domingo, 18 de junio de 2017

SÁNCHEZ Y LA CUESTIÓN NACIONAL










 (Sánchez es una desgracia para el PSOE y para España.)





SÁNCHEZ Y LA CUESTIÓN NACIONAL.



Para Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, la nación es la reunión de ciudadanos libres e iguales, con un proyecto común, una constitución, unos derechos y libertades, algo, ha dicho, que ‘encaja perfectamente con España. Es nuestro país, es nuestra patria, es nuestra nación, es un Estado de la Unión Europea’.

¿A qué viene esta declaración de Rivera? Para contestar, acudamos a la Declaración del Consejo Territorial del PSOE de 6 de Julio de 2013, en Granada. Un nuevo pacto territorial: la España de todos.
  
 ‘la posición de los socialistas es clara y firme: el triunfo de cualquiera de esos dos proyectos antagónicos, el que pretende recentralizar España y el que pretende desmembrarla, sería un desastre …   Ni el retroceso ni la ruptura son la solución que España necesita.’

Resulta que el nuevo Secretario General socialista, Pedro Sánchez, dice ahora, en mayo de 2017: «España es una nación de naciones y Cataluña es una nación». “Yo defiendo el autogobierno ante el retroceso y ataque sistemático que ha hecho el Gobierno de Madrid con el de Cataluña”.

 
Sus rivales internos en el PSOE consideran que Sánchez se aleja de la postura fijada por el partido en la declaración de Granada. Dado que los socialistas no pretenden recentralizar España- y los populares no se atreverían, incluso si lo pensaran- podemos centrarnos en la hipotética ‘desmembración’, que sería un desastre, según los propios socialistas. ¿Ayudan las propuestas de Sánchez, directa o indirectamente, a la desmembración de España?

En febrero de 2007, en El Mundo, el catedrático de Derecho Administrativo, Sosa Wagner, dijo: 'La nación de naciones no es ningún modelo territorial, es un disparate'. Y añadió: ‘"España no es una nación de naciones, pero si lo fuéramos deberíamos disimularlo y no decírselo a nadie, todas han acabado fatal".  En su libro, ‘El Estado fragmentado’, con Igor Sosa, nos muestra cómo la configuración de España como Estado plurinacional nos conduciría a un caso similar a la monarquía austro-húngara, a finales del s. XIX, que terminó mal.  


La Generalidad catalana lleva años trabajando en un proceso independentista ilegal, pero me parece mejor limitarme al presente y no acudir a los orígenes de la construcción nacional de Cataluña, obra iniciada por Jordi Pujol, el ex Honorable, desde 1980. Creo que todo el mundo está enterado, pero lo repetiré. Las autoridades políticas catalanistas, encabezadas formalmente por Puigdemont, conspiran para la ‘desconexión’ con España. Aunque hay muchos aspectos a comentar, me limitaré a la ‘ley de transitoriedad jurídica’.

El vicepresidente del Govern catalán, Oriol Junqueras, no ha desmentido la existencia de un borrador de la Ley de Transitoriedad Jurídica, conocida como la ley de ruptura. Se trata de una Constitución provisional mientras el Govern agiliza el proceso de desconexión ilegal con el Estado español.

Pedro Sánchez cree que se debe responder con más autogobierno para hacer frente a esta ley de transitoriedad jurídica. Que es ilegal. Hablando de autogobierno, recordemos que Cataluña tiene, actualmente, muchas más competencias que Escocia, aunque éste sea un caso no comparable.   

Veamos la peligrosa estupidez de los que piden más autogobierno para Cataluña y, al mismo tiempo, dicen no querer la desmembración de España. ¿Cómo ha sido posible que la Generalidad catalana haya llegado tan lejos, hasta el punto de organizar un golpe de Estado?

