jueves, 30 de abril de 2015

LA FAUNA BALEAR









LOS INQUISIDORES DE MÉS.

 Terminada la legislatura se hace preciso hacer un justo homenaje a dos de los diputados más destacados del hemiciclo balear, al matemático Nel Martí y al diputado de las camisetas de colorines, David Abril, ambos de Més. Martí y Abril están convencidos de habitar en el lado bueno de la Humanidad, guiados por el halo deslumbrante de la Luz. Los demás, claro, habitamos el reino de las Tinieblas y no nos merecemos otro destino que nuestra muerte civil, por ignorantes, tontos y atrevidos. Esta visión maniquea de las cosas ha llevado a estas dos lumbreras a un sinfín de declaraciones y comportamientos más propios de savonarolas que de corteses diputados de una cámara de representantes. 

Estos dos mastines han estado utilizando las instituciones –y los medios de comunicación que les bailan el agua– para vapulear a aquellos representantes de la sociedad civil que no comulgan con sus ideas y exigir su muerte civil, tratando de impedirles cualquier tipo de reconocimiento institucional, fuera una reunión con el Govern, un premio oficial, una invitación para dar una conferencia organizada por alguna institución pública, una subvención, la utilización de cualquier espacio público para difundir sus ideas, una intervención en una comisión parlamentaria o la inserción de un simple anuncio en IB3. 

A las fuerzas de las Tinieblas que amenazan la convivencia, ni agua. No en vano, su alter ego clientelar, la Asamblea de Docentes, acaba de publicar la segunda entrega del tebeo Els Tentacles de les tenebres (II) en el que aparecemos escarnecidos todos los hijos de la oscuridad. Más allá de perdonarnos la vida, lo que sin duda demuestra un alma caritativa y su gran humanidad, no nos merecemos otra cosa que el insulto, el desprecio, el escarnio y la censura en nombre de la Lengua, la Cultura, la Educación y la Ciencia que sólo ellos dignifican y cultivan de modo desinteresado.
Repasemos algunas de sus hazañas en estos cuatro años. Més presentó una iniciativa parlamentaria en la que instaba al Govern a denunciar a una fundación privada como el Círculo Balear. ¡A una fundación privada! Pidieron la retirada de un anuncio promocional de la Fundación Jaume III en IB3 después de haberla acusado, con mala fe y sin ninguna prueba, de no haberlo pagado. Criticaron una subvención de ¡¡800 euros!! concedida por el Institut d’Estudis Baleàrics a la revista Toc-Toc que edita Toni Cantarellas. 

Han estado escudriñando vía parlamentaria qué credenciales tenía el escritor Xavier Pericay –uno de los principales muñidores a finales de los ochenta del modelo lingüístico que se ha terminado imponiendo en los medios catalanes, nada menos– por participar en una sección filológica de diez minutos en el programa semanal Som Balears de IB3 radio. Se han dado golpes de pecho con motivo de cada reunión que han mantenido el Círculo Balear y la Jaume III con la consejera del ramo, el presidente del Govern o cualquier otro mandamás. 

Nel Martí ha visto “golpes de estado” por doquier en las tímidas tentativas de IB3 de balearizar su modelo de lengua, tachándolo de “anticientífico” y “político”, como si el suyo, el de Més me refiero, fuera neutral e inocuo políticamente, el típico error de aquellos que tienen tendencia a confundir un teorema matemático con una mera convención, que es lo que es, en definitiva, cualquier modelo lingüístico. Hace unas semanas Nel Martí hacía grandes aspavientos porque el Ayuntamiento de Palma había invitado a la escritora Isabel San Sebastián a dar una conferencia enmarcada en el año de Ramón Llull. 

