jueves, 20 de septiembre de 2012

NO HAY EXPOLIO. CAT

















NO VEO EXPOLIO POR NINGÚN LADO A CATALUÑA.


Ángel de la Fuente es uno de los mayores expertos en financiación regional. Y en el caso catalán, lo tiene claro. La fijación de la Generalitat por un pacto fiscal no tiene una base sólida. No hay expolio ni discriminación, aunque el sistema de financiación es manifiestamente mejorable.


Pregunta.- ¿Cómo ve la polémica por el llamado pacto fiscal catalán? 

Respuesta.- La propuesta del Parlamento catalán no me gusta en absoluto y carece de una base sólida. Su punto de partida es la idea de que España expolia fiscalmente a Cataluña. Para evitarlo, se exige un sistema singular, similar al vasco, que le dé a la Generalitat control exclusivo sobre todos los impuestos y le permita negociar una aportación a las arcas del Estado que sería menor que la actual e iría reduciéndose gradualmente con el tiempo. No comparto ni el diagnóstico ni la solución. No veo el expolio por ningún sitio.

A los residentes en Cataluña se nos aplican las mismas escalas de gravamen en todos los impuestos estatales que a los demás españoles y las mismas reglas a la hora de calcular las pensiones o las prestaciones por desempleo. No hay trato discriminatorio. Lo que hay es redistribución entre individuos con más y menos renta y eso tiene su reflejo a nivel regional en los saldos fiscales.


P.- ¿Cree que serviría de algo una solución al estilo foral?

R.- El sistema de tipo foral que se propone no es bueno. Primero, porque se trata de un sistema poco equitativo. Segundo, porque trocear la Agencia Tributaria supone renunciar a grandes economías de escala y reducir muy significativamente su eficacia. Y tercero, porque privar al Gobierno central de la facultad de imponer impuestos en una parte de su territorio es un disparate.
P.- Y el ejemplo podría cundir.

R.- El problema es especialmente grave porque si Cataluña obtiene lo que pide después lo querrán las demás regiones ricas. El sistema foral es una anomalía soportable si se restringe a una pequeña parte de España, pero sería un desastre si se generalizase.

P.- Y no existe en ningún sitio.

R.- No hay nada parecido en ningún país federal avanzado. En ninguno se les pasa por la cabeza impedir a la Federación establecer impuestos sobre una parte de su territorio. Lo curioso es que en Cataluña hay quien vende propuestas de este tipo como parte de un supuesto modelo federal para justificar cosas que no tienen nada que ver con él.

P.- ¿Cómo ve la disputa sobre las famosas las balanzas fiscales?

R.- Las balanzas son un ejercicio contable laborioso y aburridísimo en el que existe un margen de discrecionalidad demasiado elevado y que genera números de difícil interpretación. Las que hace la Generalitat cada cierto tiempo son lisa y llanamente un instrumento de propaganda.

P.- Sin embargo, sí que habría que cambiar el modelo de financiación.

R.- El sistema actual es un galimatías incomprensible y sin sentido. El que lo dude que coja la ley y que intente leérsela. Tiene un montón de complicaciones innecesarias, no termina de dar los incentivos correctos a los gobiernos regionales y genera una distribución de recursos demasiado desigual y difícil de explicar.

P.- ¿Qué sugiere usted?

R.- Yo propondría es eliminar las complicaciones y restricciones innecesarias y aplicar una regla de reparto sencilla, en tres etapas. En primer lugar, cada comunidad recibiría los rendimientos de los tributos que le tocan. Seguidamente, una parte de ese dinero se mete en un fondo común y se vuelve a repartir con un criterio de necesidad. Esto es lo que hace el Fondo de Garantía actual. Finalmente, el Estado hace transferencias complementarias a las regiones que quedan con la financiación más baja pero sin cambiar la ordenación que sale del resto del sistema.

P.- ¿Cómo quedaría el reparto?

R.- Lo que habría que discutir es cuánto se mete en el saco común en la segunda etapa y exactamente cómo se asignan las transferencias estatales de la tercera. Yo sería partidario de una nivelación completa, esto es, de que todas las regiones tengan la misma financiación por «unidad de necesidad», pero hay mucha gente que aboga por una nivelación sólo parcial y esto es algo que tendrá que negociarse. También habría que discutir las variables de coste que se utilizan para repartir los recursos que se meten en el saco común. La regla actual incluye variables como el grado de envejecimiento de la población, el número de personas en edad escolar, la extensión del territorio, etc. La regla es bastante buena, pero podría mejorarse. Una variable sobre cuya inclusión habría que hablar es el nivel de precios. Las cosas no cuestan lo mismo en Cáceres o en Albacete que en Madrid o Barcelona.

P.- ¿Bastaría algo así?

R.- El Gobierno catalán haría mejor involucrándose en la negociación sobre todos estos parámetros que definen el modelo general que intentando salirse del mismo. Cataluña tiene reivindicaciones e intereses legítimos que se pueden acomodar en buena medida a través de una reforma racional del sistema. Este enfoque generaría menos rechazo y podría dar incluso mejores resultados que el órdago por el que ha optado.
(Angel de la Fuente/Economista del CSIC/E-pésimo.Auxiliar 1)

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