lunes, 19 de diciembre de 2011

NEGOCIOS MATRIMONIALES





El divorcio puede costarle a Kobe la mitad de su fortuna.



A. D.
19/12/2011



La revista Forbes ha calculado en 140 millones de dólares el total de la fortuna económica de Kobe Bryant, aunque otros medios llegan hasta 150 e incluso 175 millones de dólares. De ese dinero, Kobe puede perder la mitad exacta si los tribunales de Orange County, California, estiman en todos sus puntos la demanda de divorcio presentada por Vanessa Laine-Bryant, esposa de Kobe durante los últimos diez años. La pareja sólo coincide en reclamar la custodia compartida de sus dos hijas. La presunta relación extramatrimonial del capitán de los Lakers con otra mujer latina habría desencadenado la crisis, según el portal de Internet TMZ. (AS)
 
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PUTAS HONRADAS.
 
¡Qué negocio! Hijos aparte, porque los hijos no tienen que sufrir las consecuencias del comportamiento de sus padres. Hablo solamente de la señora. Diez años de vida matrimonial. Supongamos que no ha trabajado profesionalmente porque se ha dedicado a sus hijos y a su marido. Por cierto, si lo ha hecho debe ser facha. Pero bueno, supongamos que es así.
 
 
Le tocan entre 70/80 millones de dólares. ¿Qué profesión ejercía antes de su boda que le hubiera dado este dinero en diez años?
 
 
Y si estos beneficios parecen bien ¿es que se casó para hacer negocio? Repito que los hijos aparte.
 
 
Salvo mejor opinión que me haga reconsiderar mi actual postura, creo que las putas profesionales son más honradas. Lo mismo pensaría si se tratase de un 'tio bueno' casado con una millonaria. ¿Por qué debería cobrar una millonada en caso de separación?
 
Claro que esto no es políticamente correcto. Lo que me importa un pito gorgorito.
 
Sebastián Urbina.

1 comentario:

Arcoiris dijo...

¿Son, como se dice aquí, son las mujeres unas “putas honradas”? Obviamente, no las conozco a todas, pero me atrevería a conceder que una parte del colectivo femenino quizás utilice su sexo para vampirizar a su hombre. ¿Qué parte de ese colectivo? ¿Algunas pocas locas? ¿La mitad? ¿La mayoría, si no todas, como aseguraría la inefable Esther Vilar, la de “El varón domado”, etc.? Ni pu(ñe)t(er)a idea, pero haberlas, haylas. Yo, cuando era pequeño, había sorprendido alguna valoración que la suegra potencial hacía del posible candidato: “Es muy trabajador”. Ni alto, ni guapo, ni marca un paquete del copón… No. Simple y muy habitualmente: “Es muy trabajador”. Que me aspen si eso no significa algo así como: “A su lado, mi hija tiene el panizo asegurado”. Y los gobiernos, que son muy suyos y no quieren sino la mies y que los burros se queden con la paja, disponen que, en caso de ruptura de la relación entre los cónyuges, se repartan bienes y hacienda y que la morada familiar y los críos se los quede la madre, eso sí, con pensión alimenticia mediante, aunque la señora aportara al matrimonio poco más que “los mejores años de su vida”. Algún espíritu políticamente incorrecto podría, llegados a este punto, preguntarse si las legislaciones al uso, con su asimetría o la probable discriminación positiva a favor de la mujer, siempre tan bien vista, podría, digo, tener algo que ver con las soluciones violentas o criminales tan habituales en estos casos como condenables.
Por fin, una apostilla. Las mujeres son la mitad del electorado, un considerable caladero de votos que, tradicionalmente, opinaba en conservador. Halagarlas, favorecerlas, sin duda puede ser muy gratificante desde un punto de vista electoral. Quizás ahí radique la razón última de algunas políticas “progresistas”. Y que el pato lo paguen los paganos de siempre.