sábado, 21 de diciembre de 2013

EN LA POCILGA NACIONALISTA.

 (¿Para qué vamos a insistir en lo ya archisabido? Bastará recordar, una vez más, la frase de F. Savater:

'El nacionalismo ha pervertido el discurso de la izquierda'.

Por eso apestan.

PD. En la foto Joan Herrera, perrito faldero de los separatistas.)










ICV (Iniciativa per Catalunya – Izquierda Unida en Cataluña) quiere explicar al resto de españoles qué significa eso del “derecho a decidir”, la paradoja es que en la multipregunta del referéndum propuesto, únicamente aparece la “independencia, esto es, por lo que parece es un derecho reducido, vehiculado, preformado, en el que únicamente se legitima al soberanismo, nada dice del federalismo que (quién sabe) defienden los de ICV, parece que los que menos han influido en el confección de la pregunta se han convertido en los principales defensores de la consulta.

Pero ello no resulta muy sorprendente, la izquierda catalana ha interiorizado una sumisión antológica frente a la ideología nacionalista, parece sentirse cómoda en una posición de vasallaje respecto dogma oficial, incluso se siente con fuerzas para defender postulados que contradicen (histórica y doctrinalmente) las esencias propias de los partidos de izquierda.

Joan Herrera respalda allá dónde va las bondades de la inmersión lingüística, alardeando de su origen humilde en un barrio de Barcelona en el que la mayor parte de sus habitantes tienen como lengua propia el castellano, asumiendo como “normal” que “gracias a la inmersión” en Cataluña solo hay “una comunidad lingüística”, que Cataluña es “un solo pueblo”.

Como ven la gestión de la pluralidad cultural y lingüística asumida como propia por ICV (y el PSC) pasa por obligar a la ciudadanía a aceptar una sola forma de entender la identidad, a renunciar a su lengua materna, a practicar una asimilación cultural e ideológica, a practicar un planificado genocidio cultural sobre todo lo que suene a español…de esto se jacta Joan Herreraesta ideología excluyente es la que funda el proceso nacionalista, este es el dogma con el que pretende hacer “pedagogía” por el resto de España…

Quizás en nuestra izquierda, la que soportamos todos los catalanes, se hayan fusionado todas las contradicciones del progresismo postsoviético, habla de los pueblos y olvida al individuo, recurre a la autodeterminación wilsoniana pero obvia que con ella su promotor quería combatir el internacionalismo socialista, dice defender la “democracia” pero asume con naturalidad la existencia de una vanguardia con potestad de adoctrinar a la ciudadanía, defiende los inexistentes derechos territoriales dando la espalda a los derechos individuales, se obsesiona con vanos derechos positivos pero colabora en la conculcación de los derechos negativos, prefiere la imposición homogeneizadora a la pluralidad democrática…

(Periodista Digital)

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