sábado, 11 de agosto de 2012

TONTOS PERDIDOS


 
 
 
 
 
La insoportable impunidad del ser.
 
Estos del PP son tontos perdidos. Si te acusan de algo, lo niegas y punto.
¿Dónde está Rubalcaba? La devota Soraya Rodríguez justifica su espantada al asegurarnos que tiene derecho a unos días de descanso. Pero ya sabemos que Alfredo Pérez Rubalcaba no descansa jamás.
Prueba de ello es el acoso al que la propia Policía (donde el ex ministro de Interior mantiene sus contactos) somete a los agentes de la Brigada de Delincuencia Económica que han destapado el escándalo de la empresa-tapadera Interligare. Recién celebrado el 40 aniversario del caso Watergate, que obligó a dimitir al presidente Nixon por haber espiado al Partido Demócrata, en España se están dando todos los pasos necesarios para que el mismo delito, cometido por la izquierda (cómo no) quede impune. Los datos que se acumulan contra el número dos de Zapatero son abrumadores. 
La Brigada Judicial ha preparado 200 páginas sobre la actividad delictiva de cuatro altos cargos del Ministerio de Interior de Rubalcaba, a los que se acusa de cohecho, falsedad documental, tráfico de influencias y deslealtad profesional. LA GACETA ha publicado esta semana una exclusiva sobre la conexión de Interligare con Baltasar Garzón, que habría proporcionado a la empresa un jugoso contrato para documentar su proyecto de la Memoria Histórica. Y otro alto cargo implicado en la trama de espionaje es el ex ministro socialista José Blanco, ya imputado por corrupción en el caso Campeón.
Precisamente esta semana me contaba un productor de la COPE, ya retirado, que recuerda bien haber oído decir a Rubalcaba en off durante una entrevista: “Estos del PP son tontos perdidos. Si te acusan de algo lo niegas y punto”. Parece que a él la técnica le funciona desde hace ya décadas a las mil maravillas. El hombre que entró en el Ministerio de Educación de Maravall de modesto PNN y salió transformado en flamante catedrático sabe que en España se puede ser ateo y creer en los milagros.
Y los milagros socialistas empezaron allá por 1983, cuando los trepas del Clan de la Tortilla se empezaron a fabricar la falsa carrera de luchadores antifranquistas que les ha permitido vivir del cuento hasta hoy. Lo primero que hizo el Ministerio de Interior de Felipe González fue destruir los archivos de la Brigada Político-Social, pero no para devolver la tranquilidad espiritual a los socialistas fichados por el régimen, sino para que no se supiera que ninguno de los recién aupados políticos del PSOE había luchado contra Franco. Un veterano de la Transición los describía con una frase tan sarcástica como certera: “Ni oposición ni oposiciones”. Es decir, falsos rojos, falsos catedráticos, falsos jueces, falsos políticos. Y adictos a la mentira durante toda su vida.
Por eso ahora a Rubalcaba no le tiembla el pulso. ¿Que además de estar implicado en Filesa, el GAL, la negociación con ETA y el Faisán, te acusan ahora de haber espiado al PP desde el 2004 con una empresa-tapadera creada por un agente de la Policía con fondos públicos? Niégalo y punto. Si estos del PP son tontos perdidos. (Gabriela Bustelo/La Gaceta)

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