos así su lado más caballeroso– o una selección de las ya cansinas ginebras Premium con sus tónicas ideales y el kit de de acompañamiento.




El otro día, sin ir más lejos, mi marido se pasó media noche escupiendo granos de pimienta roja sobre un acantilado a la luz de la luna porque el camarero insistió en su propósito. Y así, mientras charlábamos con un par de amigos, hacíamos breves pausas para lanzar los molestos granitos que flotaban en nuestros gin tonic.



Lástima que no tuviéramos a un anti-papa a mano. Seguro que nos habría venido de perlas una lección práctica. Son unos fenómenos escupiendo. Casi tanto como Cristiano Ronaldo, que te deja el campo a rebosar de esputos diversos, pero expulsados con auténtico talento.



Intentaré centrarme en el asunto policial ya que me temo que este es el formato ideal para estos menesteres. Veamos.



Los desayunos de estas últimas mañanas han venido repletos de imágenes de unos policías cargando desmesuradamente contra algunos manifestantes durante la visita de Benedicto XVI. Comentarios de todo tipo, tweets y páginas en Facebook clamando justicia y calificativos de toda índole a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.



Pocas voces defensoras de los funcionarios policiales he podido escuchar o leer en las últimas horas. Bien que hubo un abuso de fuerza puntual, de acuerdo que ha habido algún exceso. Aunque cierto es que los mismos responsables policiales fueron los que inmediatamente abrieron una investigación para depurar responsabilidades.






Y francamente. Cuando llevas días y días aguantando insultos de todo tipo, escupitajos de toda forma y condición, orines de los exquisitos acampados, miradas de odio fijas en tus ojos por la única razón de vestir un uniforme policial –obviando que están ahí para nuestra protección y seguridad– mientras las órdenes que vas recibiendo de tus cargos superiores son de calma, contención, tranquilidad. Y los anti tot una mica anotando tú número de identificación por si te cae una denuncia falsa mientras siguen las instrucciones: quietos, aguantad, vamos a despejar primero la zona B; se puede entender entonces que más de uno salga al campo de batalla con las narices bien repasadas, por ser sutil. (Eva Miquel Subías/LD)
 
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PUES AHÍ VA UNO....
 
 
DAVID TORRES Y LOS MATONES.











David Torres escribe un artículo en El Mundo, ‘Los matones y la ley’, en el que cuenta unos hechos. No tengo motivos para dudar de que sean ciertos. Se verá. Pero los hechos se pueden describir de diversas maneras.






Escribe: ‘Un grupo de matones cruza la calle con decisión, como si la calle fuese suya, y se encara con una pareja que para por allí. La joven grita: ‘¿Qué pasa’?, y uno de los matones, el más cobarde, el más chulo, va y la golpea sin miramientos. Todos los demás lo alientan y secundan...’






Si esto es cierto, hay que denunciarlo y los jueces deberán decidir si los policías (perdón, los matones) han cometido algún delito. Esto es lo que sucede en las democracias. En las no democracias, no se habría publicado el artículo de David Torres.






Sigue la descripción de los hechos: ‘Después la manada olfatea sangre más allá y lo dejan en paz para proseguir la diversión’. Se refiere a que han dejado bien apaleado al compañero que intentó defender a la joven antes citada. De momento, la manera de describir a la Policía es: ‘la manada ... los matones...).






Añade: ‘La Policía española se ha cubierto de gloria con una actuación digna de una banda de narcos borrachos’. Y se pregunta si los ciudadanos no deberíamos llevar armas para defendernos de estos homínidos. Por ‘homínidos’ se refiere a la Policía.






Una manera de describir estos hechos es contar lo que ha sucedido sin aderezar la descripción con calificativos como: ‘la manada’, ‘los matones’, ‘homínidos’ y ‘narcos borrachos’.






Pero Torres insulta y descalifica a ‘la Policía’ por la actuación de unos cuantos policías. Debería dejar de lado a ‘la Policía’ y centrarse en el comportamiento supuestamente delictivo de este grupo de policías. ¿Siguiendo su línea, podemos decir que ‘los periodistas’ son una cuadrilla de hijos de la gran puta porque hay unos cuantos que son así? ¿Qué opina Torres?






Si los ciudadanos, que son honrados (no como los policías) llevasen armas, como sugiere Torres, todo iría mucho mejor. No existirían los abusos como ahora. Y, de este modo, no tendría sentido el temblor final que le atraviesa el cuerpo: ‘Qué miedo, tú’.






Por una sociedad sin policías y ciudadanos con armas.






Sebastián Urbina.



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España



Sindicatos policiales denuncian amenazas de muerte a agentes antidisturbios.



La Policía abre expediente por falta grave a tres antidisturbios


Las primeras pesquisas apuntan a una agente como agresora de la marcha laica


Hablan de caza al agente y denuncian las presiones que está sufriendo el colectivo. Además, defienden que la actuación de los funcionarios durante la marcha laica «se ajustó a lo que se esperaba». (ABC).

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España


La Policía defiende su actuación durante la marcha laica

En el vídeo, los agentes son insultados, vejados y hasta golpeados por los manifestantes

ABC / madrid

Día 26/08/2011 - 17.38h.
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¿PUEDE USTED VOTAR A ESTOS SOCIALISTAS?



EN MARCHAS reconocidas ILEGALES



La Policía recibió orden por escrito de ni tan siquiera identificar a 'indignados'.


libertad digital


3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Donde está escrito que un policía tenga que dejarse pegar, escupir, insultar...? ¿Dónde...?

Demasiado aguantan, y sobretodo estos días, con esa panda de guarros que se autodenominan indignados, y a los que viene mejor el calificativo de pringados; pero no pringados en el sentido ese vulgar de desafortunado, no, pringados de pringue, porque no son más que una panda de guarros que nos han dejado Madrid hecho una pena.

Muchas veces me he maravillado de que los sindicatos policiales no sean más contundentes y no protejan más a sus afiliados, que se juegan el tipo por los ciudadanos y solo reciben quejas y denuncias de "brutalidad policial". ¿Acaso se pueden impedir los delitos pidiéndole educadamente a los delincuentes que desistan de su actitud?

A todos estos progres quejosos les dejaba yo en una noche oscura, solos y rodeados el tipo de gentuza con el que tiene que "alternar" la policía. Se iban a enterar.

... y por mi parte, ¡Gracias policías! Hay ocasiones en las que solo con veros ya me siento mejor. Estoy con vosotros.

Antonio dijo...

Amigos, yo también estoy con la Policia por encima de todo. Pero cualquier policía, por el mero hecho de ser policia, está obligado a tener un comportamiento ejemplar ante sus conciudadanos. Por lo que ciertos comportamientos por parte de un policía, no se pueden permitir bajo ningún concepto, si creemos/deseamos vivir en un verdadero Estado de Derecho. Y mucho más, si lo que se espera de la ciudadanía es que respete y se identifique con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Sebastián Urbina dijo...

Para Antonio. Por eso digo en el artículo, que lo que hay que hacer es poner en conocimiento del juez los hechos que, presuntamente, son delictivos o no reglamentarios.

Por otra parte, el comportamiento de la Policía, en general, ha sido muy bueno. Quisiera ver a estos bandarras hacer lo mismo a la policía francesa, alemana.... Se marcharían a casa con una buena manita de hostias. O se los llevarían a comisaría para ser interrogados.