domingo, 21 de febrero de 2016

DAN ASCO.



 (Dan asco. Los malolientes seguidores- vascos y catalanes- que se dedican a pitar el Himno Nacional y al Rey muestran, repetidamente, una voluntad de ofender a los símbolos que representan a millones de españoles.


Eso sí, con la bendición de la justicia progresista auténtica y verdadera.


Mi más profundo desprecio.


Estando en la final Madrid y Canarias se espera una actitud digna y respetuosa. ¡Qué diferencia con los malolientes aficionados (?) vascos y catalanes.)






DAN ASCO.

La final de esta tarde entre el Real Madrid y el Herbalife Gran Canaria será la primera sin equipos catalanes o vascos desde 2006, lo que debería ser una garantía de respeto al himno nacional tras los habituales y tristes acontecimientos vividos en las últimas ediciones. 

Aún así, la presencia masiva de seguidores del Caja Laboral y el Barcelona en la grada podría repetir una pitada que ya fue acallada el año pasado en Gran Canaria, cuando, en presencia del Rey, la mayoría de los aficionados presentes en el pabellón estallaron en aplausos para silenciar los pitos. 

En esta ocasión no está prevista la presencia de su Majestad el Rey en La Coruña, ya que a esa hora inaugurará la cena de bienvenida del Congreso Mundial de Móviles de Barcelona, pero aún así se escuchará el himno antes del encuentro. 

(ABC)


 RESPETAR EL HIMNO.

 De hombres están hechos los jueces. Con sus debilidades, limitaciones y miserias. Sólo así se explican algunas de sus decisiones. La última nos ha vuelto a sorprender. 

Según la Audiencia Nacional, pitar el himno de la nación y a su Rey no es delito. Supongo que tampoco lo será cuando se les hace a ellos algún tipo de observación. Representan al Estado de Derecho de un país democrático llamado España. Curiosamente, uno de los lugares del mundo que menos se respeta a sí mismo.

 Es imposible imaginar mayor pérdida que la del respeto a tu propio ser. Cuando eso ocurre, dilapidamos nuestra moral y nuestras maneras, las formas. En la pitada al himno de España, desde el cobarde anonimato de la masa, se llevó a cabo un desprecio al conjunto de los españoles; a quienes creemos en nuestro país, a quienes recordamos a nuestros antepasados, a los que nos gusta hablar bien de nuestro pueblo y de nuestras raíces. 

El respeto es un camino de ida y vuelta. Si lo quieres recibir, lo tienes que dar. Tal vez los magistrados de la Audiencia Nacional deberían recordar el viejo proverbio: «Respétate a ti mismo y otros te respetarán».

1 comentario:

Anónimo dijo...

Miembros podridos.