Diría que por dos aspectos confluyentes. Por una parte, la multitud de competencias- y dinero- transferidas que tiene la autonomía catalana y, por otra, la grave irresponsabilidad política de los partidos supuestamente nacionales, PP y PSOE. Si la Autonomía catalana hubiera tenido pocas y poco relevantes competencias, en vez de muchas y muy relevantes, - y un eficaz control del Estado- le hubiera sido prácticamente imposible organizar un golpe de Estado. Sin embargo, una de las competencias transferidas, educación, ha servido para que, durante décadas, las autoridades catalanistas politizaran el sistema educativo y manipularan las conciencias de generaciones de catalanes. Por no hablar de las seis televisiones públicas a las órdenes de los políticos separatistas y otros medios de difusión adecuadamente subvencionados para que digan ‘lo que toca’.

‘Espanya ens roba’ es solamente la guinda de un pastel maloliente de falsedades, deslealtades, victimismo y corrupción. O sea, la contribución separatista antiespañola que Sánchez quiere premiar. En 2012, el barcelonés Félix de Azúa, escritor y catedrático de Estética (y ahora, además, Académico de la Lengua), dijo:  ´Me he ido de Cataluña para que mi hija no sea escolarizada en el odio a los españoles´.

Claro que Pedro Sánchez no se ha enterado de esto. Ni se va a enterar. ¿Y eso? Porque si tuviera verdaderos deseos de conocer la realidad tendría que cambiar radicalmente su discurso. No le interesa. La demagogia le gusta más. En esta línea de irresponsable demagogia, repito sus palabras: Yo defiendo el autogobierno ante el retroceso y ataque sistemático que ha hecho el Gobierno de Madrid con el de Cataluña’’. Esto es, sencillamente, falso. Pero Sánchez cree que esto marca distancias progresistas con su odiada derecha. Y se inventa lo que haga falta. No es no.

¿Cómo es posible? Sentada la mentira de Sánchez, diré el motivo de tanta falsedad. Sólo un político que anteponga el sectarismo y la demagogia frente a los hechos, puede mentir con tanta desfachatez. 

Sabe, además, que los separatistas catalanes le aplaudirán con las orejas. Y también, los separatistas vascos, gallegos y asimilados. Porque hay contagio. También la izquierda populista. Por ejemplo, el líder comunista de Podemos, Pablo Iglesias, ha dicho: "Un referéndum unilateral es una movilización legítima".

Tanto el referéndum que pretenden, como el ‘proceso independentista’, son ilegales, como ha dicho, repetidamente, el Tribunal Constitucional. Pero la legalidad democrática le importa un pimiento al comunista Iglesias.  Como a los separatistas.

Si Sánchez, que dice sentirse muy cercano a los votantes de Podemos, no quiere desmembrar España, que lo diga y lo cumpla. Sería preocupante que se transmutara en un Iglesias sin coleta. Y ofreciera más ‘encajes’ a los separatistas. Ahora los llaman ‘espacios de encuentro’.


Sebastián Urbina.


  (Publicado en ElMundo/Baleares/9/6/2017.)

2 comentarios:

Arcoiris dijo...

Esto del Estado plurinacional y el otro forgendro, lo de las nacionalidades culturales, son inventos de personas avergonzadas de su Patria y de charlatanes que saben que aseguran un auditorio entregado para este discurso. Por ej., Barcelona, oficialmente, no es taurófila. Yo, cuando de pequeño iba a mi colegio de monjas, veía los restos de una plaza de toros que hubo en la Barceloneta. En Barcelona, durante un siglo, más o menos, han convivido tres cosos: el desaparecido con la guerra, Las Arenas y La Monumental. ¿Dónde está la cultura antitaurina sino en la voluntad de un pequeño grupo político? Otro ejemplo: las figuritas flamencas. En nuestras Ramblas se han utilizado, como mínimo desde que tengo uso de razón, cual “souvenirs”, preciados objetos de venta para los turistas hasta que una decisión de unos pocos gobernantes locales les llevó a desaparecer. Y así, con tantos hechos culturales, diferenciales, si se quiere, sardanas incluidas, como nos apetezca. De otra parte, en Cataluña y en el llamado País Vasco, la inmensa mayoría son de fuera y hablan lenguas diversas. ¿Porqué parece haber un mandato divino que les reserva el gobierno, su autogobierno?

Sebastián Urbina dijo...

Así es. Algo así como un derecho natural nacionalista.