miércoles, 13 de noviembre de 2013

NO SE DEJE ENGAÑAR.




 (No se deje engañar. Caraduras como este señor, hay muchos en el Oasis. Resulta que el pobrecito sufrió lo indecible en el taxi de un españolazo que- según dice- al oirle hablar en catalán subió el nivel de la radio. ¡Qué horror! ¡Pobrecito!

Los que queremos saberlo, ya sabemos que carecen de vergüenza. Llevamos décadas en las que las autoridades catalanistas (no los taxistas) incumplen las sentencias judiciales firmes porque no les dan la razón en su totalitaria inmersión lingüística.

La coacción catalanista es de tal nivel que un catalán de pura cepa como Albert Boadella tuve que irse a vivir a Madrid. Sólo por citar otro ejemplo, aunque hay muchísimos desconocidos para el gran público. El escritor y periodista barcelonés, Félix de Azúa, dijo que se marchaba, con su familia, a vivir a Madrid porque no quería que su hija fuese enseñada en el 'odio a España'.

No se deje engañar por este cantamañanas. Los catalanistas mienten como bellacos desde la Transición. Porque les han dejado. Es cierto. Pero están acostumbrados a ser desleales y chantajistas. Y que les salga gratis. 

La penúltima. El Muy Honorable Arturo Mas- con su séquito de 6o personas- se topó con un grupo de científicos españoles en Israel. Su reacción fue: 'No, españoles no'. Prefiero no comentar.

Tipejos miserables. ¡Y encima se quejan! No se deje engañar por esta cuadrilla de separatistas antiespañoles.

PD. Por cierto, el taxista madrileño es un ángel, comparado con estos fanáticos aprovechados, con ridículos aires de superioridad.)








PRESENTA EN MADRID SU LIBRO “ESCUCHA, SEFARAD”

El presidente del 'lobby' separatista acusa a España de “segregar” a los catalanes


Cuenta Albert Pont, presidente de Cercle Català de Negocis, que, cuando llegó esta semana a Madrid para presentar su libro a favor de la independencia catalana, sufrió un ejemplo de “segregación identitaria” por parte de un taxista de la capital. Dice que, cuando el conductor le escucho hablar en catalán con sus acompañantes, subió el volumen de la radio en un claro ejemplo, argumenta, del tipo de segregación que, por razones de identidad, practican muchos españoles hacia los catalanes.

 “Es un ejemplo de animadversión y complejo distanciamiento entre nuestras sociedades”, explicó ayer en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid. “Si fuera sobre ciudadanos de raza negra, nadie dudaría de que se trata de discriminación racial. No deja de ser un acto de discriminación”, explicó.
(El Confidencial)

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