viernes, 16 de septiembre de 2011

CARADURA SOCIALISTA




EL IMPUESTO DE LA DEMAGOGIA.




Los socialistas quieren aprobar este viernes la reinstauración del impuesto sobre el patrimonio. Pero no se equivoquen. Esto no va de política económica, ni bien ni mal entendida. Esto va de electoralismo puro y duro.


El impuesto sobre el patrimonio es una figura tributaria de muy escaso poder recaudatorio, que en su momento se retiró porque iba en detrimento del ahorro. Volver a imponerlo ahora, por tanto, no va a resolver, ni de lejos, los muy serios problemas presupuestarios que tiene este país, por mucho que los socialistas quieran dar a entender lo contrario. Aquí de lo que se trata es de la más pura y simple demagogia electoralista dirigida a la izquierda más recalcitrante de este país.


 Básicamente, en lo que consiste esta propuesta es en decir, bien, aquí hay mucha gente que está sufriendo bastante a causa de la crisis mientras otros siguen disfrutando de la vida gracias a sus riquezas; pongámosles entonces un impuesto para que ellos también compartan los sinsabores de los tiempos difíciles que nos ha tocado vivir porque qué es eso de que unos tengan tanto y no compartan mientras otros las pasan canutas. La lógica es así de simple y con ello los socialistas nos demuestran varias cosas.



En primer lugar, hoy por hoy en el PSOE no tienen el menor interés en resolver la crisis económica. A ellos lo que les preocupa es resolver la que se les viene encima si el día de las elecciones se cumplen los nefastos presagios que las encuestas les auguran. Lo que tratan de verdad es de minimizar, en la medida de lo posible, el batacazo electoral mediante la radicalización de sus postulados, tratando de esa forma de cosechar votos entre los caladeros de Izquierda Unida y entre los antisistema.


 En segundo término, como su preocupación no es más que de naturaleza electoral, carecen de un verdadero programa por si ocurriera el milagro de que, después del 20-N, pudieran seguir gobernando, solos o con CiU. Los que acusan al PP de no proponer medida alguna para salir de la crisis ahora resulta que no tienen nada que decir al respecto, entre otras cosas porque si consiguen que los de Rajoy no gobiernen, el programa económico que tendrán que asumir será el que les impongan sus aliados parlamentarios de Convergencia i Uniò, les guste o no.


Así las cosas, el PSOE sigue empeñado en la estrategia equivocada, que no es otra que la de la demagogia, la del resentimiento social y la de seguir demonizando a la figura del empresario cuando lo que necesita este país es convertir al empresario en un héroe y facilitar al máximo su labor porque ella es la que genera empleo y bienestar. El impuesto sobre el patrimonio va justo en la dirección contraria. ¿Lo suprimirá Rajoy si llega a La Moncloa? (Emilio J. González/ld)

1 comentario:

Anónimo dijo...

El impuesto sobre el patrimonio consiste en cobrar a quien nunca ha comido gambas para que otros se hinchen a langostinos.