Simultáneamente, se lanzaba a la yugular de la presidenta del Parlament balear por haber permitido que la prestigiosa pedagoga Inger Enkvist, el ex inspector Juan Jiménez y el representante de PLIS, Julián Ruiz-Bravo dieran sendas conferencias en la comisión educativa de la cámara balear como aportación al llamado Pacto Educativo. Maleducados, los diputados de Més se ausentaron de la comisión para no escucharles, una actitud que después secundó el PSIB cuyo aparato es, en espíritu, como Més. Sectarios, maniqueos y encima censores.
La verdad, sin embargo, es que la táctica del escopetero, la de disparar a todo lo que se mueve, les suele dar resultado –lo hemos visto con la adjudicación del Palacio de Congresos– ya que, aparte de cohesionar a su tribu, advertirla del peligro que acecha en el exterior de la manada y orientarla debidamente para que hagan oídos sordos al rival, no vaya a ser que alguien empiece a dudar de su fe de carbonero, logran amedrentar a menudo a las acomodaticias huestes del PP que no “quieren problemas”. Estigmatizan, intimidan, escarnecen y en última instancia te silencian si pueden, y lo hacen sin entrar nunca en ningún debate franco y abierto. ¿Debate? Eso sería rebajarse, lo suyo es ejercer de comisarios políticos y no vacilar ante el error y la mala fe que siempre se le presuponen al adversario, qué digo, enemigo.

 Saben, además, que entrando en discusión sólo podría agrietarse su fe inquebrantable, de ahí que la eviten a toda costa. No les hace falta, no necesitan convencer porque ya han vencido de antemano –lo hicieron por incomparecencia durante lustros del PP de Soler y demás “regionalistas” de relumbrón–. Mientras controlen la educación y sigan colonizando todas las plataformas (escuelas de maestros, púlpito, universidad, cultura, teatro) en las que se fragua la opinión pública, nada más sencillo y eficaz que aferrarse al argumento de autoridad. Con ellos no cabe el debate, sólo callarse. Sencillamente, ellos tienen razón y se limitan a recordárselo a cualquier que discuta su superioridad moral, cultural o científica.
Como se perciben a sí mismos como la sal de Mallorca y detestan los principios corroídos en los que se basa la empresa privada, estos hijos de la Luz merecen vivir de los impuestos de una sociedad a la que odian porque es más abierta, liberal y plural de lo que ellos desearían. Una Mallorca a la que, después de haber criticado todo lo que se ha hecho en ella en los últimos cincuenta años, identifican con una “Sicilia sin muertos”, título de una obra del escritor Guillem Frontera en la que se relamen las heridas por su fracaso de no haber podido modelar la isla conforme a sus estrechos patrones mentales. ¿”Sicilia sin muertos”? No será por el trato amable que los mallorquines les hemos dispensado a pesar de no estar de acuerdo con ellos en nada de nada. 

Y en materia de mafias, ciertamente, yo no conozco otra que no sea la suya, al menos en las praderas que pastorean. ¡Qué cruz!

(Joan Font Rosselló/El Mundo/Baleares.
25-4-2015.)
___________________

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Así es, ¿Pero quién es esta gente al fin y al cabo? A quién les pretenden imponer sus ideitas subvencionadas. Me temo que las tinieblas son las que traen consigo. Todo es tan mediocre que deprime mucho.Y para colmo siempre la misma canción.

Anónimo dijo...

Son además multiculturales, super guay del Paraguay.
http://foros.periodistadigital.com/viewtopic.php?t=42571

Anónimo dijo...

Tienen toda la energía para montarse su chiringuito porque viven del dinero público, es decir del contibuyente al que agotan su energía para recargárse ellos las pilas y seguir martlleándolo de otra manera. Charanga y grolleria espiritual.

Anónimo dijo...

Son unos cutres que tendrían que mudarse a una sociedad a su medida, claro que a lo mejor no ha ir dinero para financiar sus estériles fastos vitales.

Anónimo dijo...

¿Acaso los mallorquines tenemos que oír únicamente las excrecencias de sus cerebros? Son unos aprovechados que sería mejor que dejasen de "defender" lo nostro. Si tanto lo quieren que se busquen otra razón de ser.