martes, 16 de abril de 2013

CACA. CAT


 (Sigue el acoso nacionalista contra los partidos no nacionalistas en el Oasis. Mariano ¡aplácalos dando más dinero! ¡Del nuestro, of course!

PD. ¿Qué hacen las autoridades? Esta es una pregunta políticamente incorrecta. De hecho, podría ser una pregunta fascista. 'Feixista', como se dice en la lengua de la libertad. 

PD1. ¡Mariano! Que no pasa nada. Que son infundios de cuatro españolistas resentidos.)








La vida de los partidos, entidades y personas que no comulgan con el nacionalismo catalán no es fácil. En el caso de Ciudadanos, los acosos y las agresiones contra sus miembros empezaron en el momento de su fundación, allá por el año 2006. Desde entonces, el hostigamiento recibido ha sido continuo, con momentos de mayor o menor intensidad.

El último de los casos conocidos se ha producido en El Prat de Llobregat. En los últimos quince días, la persiana del comercio donde trabaja el responsable de comunicación del partido de la localidad barcelonesa, Antonio Miguel Ruiz, ha aparecido en dos ocasiones con pintadas en las que se le acusa de ‘fascista’ y ‘estafador’.

La formación liderada por Albert Rivera ha lamentado estos hechos, que ya han sido puestos en conocimiento de los Mossos d’Esquadra, y ha denunciado la “coacción” que suponen. “Lo han escrito para hacer daño, porque quieren sacarme de la órbita de Ciudadanos ya que les molesta“, ha declarado Ruiz, quien se ha mostrado sorprendido, puesto que ha subrayado que se dedica “a vender muebles, más que a la política”.

Escrache a Rivera
Esta misma semana, la CUP había convocado un escrache (acoso) contra una conferencia de Rivera en La Garriga, la localidad barcelonesa donde reside. Esta situación provocó momentos de tensión durante un pleno en el Parlamento autonómico, cuando el diputado autonómico de la CUP Quim Arrufat se dirigió al escaño de Rivera y le instó a que se fuera “acostumbrando” porque “habrá más”.

A pesar de que la contramanifestación finalmente fue suspendida, una veintena de activistas independentistas se concentraron a las puertas del local donde se celebró el acto para insultar a Rivera, que tuvo que entrar y salir protegido por la policía y por los propios asistentes.

Ataques a las sedes de los partidos
Los ataques a las sedes de los partidos no nacionalistas son constantes en Cataluña. Por ejemplo, las instalaciones de Ciudadanos en Gerona han recibido cuatro ataques desde su inauguración en el mes de junio pasado, el primero de ellos tuvo lugar a las pocas horas de su apertura.

A pesar de no tener representación en la Cámara autonómica, UPyD tampoco se libra de las ofensivas, y no es extraño que amanezca con los cristales rotos. En la última ocasión, producida el pasado 4 de abril, los vándalos se conformaron con romper el cartel de la puerta.

El PP es otro de los partidos que más agresiones recibe en Cataluña. El mes pasado los ataques se produjeron de forma coordinada en una decena de sus sedes, lo que incluyó pintadas amenazadoras en las fachadas.

Tampoco se libra de las ofensivas de los radicales el PSC. A pesar del acercamiento hacia las tesis nacionalistas que el partido ha registrado en los últimos años, a algunos sectores del independentismo nos les parece suficiente. 

Al menos, eso es lo que parece después de constatar las pintadas aparecidas el pasado 23 de marzo en la sede del PSC en el Ayuntamiento de Gerona, en las que tildaban a la líder local del partido, Pia Bosch, de ‘española’, y situaban su cara en el centro de una diana junto a una estelada.

Aunque en menor grado, los partidos nacionalistas o secesionistas también han sufrido en sus propias carnes las acciones de los violentos. En junio de 2012, varias sedes de CDC fueron atacadas simultáneamente en una acción coordinada. Y en octubre pasado, el domicilio del único concejal de ERC en Cunit (Tarragona) amaneció con esvásticas pintadas en la puerta de su garaje. (LaVozdeBarcelona.
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POLÉMICAS LINGÜÍSTICAS.

Jesús García Castrillo vuelve donde solía. Es admirable la constancia científica de este hombre. Ahora sale al paso de una noticia, fechada en Pamplona, por la que se asegura que el vascuence se originó en el dogón, un idioma hablado en Mali. Ignoraba yo que hubiera tal idioma, que ni siquiera figura en el Diccionario Espasa, Las lenguas del mundo (de Rafael del Moral). 

La tesis de don Jesús es que el dogón, como otros idiomas africanos (por ejemplo, el beréber), procede de las lenguas del Cáucaso. Ese es también el origen del vascuence, a través de las emigraciones de canteros armenios en la Edad Media. De ahí la similitud entre algunas voces del dogón, el beréber y el vascuence. Por ejemplos, la palabra hambre es gose en vasco, kose en dagón y kagse en armenio. Me gustaría saber cómo es en beréber. Añado que en el castellano coloquial decimos gusa para significar lo mismo. Supongo que es un vasquismo.

La polémica del día es la moda de los escraches. La hemos traído de la Argentina. A casi nadie le gusta el palabro, pero todo el mundo lo repite; bien expresivo es. La derecha insiste en que se trata de una versión del acoso. Ignacio Frías me dice que tendríamos que emplear el término asedio. Dice el diccionario de Seco que acosar es "agobiar o importunar a alguien con peticiones insistentes". De asediar señala que es "acosar a alguien, especialmente con pretensiones o preguntas inoportunas". 

No me vale ninguno de los dos términos. Escrachear es organizar un tumulto delante del domicilio o despacho de un político para ridiculizar su conducta pública. En España solo escrachean los grupos de la extrema izquierda o antisistema. Sus acciones se dirigen contra los políticos del PP. Los organizadores de esas plataformas sostienen que los escraches son el equivalente de los piquetes informativos para llamar la atención del público sobre la conducta deshonrosa de los políticos del PP. No consideran que sean una forma de violencia, pero lo de los piquetes informativos no deja de ser un donoso eufemismo. La violencia no es solo física.

El antecedente europeo del escracheo fue la acción directa de los grupos nazis en la Alemania de los años 30, principalmente contra los judíos. Entendían que los hebreos eran los causantes de la crisis económica de entonces. La izquierda española actual se revuelve contra la idea de que los escraches hodiernos se puedan comparar con las prácticas de los nazis alemanes. En realidad, a la izquierda española le molesta que se haga cualquier comparación. Ignoro por qué. 
(Amando de Miguel/ld)


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