domingo, 2 de octubre de 2011

ESPAÑA, UNA GRAN NACIÓN






ESPAÑA, UNA GRAN NACIÓN.


Que España es más importante en el mundo que lo que tristemente piensan, quizás, la mayoría de los españoles, es, gracias a Dios, una esperanzadora realidad.

En este caso, me estoy refiriendo a España como nación, no al gobierno español, este u otro que nos pudiera tocar en suerte en el futuro.







Sí, aunque muchos españoles no lo crean, España sigue y seguirá siendo una gran nación, como tuvo ocasión de proclamar este verano en Madrid, el Papa Benedicto XVI.






Es una gran nación europea, bien antigua, por cierto, y podríamos añadir, ahora en los albores del año del Bicentenario, también una gran nación americana.






El idioma español, tan zarandeado hoy por desgracia en nuestra patria, es, por derecho propio, la segunda lengua en importancia a escala mundial si atendemos al número de países que lo hablan en estos momentos. Y si contemplamos el mapa del mundo, pronto nos daremos cuenta del valor geoestratégico de nuestro país, tomando en consideración nuestra doble vertiente atlántica y mediterránea por no referirnos a la capital importancia del Estrecho de Gibraltar y nuestra permanente cultura de relación y entendimiento con el mundo árabe.






Termino. El hecho de que el Gobierno español pudiera no pintar nada en el mundo, no nos debe, por tanto, hacer dudar de nuestra importancia real y de nuestro verdadero potencial aún por desarrollar. Y aún debería añadir algo más: España es, por cierto, tierra de los más grandes santos de la Iglesia universal; pueblo de artistas y escritores de justificado aprecio y que, en estos últimos tiempos, cuenta, asimismo, con deportistas de renombre internacional. No hay razón, pues, para no sentirnos orgullosos de nuestro pasado y ojalá que también de nuestro futuro. Esa es nuestra responsabilidad hoy, mañana y siempre. (ABC).
 
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Con la secreta esperanza de que esta información (aparte de las risas obligadas, del rojerío y los separatistas) produzca altas dosis de utircaria, sarpullidos y flojera intestinal. No es mucho pedir. Además, la medicina, en España, es buena. Claro que si prefieren ir a Somalia (con la que nos comparan estos pobres resentidos) pueden ir. Les pagaremos el billete. Sólo de ida.

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