miércoles, 12 de junio de 2013

PENSIONES





 (Cayo Lara y Rubalcaba son dos ejemplos de irresponsabilidad. Ante el problema de las pensiones utilizan la demagogia. ¿Por qué?

 Aparte de su irresponsabilidad o ignorancia, porque saben que hay -todavía- millones de españoles que son sensibles a la demagogia de izquierdas. Penoso.)






 (PENSIONES)

LA IZQUIERDA Y LAS MATEMÁTICAS.
Este pasado lunes la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, calificaba la propuesta de los expertos para reformar las pensiones de “honesta” y “técnicamente robusta”. Salía así al paso de las críticas de los partidos de izquierda y sindicatos, que ayer mismo volvían a la carga con este asunto. Es especialmente llamativo el caso de CCOO, cuyo responsable del gabinete económico, Miguel Angel García, es uno de los expertos en cuestión. 

Con todo, no son tanto los sindicatos en esta ocasión sino PSOE y, sobre todo, IU, quienes han plantado cara a quienes más saben de este tema. Azuzar el fantasma de las privatizaciones y negar la mayor -tocar las pensiones lo menos posible- son argumentos tan vacíos como irresponsables. Cayo Lara y Alfredo Pérez Rubalcaba debería tener presente que durante la última década, las pensiones contributivas a la Seguridad Social ha aumentado en más de un millón, rebasando la cifra histórica de 9 millones. La anterior progresión se ha producido en un marco de paulatino envejecimiento de la población y de intensa recesión en los últimos años, lo que se ha traducido en una fuerte caída de los afiliados a la Seguridad Social. Otra consecuencia ha sido el impacto sobre la ratio trabajador/pensionista, que ha pasado de 2,71 trabajadores por cada jubilado en 2007 a los 2,32 de la actualidad.

Son, desde luego, razones de peso como para abordar como es debido un problema tan acuciante. Problema agudizado, sí, pero, en absoluto, inesperado: estudiando y estimando la evolución de la pirámide de edades, hace ya más de una década larga que los expertos en la materia llevaban anunciando la precariedad del sistema y la necesidad de su reforma. Considerar que profesionales solventes y, por tanto, independientes, son meras marionetas de bancos y aseguradoras, como sostiene el señor Cayo Lara, no es un insulto: es una manifestación de ignorancia propia de una sociedad tercermundista. Cuestionar la definición del factor de sostenibilidad y hacer demagogia con vistas a pescar en el río revuelto del descontento social no parece la forma más responsable de hacer política; y menos aún con un tema como el de las pensiones.

Los ciudadanos españoles tienen derecho a un debate abierto y responsable, científicamente solvente, que exponga la realidad de los hechos y las alternativas posibles y demostrables, sin caer en descalificaciones que buscan camuflar intereses políticos, posiciones o aspiraciones de poder de otra naturaleza. Se puede y se debe plantear y debatir todo, no sólo la sostenibilidad del actual sistema de pensiones, con las reformas que sean necesarias; también su alternativa: un sistema de capitalización. Y ello debiera hacerse evitando guillotinar razonamientos con el recurso de baja condición intelectual de acusar a los profesionales del tema de estar vendidos al oro de las aseguradoras.

(editorial El Imparcial)

1 comentario:

Arcoiris dijo...

Si no yerro, fue Mister X quien afirmó que con el control de la natalidad en este país, o sea, con el aborto, se acabarían los problemas del paro y de la vivienda. Ahora somos uno de los países más envejecidos del mundo, tenemos una relación trabajador/pensionista pronto insostenible y quizás batiremos todos los registros en paro juvenil, paro total y en desahucios. Es que esas criaturas de la progresía, los de la “gauche du vin”, recuerdan al rey Midas; sólo que no convierten en oro aquello que tocan, precisamente, sino en algo muy fétido.
Pero no todo está perdido. En su momento, complementaron la política abortista con el invento de la solidaridad entre regiones que, si entiendo bien la idea, consiste en convencer a su personal de que, mientras gobiernen ellos, no necesitan trabajar, que la pesoe proveerá y les caerá por el hueco de la chimenea una paga, quizás escasa, pero segura; los todotenientes, encantados, nunca han estado más seguros de sus posesiones, y los empresarios, no menos felices, en condiciones de batir a su competencia empleando por cuatro duros, en tierra de parados, a cerca de 150.000 inmigrantes. ¡Y que la juerga la paguen quienes no han tenido la suerte de nacer en el sur!
Ahora, en vista de que la cosa está muy cruda, esperamos de su “think tank”, de su máquina de troquelar inmensas ideas, esperamos, digo, soluciones socialistas y brillantes, valga la redundancia. De tal manera que no me extrañaría ver en su día cómo se sustituyen aquellos fastos franquistas, tan justamente criticados por ellos, en que se imponían medallas a las familias numerosas. En su lugar, por ahorrar pasta a las arcas del Estado, para agilizar los movimientos naturales y perezosos del escalafón y para ofrecer empleo a los más jóvenes, seguramente verán nuestros ojos la entrega de la Gran Cruz Al Patriotismo (de cartón piedra, por supuesto) a aquellos ancianos que hayan sido sorprendidos conduciendo sin cinturón. O la Banda Al Mérito Familiar Por Primo a las viudas de aquellos ancianos que decidieran suicidarse. O asistiremos a investir el Fajín A La Promoción De Empleo a los comandantes de los somatenes y francotiradores más distinguidos en acabar con trabajadores añosos, lo mismo que a los médicos de los servicios de urgencias o de hospitalización, los policías encargados de disolver manifestaciones, etc. Y no sigo por no dar ideas, que luego las copian y nadie agradece a la fuente de inspiración.
Lo que les importa, por sobre todas las cosas, es que los demás, los giles, trabajemos para costear su ocio. Lo que vale es conseguir no crear un puesto de trabajo ni formalizar una desamortización: esas cosas no dan votos y sí, sólo, muchos dolores de cabeza.