miércoles, 7 de mayo de 2014

BALEARES. ¿DOCENTES?



 

 

 

 

¿ASAMBLEA DE DOCENTES?


"Contra la política educativa autoritaria, represiva, lingüicida y antisocial del PP: aprobado general", dicen en un documento repartido por los colegios.


  No es creíble pero sí. Repitámoslo: los maestros anti-PP pretenden dar una aprobado general porque la política del Partido Popular es autoritaria, represiva, lingüicida y antisocial. Ellos están por encima de los resultados electorales democráticos. No les afectan. ¿Qué enseñarán a sus alumnos?


 


Estos profesores politizados justifican su acción como ‘un acto de profesionalidad y de compromiso con la enseñanza’. Es sorprendente la cantidad de estupideces que unos profesores ‘comprometidos’ pueden decir. ¿Acaso creen, en su irresponsable petulancia, que son los únicos comprometidos con la enseñanza? He sido generoso. ¿Profesionalidad y compromiso? ¿De eso presumen? Lamentable.


 


Vayamos por partes. En primer lugar, ¿cuál es la función del profesor? Muy probablemente, un docente es un formador de personas. Por supuesto, no lo hace en exclusiva. Los padres son fundamentales en la formación de sus hijos. O sea, de los estudiantes. También hay otros factores, amigos y conocidos, televisión, Internet...


En cualquier caso, la función de los docentes es muy importante, si se hace bien. Uno de los aspectos de su función formadora, es enseñar. ¿Enseñar qué? Un buen profesor debe transmitir los conocimientos heredados, de forma pedagógica. Es decir, según la capacidad de comprensión de sus estudiantes. Esta es una tarea central porque todos venimos de algún sitio y los estudiantes deben saber de dónde vienen. Luego, con el tiempo, decidirán adónde quieren ir. Por supuesto, también hay que enseñar ‘lo de hoy’.


Dada la facilidad actual para obtener información, es fundamental que el docente enseñe a utilizarla de manera provechosa. Debido a la inmensidad de información disponible, no basta sentarse ante el ordenador y buscar. Por tanto, hay que saber elegir y para saber elegir hay que tener criterios de elección. También hay que tener sentido crítico. Y esto se enseña.

 

 Por que no basta criticar, hay que saber criticar. Y esto requiere un proceso argumentativo. Pros y contras. Justificación de las afirmaciones. Éstas y otras actividades son importantes, entre las que hay que destacar las aplicativas, puesto que conviene que lo que se sabe se trate de aplicar a la realidad. Todo esto muchas más cosas ayudan a madurar a un adolescente. A convertirlo en un ciudadano responsable.


 


Se da la circunstancia de que estos docentes viven en un determinado contexto. Inevitablemente, como todos los demás. Y el contexto que nos ha tocado vivir tiene, desde el ángulo político, una dimensión democrática. Afortunadamente.


 


Dado que los docentes, y los estudiantes, no debe estar al margen del mundo en que viven, los profesores han de ayudar a entender lo que significa la política democrática. ¿Por qué?


En primer lugar, porque la tarea que tienen y que ejercen se fundamenta en una Constitución democrática y las leyes que la desarrollan, por medio de un Parlamento democrático. Es más, la Constitución vigente dice, en su artículo 27.2:


‘La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales’.


Pues bien, ¿Tienen derecho, estos docentes, a perjudicar a los estudiantes porque opinan que el partido en el gobierno, legítimamente elegido por la mayoría de ciudadanos, realiza una  política educativa autoritaria, represiva, lingüicida y antisocial?


Los docentes tienen derecho, como cualquier ciudadano, a opinar libremente sobre las políticas del gobierno, o de la oposición. Esta es una de las ventajas del sistema democrático. A lo que no tienen derecho es a perjudicar a los estudiantes con la excusa de sus opiniones políticas. En la escuela, no tienen derecho a hacer política del tipo que hacen. Si quieren hacer política, que se metan a políticos, o la hagan fuera de las horas de clase.


Me importa un bledo si el PP les parece bien, mal o regular. Esto pertenece a la esfera de los docentes en su calidad de ciudadanos. De ningún modo a su tarea profesional como formador de sus alumnos. ¿Se forman buenos ciudadanos enseñando que se puede boicotear un programa educativo que tiene el respaldo de la mayoría de los ciudadanos?  Y hacerlo, encima, con medidas que perjudican a los estudiantes. No manipulen a las jóvenes generaciones con sus sectarismos políticos.


 


¿Pretenden, estos docentes, formar buenos estudiantes anti-sistema? ¿Pretender formar buenos estudiantes que se parezcan a ellos? Por favor, no quieran tanto mal a los estudiantes. Ellos no tienen la culpa de tenerles como docentes.


 


  La primera manifestación anti-TIL y anti Partido Popular, consiguió arrastrar a setenta mil personas. Salió en la primera plana de los periódicos. La segunda manifestación arrastró a siete mil personas. Diez veces menos. Y es que mucha gente ya se ha dado cuenta de quiénes son estos docentes.  


Ustedes no merecen ejercer la profesión que tienen. Ustedes no son docentes. Son sectarios politizados con el odio en el cuerpo que manipulan a sus alumnos y a los padres. No hagan más daño a los estudiantes y a las familias. No den mal ejemplo. Cumplan con sus obligaciones profesionales.


No digan que hacen esto como un acto de profesionalidad y de compromiso con la enseñanza. Esto ya es de un cinismo imperdonable. ¿Quién se han creído que son?


Sebastián Urbina




   

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