jueves, 12 de diciembre de 2013

RAJOY: UN FRACASO POLÍTICO.












 CLAVES PRESIDENCIALES.

(Subtítulo: Rajoy: un fracaso político.’)


Estamos obligados a proporcionarles todo el crédito que necesiten para que con el dinero del resto de los españoles puedan llevar adelante tan sugestiva empresa.

Una entrevista de seis páginas en el diario de mayor circulación de nuestro país es un esfuerzo muy de agradecer por parte de un Presidente de Gobierno más bien parco en sus comunicaciones a los medios y merece ser leída con toda atención porque permite conocer elementos interesantes de su pensamiento, sin duda determinantes a la hora de entender su política. Hay algunas de sus reflexiones y afirmaciones que resultan especialmente dignas de ser resaltadas desde esta perspectiva.

La primera es que nuestro principal problema hoy en lo que a las finanzas del Estado se refiere no son los gastos, sino los ingresos -la "recaudación" es la palabra que utiliza para precisar la idea- y que, aunque conviene ir reduciendo el déficit y frenando la deuda, hay que hacerlo "poco a poco".

  Es decir, que con un desequilibrio presupuestario previsto si todo va bien de 70000 millones para este año y un horizonte de deuda del 110% del PIB para 2015, debemos tomarnos la corrección de estas cifras con calma y parsimonia.

 La segunda es que su preocupación principal en estos momentos es Europa. Se entiende que la ofensiva separatista, las consecuencias de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre la doctrina Parot y la posibilidad cada día más alta a medio plazo de un Congreso de los Diputados con una mayoría de la izquierda y los secesionistas, son asuntos que quedan por detrás en su atención del mecanismo de resolución bancaria, el supervisor financiero o el fondo de garantía de ámbito comunitario. 

La tercera es que la actividad económica, la competitividad y la creación de empleo tienen como fin primordial el mantenimiento del Estado del Bienestar, que es un "logro irrenunciable". Otra forma de enfocar este tema es considerar que el crecimiento y la creación de valor añadido son los objetivos que no debemos nunca abandonar y que la reducción paulatina de los recursos destinados al sistema de protección social nos dará la medida del éxito de una sociedad en la que la mayoría no necesite cubrirse con el paraguas de lo público, pero el Presidente establece un orden de los factores bien definido. 

La cuarta es que en un país "moderado y equilibrado" la gente vota por opciones clásicas. Dicho de otro modo, que la aparición de nuevas ofertas electorales votadas por los ciudadanos cuando las clásicas se ahogan en corrupción y destruyen la separación de poderes nos pone en peligro de inestabilidad y radicalismo.

La quinta es que en el caso de que triunfasen los nacionalistas escoceses en el referendo de autodeterminación y solicitasen la entrada de Escocia en la Unión Europea, no está claro si España vetaría o no su incorporación. Tampoco aquí, nos advierte el Presidente, conviene precipitarse. 

Y la sexta es que ante el proyecto anticonstitucional y subversivo de liquidación de España como Nación que impulsa sin descanso la Generalitat catalana en manos de los nacionalistas, estamos obligados a proporcionarles todo el crédito que necesiten para que con el dinero del resto de los españoles puedan llevar adelante tan sugestiva empresa.

Por supuesto, la entrevista es tan larga y rica en agudas observaciones que seguramente he obviado algunos puntos de la misma igualmente fascinantes. Si ustedes encuentran más claves presidenciales que añadir a las que acabo de reseñar, por favor háganmelas saber porque mi sed de aprender es, en paralelo a la paciencia del Presidente, inagotable

 (A. Vidal Cuadras/La Gaceta)

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