miércoles, 2 de mayo de 2012

EL SOCIALISMO ROBA




 




ASÍ ROBA EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Quince días después de que el gobierno argentino presidido por Cristina Fernández de Kirchner se apropiara del 51% de las acciones de Repsol en la petrolera YPF, otro destacado exponente del llamado "socialismo del siglo XXI", el presidente de Bolivia Evo Morales, acaba de ordenar manu militari la expropiación del paquete de acciones de la Transportadora de Electricidad SA (TDE), filial de Red Eléctrica Española (REE), que opera en el país andino desde 1997.

Con la movilición del Ejército y con la demagógica verborrea que caracteriza a esta banda de autócratas que están socavando las bases de la democracia y del Estado de Derecho en America Latina, Morales ha justificado este robo institucionalizado como "justo homenaje a los trabajadores y al pueblo boliviano que ha luchado por la recuperación de los recursos naturales y los servicios básicos". 

Lo cierto es que, con esa misma cantinela, Morales ya expropió en 2010 las acciones de cuatro empresas generadoras de electricidad, incluidas dos filiales de la francesa GDF Suez y la británica Rurelec, que inició un arbitraje a Bolivia en la Corte de La Haya por esa medida. Además de las eléctricas, el mandatario ha nacionalizado una quincena de empresas de hidrocarburos, cementos y minas, entre otras, desde que llegó al poder en 2006.

Aunque Morales tenga, ciertamente, un largo historial de latrocinios como el que nos ocupa, entendemos la sorpresa del gobierno español, que, además de su preocupación y malestar, ha asegurado haber tenido conocimiento de la noticia "por los teletipos" sin que nada previamente le hubiera alertado de las intenciones del gobierno boliviano. 

En este sentido, Morales parecía hace unos días desmarcarse de la expropiación de YPF perpetrada por el gobierno argentino y, de hecho, el anuncio del presidente de Bolivia se ha producido en la misma jornada en la que el mandatario tenia previsto inaugurar la planta procesadora de gas del campo Margarita, la segunda de Repsol en el país, donde tiene previsto estar acompañado por el titular de la petrolera española, Antonio Brufau.

Comprendemos que lo que menos quiera el gobierno español es que se "eleve la espiral del conflicto". Pero, eso no es óbice, todo lo contrario, para que el Ejecutivo de Rajoy trabaje concienzudamente en una respuesta que disuada esta espiral populista que se está cebando contra los numerosos intereses de nuestro país en América Latina. 

Con todo, los mayores perjudicados por la inseguridad jurídica que crean estos iluminados salvapatrias no serán nuestras empresas, sino que seguirá siendo la población de sus países. Las apelaciones a los sentimientos patrios y a la clase trabajadora, con las que estos caudillos socialistas encubren sus latrocinios y espantan al capital extranjero, no servirán, como nunca han servido, para paliar, sino para acrecentar, el empobrecimiento que ya sufren sus ciudadanos.

(edit./ld)

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