miércoles, 14 de septiembre de 2011

BURKA Y FALSO DIÁLOGO





BURKA Y FALSO DIÁLOGO.




Los marroquíes (Asociación Al-Maghreb) dicen que es un “error político” legislar contra el velo integral, que sólo usan dos mujeres en Sa Pobla (Mallorca), y piden diálogo y campañas de sensibilización.



¿Por qué una violada no debería ofrecer diálogo al violador? La violada mostraría tolerancia y buen talante si en vez de pedir sanciones, dialogara con el violador. Pero ¿sería moralmente aceptable?






Algunas personas dicen que debemos respetar las costumbres ajenas. Que no somos nadie para decir si algo está bien o mal. Moralmente hablando. En consecuencia, si unas mujeres, pertenecientes a otra cultura, van cubiertas de los pies a la cabeza (el burka), es cosa suya y no tenemos derecho a inmiscuirnos. ¿Es esto así?



Esta situación nos obliga a decir algo del multiculturalismo. Según el multiculturalismo, las diferentes culturas serían como un todo homogéneo que debe respetarse íntegramente. La consecuencia de esta actitud ha sido, en la práctica, la creación de guetos culturales. Mundos cerrados. Surgiría así un tipo de convivencia política en el que las culturas serían aceptadas como un todo, sin que pudieran cuestionarse nada, ya que las diferencias (sean las que sean) serían un valor a proteger y respetar.



En este contexto, ya no hay ‘bueno y malo’. ¿Por qué? Porque todo es relativo, excepto el propio relativismo. De modo que el siguiente paso, si aceptamos el burka (que atenta a la dignidad de la mujer, lo sepan, o no, la afectadas) podría ser, sajar el clítoris a las niñas. Es una costumbre extendida en muchos países musulmanes. O la costumbre de cortar la mano a los ladrones. ¿Por qué no? O ahorcar a los homosexuales.



Según el relativismo normativo, que es el que más nos interesa ahora, los diferentes principios morales existentes tienen igual valor moral. De modo que igual da una cosa que otra. Claro es que los que ahora protestan, no actúan así en sus propios países.



En resumen, dejemos que no cumplan la ley, ni la Constitución. ¿Qué más da? Dejemos que las mujeres se escondan en el burka, como si fueran apestadas. Renunciemos a los valores que fundamentan nuestras leyes constitucionales y nuestra convivencia.



Pero esto no es tolerancia. Esto es mediocridad moral. Y cobardía.



Sebastián Urbina.







No hay comentarios: