jueves, 27 de noviembre de 2014

PEDO VIOLENTO



PEDO VIOLENTO.


 

 

 

(Como puede usted suponer, si la ventosidad la hubiera soltado la mujer no sería violencia de género. 

 

Por dos motivos: primero, las mujeres no sueltan ventosidades. Esto es privativo de los asquerosos hombres. O sea, de los hombres. 

Segundo, si por una casualidad extraordinaria se produjera una ventosidad femenina- pido perdón por imaginarlo- nunca se podría considerar violencia de género. ¿Por qué?

 

  Porque la violencia de género solamente existe por parte del hombre. Esta es una verdad indiscutible.

 


Por eso nuestra señorías parlamentarias eliminaron la presunción de inocencia solamente para los hombres, en casos de violencia de género. Curiosamente, los terroristas si tienen presunción de inocencia. Pero un pedo es un pedo. Masculino, por supuesto.

 


¿Cómo hemos llegado a esta mierda pestilente? Porque somos un país políticamente correcto. La responsabilidad mayor recae en la izquierda, que- aparte de su sectarismo enfermizo- tiene el virus del feminismo. No del feminismo de la igualdad entre hombres y mujeres. Esto es bueno y correcto.

 

 Es un feminismo que odia al hombre y uno de cuyos resultados- con la inestimable colaboración de sus estúpidas señorías- es la eliminación de la presunción de inocencia solamente para los putos machos. Como he dicho, ni a los terroristas les han privado de la presunción de inocencia.

 


Si la izquierda- un claro ejemplo es el líder mundial Zapatero- está infectada de este feminismo rencoroso, la derecha- por simplificar- es cobarde y sin ideas propias. De ahí que apoyase la propuesta socialista de eliminar la presunción de inocencia y prohibir que por televisión se anunciara la muerte de hombres  a manos de sus parejas femeninas. 

 

Solamente está permitido anunciar por televisión la muerte de mujeres a manos de sus parejas masculinas. Como lo oyen.

 


De momento, tenemos el pedo masculino ofensivo, castigado como se merece. Ya sé que, por ahora, es poco castigo pero se revisará al alza. 

 

 Sugiero una nueva figura delictiva. Una mirada masculina persistente a una mujer debería ser considerada violencia de género. Lo que supone que la mujer en cuestión puede llamar a un guardia y exigir que se detenga al mirón asqueroso y se le encierre. Ya se me ocurrirá algo más.

 


Denuncie sin miramientos. El hombre es rastrero y lujurioso por naturaleza. Además, no tiene presunción de inocencia. Como debe ser. ¡A por ellos!


 


Sebastián Urbina.


 

 

 

Aunque parezca mentira: “Soltar una ventosidad ante su pareja es violencia «de género»” (Juzgado de violencia ‘de Género’ nº 1 de Valencia)



Noticia:

«El Juzgado de Violencia de Género nº 1 de Valencia ha condenado a un mes de multa a un hombre que, en una discusión con su pareja, soltó una “ruidosa ventosidad, según consta en la sentencia, lo que, según el Juez, constituye “una actitud de menosprecio que lesionó la dignidad de la denunciante además de menoscabar su autoestima y honor”.


(Plataformaporlaigualdad.es)

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